Junto a las infraestructuras necesarias para alimentar la llegada del tren de alta velocidad a Galicia, la gran autopista energética hacia Portugal y otras obras de refuerzo en zonas de mucha producción o intensas en demanda, la Planificación de la red de transporte de electricidad 2008-2016 recogía una nueva subestación en Vigo para blindar la seguridad de suministro doméstico en la ciudad y otra en Balaídos destinada a aliviar los problemas que arrastra la planta de Stellantis por los huecos de tensión. Era una vieja queja del grupo, entonces PSA Peugeot-Citroën. Aunque no llegaba a los niveles de consumo mínimos para el enganche a la red de alta tensión de 220 kilovoltios (kV), la factoría automovilística líder en España y principal centro de producción del gigante automovilístico en todo el mundo apelaba a ser una excepción y dejar atrás la renqueante red de 120 kV que le provoca paradas intermitentes de actividad y averías en los talleres y los sistemas informáticos con un coste de “varios millones de euros anuales”. El proyecto nunca llegó a salir del papel y el real decreto de finales de 2013 que limita la inversión en la red a un máximo del 0,065% del Producto Interior Bruto (PIB) acabó tumbándolo.
Ninguno de los sucesivos gobiernos de PP y PSOE que se alternaron en Moncloa desenterraron la propuesta, convertida en un arma política y una condición de Stellantis para la supervivencia a largo plazo de la fábrica. La revisión extraordinaria del actual Ejecutivo a la planificación en vigor hasta 2026 para adaptarla al nuevo escenario energético abrió la puerta por fin a recuperar el proyecto.
“Las necesidades asociadas a la transición energética y la electrificación y la digitalización de la economía están dado pie a la aparición de nuevos proyectos industriales de gran envergadura, de carácter estratégico, con gran capacidad de propulsar el crecimiento económico y el empleo”, asegura Red Eléctrica. Entre ellos está el plan a futuro de Stellantis Vigo para incorporar la nueva plataforma industrial del grupo, la STLA Small, de la que saldrán al mercado 200.000 vehículos al año de la próxima generación de vehículos eléctricos. Ante el consumo significativo previsto en la factoría –que, además, tiene en marcha su propia estrategia de descarbonización–, el operador del sistema propone su conexión directa a la red de transporte con una nueva subestación que costará 72 millones de euros, la mayor partida entre los 321,4 millones de euros a los que asciende la actualización de la planificación.
Balaídos dispondrá de alta tensión para 2026: el Gobierno activa el proyecto con 72 millones
Antes de la autorización definitiva por parte del Gobierno, la hoja de ruta con las obras de mejora en la red eléctrica tiene que pasar el escrutinio de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Su informe preceptivo firmado el pasado 30 de enero “valora positivamente” la propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica con los cambios en la planificación. Aunque con importantes excepciones.
El organismo valora “positivamente” los cambios previstos en la hoja de ruta
El supervisor cuestiona “la urgencia” de la alta tensión para Balaídos. Con “la información disponible”, el organismo presidido por Cani Fernández apuesta por “relegarla al proceso de abierto” a finales del pasado diciembre para la siguiente planificación con horizonte 2030. “En concreto, se cita únicamente la necesidad de abastecimiento de una demanda asociada a la transición energética directamente desde la red de transporte eléctrica, debido a que su nivel de demanda excede los 50 megavatios (MW) sin aportar más información, a diferencia del resto de nuevas inclusiones en la demanda”, señala en su informe.
El Gobierno aprobará la Alta Tensión de Vigo en “semanas” y comenzará a operar en “3 o 4 años”
La postura de la CNMC choca de frente con las necesidades y la urgencia de Stellantis. En una visita a Vigo en noviembre, la propia ministra Teresa Ribera aseguró que la revisión de la planificación se aprobaría “en semanas” y que el proyecto Nuevo Vigo estaría en pie “en tres o cuatro años”. Un plazo que la dirección de la factoría de Balaídos da por bueno.
No es la única actuación en Galicia a la que la CNMC le pone pegas. En el enganche previsto para el futuro sistema de bombeo que convertirá la hidroeléctrica de Iberdrola en Conso en la mayor gigabatería de almacenamiento de la comunidad, el supervisor “considera que la madurez del proyecto en el momento de ser planificado es muy reducida, lo que podría conllevar a una revisión con un impacto económico importante para el sistema”. “Si bien no se cuestiona la inclusión de la actuación en la propuesta –añade a continuación, respecto a la nueva subestación de 400 kV denominada Viana y con una inversión de 5,7 millones–, sería conveniente que las actuaciones que se incorporen cuenten con los análisis necesarios que permitan una estimación global de las necesidades de infraestructuras a desarrollar”.
La planificación de la red eléctrica
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Hoja de ruta en vigor
El Gobierno aprobó el Plan de Desarrollo de la Red de transporte de Energía Eléctrica 2021-2026 en marzo de 2022 con una inversión de 6.964 millones.
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Actualización del plan
La propuesta se conoció a finales del pasado ejercicio para adaptarse a la transición energética. Las nuevas actuaciones suman 321,4 millones.
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La mayor partida
La nueva subestación para dar la alta tensión a Stellantis Vigo es el proyecto de mayor envergadura con un coste de 72 millones de euros.
Competencia quiere profundizar en las restricciones técnicas por el bum renovable y la caída de la demanda que afectan sobre todo a Galicia
La propuesta de modificación de aspectos puntuales del plan de desarrollo de la red de transporte de energía eléctrica 2021-2026 puso números al coste de las restricciones técnicas por el desequilibrio que está sufriendo el sistema entre oferta y demanda. Hay cada vez mayores inyecciones de electricidad por las fuentes renovables en un escenario de contención en los hogares y la industria por los avances del autoconsumo y la eficiencia, además de los efectos del COVID-19 y la guerra en Ucrania. Hay una necesidad de mayor control de tensión, “especialmente en la zona noroeste de la Península”. “Estas necesidades están siendo atendidas mediante el mecanismo de solución de restricciones técnicas y el piloto de control de tensión, suponiendo unos costes sustanciales para el sistema”, explica Red Eléctrica. Entre otras razones, por el apagado temporal de parques eólicos con una producción mucho más barata que las centrales de ciclo combinado. “A título de ejemplo –detalla el transportista en la revisión de la planificación publicada en diciembre–, el control de tensión en la zona gallega ha supuesto más de 100 millones de euros en los primeros cinco meses de 2023”.
El informe de la CNMC con su beneplácito a los cambios desvela que “el sobrecoste imputado a los consumidores” por este concepto en todo el pasado año superó los 600 millones de euros. En 2022 fueron 372 millones, 347 en 2021 y 306 millones en 2020. La revisión de la planificación incorpora cuatro nuevas reactancias con una inversión de 14,6 millones de euros “cuyo fin último es corregir los graves problemas de control de tensión que se presentan en el sistema, atendiendo al mandato de planificación de la reducción de restricciones técnicas”.
Tres de esas cuatro reactancias son para Galicia: Abegondo, Silleda y Beariz. “A la vista del favorable impacto económico para el consumidor”, Competencia cree conveniente profundizar en el análisis “de todas las zonas donde se registran problemas de tensión actualmente” para saber si es suficiente el refuerzo contemplado.