La mejora del SMI y del empleo hunden los salarios inferiores a 1.000 euros en Galicia

Los trabajadores por debajo del “mileurismo” rondan los 316.000 tras una caída de casi el 10% en solo un año

El sueldo medio en la comunidad subió a 19.300 euros en 2021

Un camarero sirviendo en al terraza de un local de hostelería vigués el pasado verano

Un camarero sirviendo en al terraza de un local de hostelería vigués el pasado verano / Marta G. Brea

Julio Pérez

Julio Pérez

A pesar de que la percepción de los consumidores gallegos sobre la situación de la economía y el impacto en su bolsillo empeoró durante el verano, hay más hogares que llegan sin problemas e, incluso, con mucha facilidad a final de mes: el 46,2% del total. El 63% tenía previsto salir a cenar fuera y exprimir el ocio en lo que queda de año. Uno de cada tres se veía con capacidad para ahorrar y otro tanto preveía algún extra en productos de alimentación en plena ola de la inflación en la cesta de la compra, según el último barómetro de confianza del Instituto Galgo de Estatística (IGE). Esa doble vara de medir es habitual en la demoscopia. Los encuestados suelen pecar de pesimismo en la fotografía general y dan más color a la suya propia. Algo parecido sucede con el mensaje tormentoso que persigue a la actividad y la evolución real de Producto Interior Bruto (PIB) y el empleo. Desacelerados, pero resistentes por el momento frente a la incertidumbre por las guerras y la intensa subida de los tipos de interés. “Lo que vemos en el mercado de trabajo está ayudando a robustecer el crecimiento económico, pero al mismo tiempo el mercado de trabajo refleja una realidad, se retroalimenta: se contrata porque hay demanda, porque las cosas se perciben con optimismo”, explicaba Santiago Lago, director del Foro Económico de Galicia, hace unos días durante la presentación el nuevo informe de coyuntura de la entidad. “Cuando hablas con empresarios, cuando estás en consejos asesores, percibes un optimismo que a veces casa mal con la situación general –añadía el catedrático de Economía–, como si todos hubiéramos elevado el umbral del dolor”.

En España hay en estos momentos 20,8 millones de ocupados, su máximo histórico. En Galicia, con 1,067 millones, todavía no se batieron los niveles previos a la doble recesión financiera que estalló a finales de 2008. Fue dura y larguísima. La comunidad destruyó empleo hasta 2014 y la recuperación posterior se labró básicamente a golpe de temporalidad. Luego llegó la pandemia. Provocó un agujero sin precedentes, superior incluso al golpe inicial de la crisis anterior, con 42.600 puestos perdidos en mes y medio en la comunidad, entre la declaración del primer estado de alarma y la prolongación del confinamiento durante la Semana Santa de 2020.

El alivio de las primeras restricciones rompió la tendencia y cambió también el paso del mercado laboral por la eclosión desde entonces de sectores de mayor valor añadido y mejores retribuciones vinculados a sanidad, educación, digitalización y transición energética. Eso explica que ya en 2021, condicionado todavía por las siguientes olas del COVID-19, el sueldo bruto medio en Galicia alcanzase un récord de 19.260 euros y la expansión de cotizantes se centrase en las nóminas por encima de los 12.000 euros.

Con el empuje también de la mejora progresiva del salario mínimo interprofesional (el SMI, que pasó de 735,9 euros a 900 en 2019, a 950 en 2020 y 965 en 2021), los gallegos que no llegan ni siquiera al mileurismo se desplomaron casi un 10% en 2021, según los datos que acaba de publicar en IGE a partir del análisis de las vidas laborales de la Seguridad Social. Eran 316.000, cerca de 29.000 menos que el ejercicio anterior (344.900) y el mínimo desde que el IGE inició el estudio en 2012. Todas las tendencias apuntan, además, a la mejora que después habrá tenido la reforma laboral por el desplome de los contratos eventuales.

El grupo de trabajadores con, como mucho, 12.000 euros al año representa no llegan ahora ni a un tercio de la tarta de las remuneraciones en la región. Los que cobraban menos de 6.000 euros brutos (162.450) mermaron el 9,6% en solo un año; un 8,2% bajaron los de 6.000 a 8.000 euros (49.100); los de 8.000 a 10.000 disminuyeron el 2,2% (52.400); y el 10,3% los de 10.000 a 12.000 euros anuales (52.125).

El resto de las horquillas salariales, que agrupan a más de 612.000 trabajadores en la comunidad, crecen. Los de 12.000 a 15.000 euros (99.650) aumentaron el 5,9%; un 8,6% los que abarcan hasta los 20.000 euros (170.100); el 11,3% los de 20.000 a 30.000 euros, convertidos en el colectivo mayoritario (189.325 gallegos); y los que saltan de los 30.000 euros (153.450) crecieron el 9,5%.

La mejora salarial incidió más en las mujeres, con un alza de la remuneración media del 6%, hasta los 17.287 euros. Pero se mantiene la enorme brecha. Cobraron en 2021 unos 3.870 euros menos al año que los hombres, entre los que la subida fue del 3,7% (21.157 euros). Entre los jóvenes de 16 a 24 años, la media rozó los 6.400 euros. Entre los 25 y los 34 años, alcanzó los 15.400 euros; los 19.700 entre los trabajadores gallegos de 35 a 44 años; los 22.600 entre los de 45 a 54; y los 23.100 en los de 55 a 64. 

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