'Hadassa Bay', hijo pródigo del naval vigués

Es el mayor pesquero con matrícula local construido en casi 40 años

Se incorporará a las Malvinas para la campaña de 2025

Botadura del 'Hadassa Bay', en Astilleros Ría de Vigo.

Botadura del 'Hadassa Bay', en Astilleros Ría de Vigo. / Chou Pesqueira

Lara Graña

Lara Graña

Con 86 metros de eslora y un arqueo bruto (gross tonnage) de casi 4.300 toneladas, el Lodairo es el mayor pesquero de la flota con pabellón español. Fue construido en gradas de Yalova, en Turquía, en las instalaciones de Tersan Shipyard. Tiene matrícula de Vigo, la misma que ya porta en su casco el Hadassa Bay, el arrastrero botado este lunes en Astilleros Ría de Vigo (Grupo Armón).

Es un encargo de la empresa mixta malvina South Squid Atlantic, participada por la viguesa Copemar y su socia local Beauchêne Fishing Company. Y una rara avis. Precisamente porque mantendrá el pabellón de España y la matrícula de la ciudad olívica: el naval gallego no daba forma a una unidad de este tamaño, 75 metros de eslora, y con matrícula de Vigo (3ª-VI-5-4-23) desde finales de los años ochenta, cuando se produjo una de las grandes renovaciones de flota impulsadas, también para el caladero de las Falkland, a cargo de las joint venture de Pereira, Pescapuerta, Chymar o Pescanova.

Es cierto que después se produjeron nuevos procesos de intensa contratación a cargo de armadoras –como los de la flota de Pesquerías Nores, Gandón, Pesquerías Marinenses o Freiremar– a comienzos de este siglo, pero con unidades (Festeiro, Playa Pesmar Uno, Ana Gandón, Río Caxil) de menor envergadura. El Hadassa Bay es ya una especie de hijo pródigo.

Y este lunes fue aplaudido como tal, en una ceremonia con una cumplida presencia de invitados de Copemar y Beauchêne Fishing, con un pequeño parón de la lluvia justo en el momento programado para el saludo, que es como en el naval se conoce el momento en que el casco besa el agua en la botadura.

Botadura del 'Hadassa Bay', el mayor pesquero con matrícula de Vigo construido en casi 40 años

Cedido

El Hadassa Bay, que se centrará en la captura de calamar loligo, tendrá a gala muchos piropos que arrogarse. Por ejemplo, el de la consolidación de la apuesta de Copemar por el naval gallego, a quien también confió el ensamblaje, en este caso para su joint venture namibia, del impoluto Olupale. El Baffin Bay, cuyo vacío será el que ocupe precisamente el Hadassa Bay y que sucumbió a un incendio en diciembre de 2020, fue construido de igual modo en la ría de Vigo (la extinta Factorías Vulcano).

Otro: el de haber dado un paso más para la renovación de las embarcaciones de capital gallego en las Falkland, que ya han dado las alianzas de Rampesca, Pereira o Pescapuerta, con unidades de última generación con más eficiencia y notables mejoras en la habilitación. Y uno más: es el contrato C-001 de Astilleros Ría de Vigo, la empresa con la que Armón asumió la unidad productiva de la defenestrada Hijos de J. Barreras.

El plan de futuro para este pesquero de nueva construcción que coge forma en Beiramar está más que despejado. La socia de Copemar resultó adjudicataria de una denominada Quota Individual Transferible B –un permiso individual de pesca– durante 25 años: el Hadassa Bay tendrá tarea hasta diciembre de 2048. Después del incendio del arrastrero, y para preservar la actividad en el caladero, la armadora suscribió un acuerdo de arrendamiento o charteo con la compañía Rampesca, para explotar sus cuotas con el buque Castelo. Realizará tanto esta marea que acaba de empezar como la de la segunda parte del año, toda vez que el Hadassa Bay será entregado a finales de año; empezará a faenar calamar para la primera campaña de 2025, compartiendo estreno con el Prion, que ensambla Nodosa para la joint venture Petrel Fishing (Pescapuerta).

Todos estos encargos en vigor, a sumar a unidades para Nueva Zelanda, Islandia o Canadá amarrados por Nodosa, Armón Vigo y Freire Shipyards, respectivamente, han vuelto a convertir a la pesca en uno de los grandes nichos de negocio para el naval privado de Galicia. Los contratos de este tipo en vigor –sin contar los que negocia Factorías Cardama con Australia– suman un arqueo bruto compensado (CGT, compensated gross tonnage) de cerca de 40.000 toneladas, un umbral que el sector pesquero no alcanzaba desde el año 2017 (47.343 CGT, de acuerdo a los registros oficiales del Ministerio de Industria).

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