La combinación del miedo a lo que podía venir, las fuertes restricciones a la actividad comercial y el ocio y el blindaje de rentas desplegado por el Gobierno a través de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) y la prestación por cese a los autónomos alimentaron durante la crisis del coronavirus “una elevada bolsa de ahorro extraordinario”, en palabras del Banco de España, sin la que posiblemente no se entendería la rápida e intensa recuperación del consumo cuando el COVID-19 empezó a dar un respiro y se reabrieron las calles.
En el primer trimestre de 2020, coincidiendo con los primeros 15 días de confinamiento, la subida fue relativamente discreta. Los depósitos en Galicia, que ya mostraban una tendencia alcista clara de antes, engordaron en 460 millones de euros. Entre abril y junio llegó la eclosión: 3.720 millones. Y así se mantuvo, hasta que prácticamente todas las restricciones a causa de la pandemia desaparecieron en el arranque de 2022, generando en el conjunto del país un saldo excepcional de unos 120.000 millones de euros, según el supervisor.
credito y depositos W Fdv
La presión de la inflación y el acelerón del Banco Central Europeo en las subidas de los tipos de interés atizaron los presupuestos familiares y reorientaron el dinero extra de las familias a la amortización anticipada de créditos pendientes. De ahí la caída de 1.500 millones en el importe reservado por los gallegos en los bancos entre enero y marzo de este año. ¿Cambio de ciclo? Por el momento, no. El ahorro volvió a aumentar con ganas en el segundo trimestre de este 2023. Subió en 2.824 millones de euros, un 3,6%, el mayor incremento del conjunto del Estado. El saldo de los depósitos en Galicia se situó al cierre de junio en 80.277 millones de euros, su máximo histórico y 13.000 millones más que antes de la pandemia, según el balance actualizado ayer por el Banco de España.
De esa cantidad, cerca de 75.500 millones de euros pertenecen al sector privado. Hogares y empresas elevaron su ahorro en 2.817 millones en esos tres meses. La cantidad de las administraciones públicas se mantuvo muy estable. Sumaron solo 8 millones más. El gran salto se produce en las cuentas a plazo, que pasaron de 8.345 millones de euros a 10.070 millones –un 20,6% de subida–, aunque las entidades financieras todavía se resisten a mejorar la retribución a los depósitos en la misma proporción en la que sí encarecieron los productos de financiación por el brusco giro de la política fiscal del BCE.
La subida del ahorro en toda España a lo largo del segundo trimestre alcanzó el 1,3%. Se guardaron 18.800 millones de euros. Junto con Galicia, destacan Baleares (3,1%), Andalucía (2,7%) y Cataluña (2,2%). En Castilla-La Mancha, Murcia y Navarra engordó por encima del 1%%. Bajó ligeramente en La Rioja (0,1% menos), Aragón (0,8%), en Melilla (0,9%) y Ceuta (2,4%). En comparación con hace un año, los depósitos crecieron, sobre todo, en Canarias (4,8%), Andalucía (3,8%) y Comunidad Valenciana (1,6%). A continuación figura Galicia, donde avanzaron el 1,4%. Hay 1.130 millones de euros más que en junio de 2022.
Colas ante el Banco de España para acudir a las subastas de letras del Tesoro Carlos Luján (Europa Press)
Morosidad
Hasta finales de 2022, según el supervisor financiero, las familias “apenas” recurrieron al ahorro extraordinario embolsado en la pandemia. El grueso se destinó a los depósitos y fondos de inversión. “Una proporción más modesta, pero creciente desde 2021”, añade el organismo gobernado por Pablo Hernández de Cos en un reciente análisis, se destina a la adquisición de inmuebles y el pago adelantado de hipotecas.
Entre eso y que los créditos para la compra de vivienda se han puesto por las nubes –el tipo medio alcanza el 3,36% y la cuota mensual se acerca a los 600 euros–, la financiación adelgaza en Galicia. Los préstamos en vigor rondaron los 47.400 millones de euros en el segundo trimestre, 115 millones menos que entre enero y marzo y 281 millones por debajo del volumen del mismo periodo del ejercicio pasado. En el caso concreto de los créditos al sector privado, el retroceso anual llega a los 1.051 millones.
En un contexto de tipos de interés en máximos de los últimos veinte años, la morosidad de las hipotecas aumentó una décima entre abril y junio: 2,49% frente al 2,38% que registró en marzo. Las operaciones con, al menos, tres meses consecutivos de impagos ascendieron a 11.823 millones de euros, según los datos del Banco de España. Son 443 millones a mayores del saldo de marzo, la subida trimestral más acusada en los últimos nueve años. El nivel de deuda, sin embargo, es todavía muy inferior a la tasa superior al 6% que se marcó a mediados de 2014.