El crédito mermó en 1.000 millones en Galicia en un año y los bancos seguirán recortándolo

Entre julio y septiembre, el sector volvió a endurecer por sexto trimestre consecutivo los criterios de concesión y las condiciones

Fachada del Banco de España, en Madrid

Fachada del Banco de España, en Madrid / David Castro

P. Allendesalazar

El endurecimiento de la política monetaria por parte del Banco Central Europeo (BCE) para combatir la alta inflación sigue trasladándose con fuerza al crédito bancario. Después del ligero ascenso de la financiación gracias a las líneas de avales del ICO para favorecer la liquidez de las empresas por el estallido de la pandemia, la financiación en vigor en Galicia vuelve a caer con fuerza.

El saldo en vigor al cierre del pasado junio, según los últimos datos del Banco de España, alcanzó los 41.614 millones de euros tanto en negocios como en familias. La partida mermó en 1.071 millones de euros en solo doce meses. Se juntan la contracción de la demanda, los mayores requisitos de las propias entidades para aprobar nuevas operaciones y la amortización de las antiguas, especialmente por la tendencia de pago anticipado de hipotecas por parte de las familias con ahorros para esquivar el zarpazo de la subida vertiginosa de los tipos de interés.

¿Se mantendrá la tendencia? Sí. Y con más intensidad. Entre julio y septiembre, los bancos españoles volvieron a endurecer por sexto trimestre consecutivo (desde marzo de 2022) tanto los criterios de concesión que le llevan a decidir si otorgan o no un préstamo, como las condiciones exigidas por los mismos (como su tipo de interés, cuantía, plazo y garantías requeridas). También la demanda cayó, como viene sucediendo desde el pasado enero. Y para el cuarto trimestre, las entidades esperan que se produzca una “nueva reducción” tanto de la oferta como de la demanda, aunque “algo más moderada” que la del verano. Así aparece recogido en la trimestral encuesta de préstamos bancarios, publicada ayer por el Banco de España.

Estrategia BCE

Sus resultados son un reflejo de la estrategia del BCE: la autoridad monetaria de la zona euro ha subido los tipos de interés de referencia a un ritmo y escala sin precedentes de 4,5 puntos porcentuales desde julio de 2022. El tipo de interés principal se ha incrementado del 0% al 4,5%, mientras que la facilidad de depósito -el interés con que remunera el dinero que guarda a los bancos, el más relevante en el actual contexto- ha pasado del -0,5% (les devolvía menos de lo que les guardaba) al 4%. Además, ha acabado con las compras masivas de deuda y ha incentivado que las entidades financieras le devuelvan de forma anticipada las inyecciones extraordinarias de liquidez que les suministró en la pandemia.

El objetivo del banco central es enfriar la economía para reducir con ello la alta inflación, mediante la doble vía de hacer que sea más difícil acceder al crédito y que, al tiempo, disminuya la demanda del mismo por parte de empresas y familias. Está teniendo éxito: el tipo medio de las hipotecas -que suponen el 74% de los créditos de las familias- se incrementó en 2,3 puntos, al 3,436% en agosto, desde diciembre de 2021, cuando la autoridad monetaria comenzó a endurecer su política monetaria. El del resto de los préstamos a hogares se elevó algo más de un punto (al 6,94%). Ello ha impulsado que el saldo de crédito de los particulares haya bajado en torno a un 2%, hasta los 677.354 millones de euros. Con los préstamos a empresas ha sucedido algo similar.

El documento del Banco de España revela que los hogares fueron los que salieron peor parados durante el verano. Así, las entidades endurecieron los criterios de concesión del crédito a las familias de forma “algo más acusada” que entre abril y junio, mientras que la intensidad del ajuste para las empresas fue “similar”.

La cifra

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Es el saldo de los préstamos en vigor del sector privado en Galicia al cierre del pasado junio. En ese mismo mes de 2022 las operaciones rondaban los 42.700 millones.