Galicia cerró 2023 con la vivienda más cara en 13 años a pesar de la moderación del encarecimiento

El precio de los pisos y casas de la comunidad aumentó un 3,4% en el cuarto trimestre frente al 6,8% y 4,5% de 2021 y 2022

Vista aérea de parte de los edificios de la ciudad de Vigo.

Vista aérea de parte de los edificios de la ciudad de Vigo. / Marta G. Brea

G. Santamarina

La problemática que gira en torno al acceso a la vivienda es una realidad que afecta a la población con los sueldos más humildes, y dentro de ella a multitud de jóvenes. El esfuerzo a realizar para independizarse está al alza –el porcentaje del salario que los gallegos dedican al pago de sus hipotecas se sitúa ya en el 29,4%; el mayor desde mediados de 2014– y esto es consecuencia de una coyuntura económica compleja, enrevesada tras el paso de la pandemia del coronavirus y la guerra de Ucrania. Ya no solo es que el dinero cueste más a la hora de pedir un préstamo, a causa de la subida de tipos promovida por el Banco Central Europeo para atar en corto a la inflación. A ello se suma la ínfima nueva oferta de pisos y casas –solo dos de cada 10 compraventas formalizadas en Galicia al término de 2023 involucraron propiedades a estrenar– y el tirón de la vivienda turística –cuyo auge también es responsable de haber disparado el mercado–. Aquellos veinteañeros y treintañeros que todavía no han comprado su hogar deberán invertir 7 años íntegros de trabajo en su vida para pagarlo, el mayor valor desde 2012. Y ya sea de primera o de segunda mano sus precios siguen in crescendo.

La comunidad, tal como publicó este jueves el Instituto Nacional de Estadística (INE), cerró el pasado ejercicio con la vivienda más cara de los últimos 13 años. Con un Índice de Precios de Vivienda (IPV) de 132,6 puntos para el cuarto trimestre, habría que remontarse al mismo periodo de 2010 para encontrar un precedente superior –135,7 puntos–. A la autonomía le queda el consuelo de que su vivienda es más barata que la media española –con 148,7 puntos, únicamente por detrás de los 150,6 puntos del cuarto trimestre de 2007 y antes del estallido de la crisis inmobiliaria–, pero la certeza de que su coste lleva encadenando 10 subidas continuadas desde 2013. Un crecimiento conjunto, año a año, que asciende al 36,2%.

Ese repunte de los precios, no obstante, se ha relajado. Y se consolida su tendencia a la baja después de los duros cuartos trimestres de 2021 y 2022 –en los que se registraron incrementos del 6,8% y 4,5% respectivamente–. En el caso de 2023, el precio de la vivienda gallega aumentó un 3,4% –la mitad que hace dos años, pero la sexta mayor subida, aun así, de la serie histórica–. Este alza afecta fundamentalmente a las nuevas propiedades –un 6,7% más– en comparación a aquellas que ya han tenido dueño –un 2,9% más–. De hecho, Galicia cerró 2023 con los hogares a estrenar más caros desde que existen registros, contabilizando incrementos que duplican y llegaron a triplicar a los que se dieron en los hogares de segunda mano. Para ir al mayor valor hay que viajar a 2018, cuando la vivienda nueva gallega se encareció en más de dos dígitos en solo un año; un 10,2% frente al 3% de las usadas.

Los extranjeros con domicilio en España aportaron 6.350 millones al PIB

Los extranjeros que disponen de una vivienda en España y la utilizan como residencia habitual aportaron al Producto Interior Bruto (PIB) nacional 6.351 millones de euros, según datos extraídos del informe “El impacto socioeconómico del turismo residencial en España”, elaborado por PwC a petición de la Asociación de Promotores y Constructores de España (APCE). “La aportación de este turismo residencial al PIB es el triple de la de la industria textil, el doble que la industria maderera y la misma que la fabricación de productos farmacéuticos en España”, señaló Anna Merino, directora del equipo de Strategy & Economics de la Big Four mencionada, durante la presentación del estudio en la CEOE.

El documento recoge que, cada euro de gasto de este turista residencial, supone un impacto de 2,34 euros en el PIB español. Además de esta aportación directa a la economía, la actividad económica asociada a este gasto por parte de extranjeros generó, durante 2022, 105.600 empleos a tiempo completo.

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