El rescate impone una quita global superior al 77% para la venta a Wofco de Fandicosta

La compradora abonará 19,5 millones a la banca en concepto de amortización de deuda

Los acreedores pequeños tienen hasta el 22 para votar, pero sin opciones de frenar el pacto

Instalaciones de Fandicosta en Domaio.

Instalaciones de Fandicosta en Domaio. / GONZALO NÚÑEZ

Lara Graña

Lara Graña

Al margen de los dos poteros que operan en Argentina –Patagonia Blues y Domaio, ahora en manos únicas de Gandón–, Fandicosta no tiene flota propia. El grupo que comanda Ángel Martínez Varela se abastecía de capturas de terceros en NAFO o Malvinas y, sobre todo, de una extensísima red de buques de palangre con los que existía un acuerdo de colaboración a largo plazo. Así que esta flota, principalmente de palangre de superficie y con base en A Guarda, fue una de las primeras que empezó a sufrir impagos de la compañía, a mediados del año pasado.

Es una parte importante de la nómina de acreedores y, como tal, acaban de recibir la documentación entregada este lunes en el juzgado de lo Mercantil de Pontevedra, como ya anticipó FARO.

Un acuerdo que forja la venta de la fábrica de Moaña a la viguesa Worldwide Fishing Company (Wofco), que ha incurrido en solo seis años en el top 5 de la industria en España y que ha conseguido disponer de la factoría de elaborados que tanto ansiaba. A cambio, eso sí, de un esfuerzo en forma de quita que será bien desigual. La global, contando con el tope del 50% fijado para los bancos, alcanza el 77,23%, como han apuntado fuentes jurídicas partícipes de las negociaciones.

No es probable que, en caso de considerarlo, los acreedores más pequeños o no financieros puedan frenar este acuerdo con su voto en contra. Tienen hasta el 22 para emitir una consideración favorable, que también se entenderá positiva si la transmiten antes de que el juzgado someta el acuerdo a homologación.

La banca, por su parte, da por hecho que el Mercantil homologará el acuerdo y que éste anulará las pretensiones de los demás. Esto es, una homologación tiene efecto arrastre y es de aplicación general, incluso para los que hubiesen votado en contra. El acuerdo por Fandicosta SA no es el mismo que el de las filiales Peixemar y Botas, también compradoras de capturas del palangre, por ejemplo, de ahí que las pérdidas a asumir por los barcos no estén delimitadas todavía.

En suma, la deuda afectada por este proceso de reestructuración acaricia los 80 millones de euros (78,248 millones), de acuerdo a las mismas fuentes. El grupo que dirigen Alberto Barreiro y Borja Tenorio satisfará el pasivo financiero de la fábrica hasta los 19,5 millones de euros, que desembolsarán de una vez. Ese será su pago por Fandicosta.

Eso sí, Wofco deberá presentar en junio un plan estratégico a Xunta y entidades financieras, como avanzó este periódico, en el que comprometerá un futuro a largo plazo. Solo a la Autoridad Portuaria de Vigo deberá comprometer una inversión superior a los 9,6 millones de euros, que es la que había garantizado Fandicosta para alargar la concesión hasta 2038. Para cuando esta pesquera haya engrasado sus máquinas como propietaria de la fábrica de Domaio ya no precisará echar mano de servicios de maquila (producción a demanda) en naves de elaborados de O Berbés (Frivigo) y Pontevedra (Numarsi).

La fábrica de Fandicosta aportará a Wofco una capacidad de elaboración de 35.000 toneladas anuales, lo que supone un salto de gigante no solo en volúmenes, sino en capacidad de valorización de producto. Es la mayor sala de elaborados de productos pesqueros de Vigo, construida prácticamente desde cero después del incendio de 2016 y con una línea recién instalada para el envasado en atmósfera modificada (MAP, modified atmosphere packaging), que alarga la vida del producto y mantiene mejor sus propiedades. La compañía que dirigen Barreiro y Tenorio cerró el ejercicio 2023 con más de 78.000 toneladas comercializadas, quince puntos por encima del año anterior –pese a un bache generalizado en el conjunto de la industria–, de acuerdo a sus datos internos.

Son meses de cambios absolutos en Wofco, que gestionará a la vez esta operación de compra y la puesta en marcha de su factoría para elaborados de langostino en Hohenlohe, una pequeña población de Uruguay. También para Martínez Varela, heredero de una de las sagas activas más antiguas de la pesca en Galicia, junto con Eduardo Vieira. Las filiales Botas –fundada por su abuelo en 1904 en O Berbés–y Peixemar pasarán a manos de la plantilla y en un proyecto dirigido por una persona de su confianza, Carlos Brunet, pero él abandonará de inmediato la actividad. No como quisiera, como explicó a FARO a modo de despedida. “Esta es mi historia”.

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