La tercera edad denuncia el “abandono” de los bancos en el proceso de innovación digital

Asociaciones de mayores reclaman asistencia presencial en las sucursales

Se han reducido en casi 500 en los últimos 5 años

Un hombre saca dinero de un cajero.

Un hombre saca dinero de un cajero. / FdV

Jaime Pena

En un contexto marcado por la importante pérdida de sucursales bancarias en Galicia, donde el número se ha reducido en casi 500 en los últimos 5 años, la tercera edad, sobre todo la que vive en entornos rurales en los que no hay ni una sola oficina, es la más afectada por su falta de accesibilidad. Y es que cada vez más las entidades bancarias apuestan por un proceso de digitalización en el que la banca móvil y los cajeros automáticos sustituyen la atención presencial.

Ante esta “marginalización bancaria” son muchas las asociaciones de mayores que han comenzado a reclamar sus derechos. Desde la Asociación Cigarreras, Tabaqueros y Personas Mayores de A Coruña trasladan que se sienten “abandonados en el proceso de digitalización” que marca el panorama financiero actual. El presidente de la asociación, Juan José Lojo, explica que el problema fundamental que se encuentran los mayores es “la desatención generalizada en las citas presenciales”.

Precisamente, la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Comercio y Empresa, Nadia Calviño, anunció este martes que el Gobierno prohibirá por ley que los bancos puedan cobrar una comisión a los mayores de 65 años y a las personas con discapacidad por sacar efectivo en la ventanilla de las sucursales. Esta medida, que tiene como objetivo la inclusión financiera y una mejora de accesibilidad a los servicios financieros, se adoptará por ley antes de que termine el año.

El ‘consejero senior’

Ante las quejas de las asociaciones de mayores algunas entidades como Caixabank o BBVA han creado la figura del ‘consejero senior’ para asesorar mejor a sus clientes. “Se trata de un profesional experto en asuntos financieros que, además, ha recibido una preparación específica para tratar con los mayores de 65 años, con el objetivo de estrechar la relación cliente-gestor, ya sea en la ofcina, por teléfono o a través de la app”, explican desde Caixabank.

Miembros de la Asociación Cigarreras Tabaqueros y Personas Mayores de A Coruña.  |  // CEDIDA

Miembros de la Asociación Cigarreras Tabaqueros y Personas Mayores de A Coruña. / Cedida

Sin embargo, esta iniciativa parece que no acaba de encajar entre una tercera edad que, según Lojo, “no necesita que le enseñen a usar una banca electrónica”. Exigen, por el contrario, una atención presencial en los bancos, inexistente muchas veces, en la que los trabajadores “se sienten con nosotros en las oficinas y nos enseñen a hacer operaciones como transferencias o sacar efectivo, ya que a través del móvil o con la app no lo vamos a conseguir”, señala.

Los cajeros automáticos

Otro de los principales problemas en el día a día de la tercera edad tiene que ver con los cajeros automáticos que, cada vez más, incluyen novedades tecnológicas que no casan con la generación de ‘los niños de la posguerra’.

“Nos han dicho que iban a acondicionar los cajeros para que se adaptasen a las características de una persona de 65 años. De momento, no encontramos ninguna forma de decirle a la ‘maquinita’ que somos mayores para que cambie su accesibilidad. Sería un avance, pero no existe”, señala Lojo. Las mejoras que se proponían para esta innovación variaban desde una adaptación tipográfica, con una letra más grande, hasta simplificar el programa en los trámites más básicos.

‘Soy mayor, no idiota’

El presidente de la asociación compara la situación actual con la de principios del año pasado cuando se puso en marcha la campaña ‘Soy mayor, no idiota’, ideada por Carlos San Juan, un médico jubilado.

Con la iniciativaa se pedía un trato “más humano” en las sucursales bancarias, con una mayor atención presencial, con el fin de combatir la exclusión financiera de este colectivo y asegurar a los mayores más vulnerables que pudiesen permanecer en su “burbuja analógica”.

¿Quién tiene la banca electrónica con 80 años?

“Imagínate a una señora de 82 años que quiera ir a sacar efectivo a un cajero. No se va a entender con él, y si un joven le ofrece ayuda, quizás piense que va a ser estafada sin darse cuenta”. Así explica Juan José Lojo una de las situaciones más frecuentes que sufren los miembros de la asociación de jubilados en su día a día.

Explica que la tercera edad está destinada a ser “olvidada” por los bancos gallegos, que cada vez limitan más su horario de acceso a oficinas presenciales e introducen innovaciones digitales como solución a los problemas. El presidente de la asociación explica que “tienen que entender que a nuestra edad necesitamos seguir con nuestra famosa cartilla, que es la herramienta que mejor controlamos”. La tercera edad exige que los bancos “desciendan de la nube tecnológica” y se adapten a ellos.