Presunto fraude

"Si se trabaja votará a otro": Directivos de Mango boicotean las elecciones sindicales con 'listas negras'

Fuentes de la compañía afirman desconocer dichas maniobras, se desmarcan de las mismas y adelantan una investigación interna para "determinar el origen de las posibles irregularidades en las que se haya podido incurrir"

Tienda de Mango en el centro de Barcelona.

Tienda de Mango en el centro de Barcelona.

Gabriel Ubieto

Responsables de la empresa textil Mango presuntamente han tratado de adulterar las elecciones sindicales en su centro logístico de Lliça d’Amunt (Vallès Oriental) boicoteando la candidatura confeccionada por UGT de Catalunya. Según documentos a los que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, del grupo Prensa Ibérica, cargos de la compañía entrevistaron uno a uno a al menos 365 trabajadores para preguntarles qué opción iban a votar en los próximos comicios, fijados para el 19 de junio. Y confeccionaron una lista con las preferencias de cada uno, anotando cómo algunos cambiaron de opinión y afirmaron que apoyarían a otro sindicato tras dicha entrevista. Un cambio de opinión que obedece, según denuncian desde UGT, a que durante dichas conversaciones se produjeron coacciones y acoso a las personas no partidarias de la candidatura preferida por la empresa.

En la lista hay anotado un comentario sobre la afiliación de cada uno de sus trabajadores y qué piensa votar en las elecciones. "Si se trabaja votará a Fetico" (sindicato alternativo con presencia en el sector de los servicios). "Posiblemente abierta a escuchar sin recelo". "Dudoso". "Le parece bien todo, no se ha sentido en ningún momento coaccionada, parece que está al lado de UGT y no quiere cambiar". "No mostró mucho interés por votar". “Se jubila este verano. En principio nos apoya lista Fetico”. Son algunas de las observaciones apuntadas por los responsables.

Fuentes de Mango, a preguntas de EL PERIÓDICO afirman desconocer dichas maniobras, se desmarcan de las mismas y adelantan una investigación interna para "determinar el origen de las posibles irregularidades en las que se haya podido incurrir".

El boicot a unas elecciones sindicales puede constituir un delito penal, castigado con penas de cárcel, e implica una infracción muy grave de la ley sobre Infracciones y sanciones en el orden social (LISOS), con sanciones que en su grado máximo ascienden a 983.736 euros. Recientemente el juzgado de lo penal número 28 de Barcelona hizo pública una sentencia en la que condenaba a tres meses de cárcel a un empresario de El Prat de Llobregat que amenazó con despedir a un cuarto de la plantilla si CCOO ganaba las elecciones sindicales.

Mango es una de las mayores empresas textiles de España, fundada en 1984, cuenta con unos 6.059 empleados en todo el país, entre tiendas y centros logísticos. Ninguno de sus centros de trabajo está sindicado y todos carecen de comité de empresa, según reconocen desde la propia compañía. Una falta de representación legal de los trabajadores anómala en empresas de tal envergadura.  

Desde UGT explican que ya habían intentado con anterioridad y en otros centros de la compañía, propiedad de Isak Andic, constituir comités de empresa, pero que no han sido capaces de armar candidaturas, ya que los candidatos a ir en las listas se les acabaron desmarcando a última hora. Fuentes consultadas por CCOO coinciden: “Mango es una empresa que se ha resistido históricamente a la sindicación”. Desde este sindicato adelantan a EL PERIÓDICO que se retiran de las elecciones en Lliçà, donde también estaban intentando confeccionar lista propia, y que se sumarán a cualquier proceso de denuncia contra los mismos que decida acabar concretando UGT.

Otras corporaciones del sector de tamaños similares hace años que tienen comités de empresa constituidos y a través de los mismos gestionan las posibles desavenencias que fueran surgiendo entre dirección y empleados. En Mango, hasta ahora eso iba a través de la figura del ‘embajador’, un responsable elegido en votación por los trabajadores que debía intermediar entre la empresa y la plantilla. En toda España hay 27 de esta especie de delegados.

Primeras elecciones

El pasado 19 de abril desde la UGT de Catalunya promovieron los primeros comicios sindicales de la historia de Mango, constituyendo lista propia en Lliçà d’Amunt, donde trabajan unas 800 personas. La central preavisó a la compañía, tal como marca la ley, de su intención de celebrar unos comicios sindicales. A estos luego puede concurrir cualquier sindicato que logre armar su propia candidatura con empleados del centro. En ese momento, según explican desde el sindicato, distintos superiores jerárquicos empezaron a abordar individualmente a gran parte de la plantilla para preguntarles sobre su opción sindical de cara a las elecciones. Las votaciones están fechadas para el 19 de junio.

De dichas entrevistas individuales surgió una lista, a la que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, que clasifica a un total de 365 empleados. Con sus nombres y apellidos, las horas que trabajan, su turno asignado y el responsable que entrevistó a cada uno de ellos. 

Lista confeccionada por responsables de Mango para saber qué votará cada trabajador en las elecciones sindicales.

Lista confeccionada por responsables de Mango para saber qué votará cada trabajador en las elecciones sindicales.

"La dirección de la empresa ni ha impulsado ni ha sido conocedora en ningún momento de la elaboración de listas sobre la posición sindical de sus trabajadores. [...] Mango condena firmemente cualquier actuación que suponga un atentado contra la libertad de elección sindical", afirman a este medio fuentes de la compañía. UGT ha presentado ya una denuncia ante la Inspección de Trabajo de la provincia de Barcelona y su gabinete jurídico está ultimando dos demandas judiciales, una por la vía de lo social y otra por la penal.

Fetico niega una alianza con Mango

Desde UGT denuncian que la empresa ha maniobrado para favorecer a la candidatura alternativa a la suya, la del sindicato Fetico. Esta central tiene presencia actualmente en unas 340 empresas, según apuntan desde la misma, con especial implantación en el sector servicios. El Corte Inglés es su principal plaza fuerte. 

El secretario general de Fetico, Antonio Pérez, niega a preguntas de EL PERIÓDICO que nadie de la dirección de Mango se pusiera en contacto con él o con alguien de la central que dirige para instarles a armar una candidatura alternativa. “Vemos el preaviso electoral cuando la autoridad laboral nos lo notifica, como es absolutamente habitual con todos los procesos que se convocan, y a través de gente que conocemos formarnos nuestra lista”, afirma.  

Pérez dice desconocer que la empresa llamó uno a uno a al menos esos 365 trabajadores listados para preguntarles sobre su afiliación sindical y qué votarían en los próximos comicios. "Si eso es así está muy mal hecho", declara. También niega que nadie de la dirección de Mango orquestara una campaña para favorecer su papeleta, si bien reconoce que existe la posibilidad de que mandos intermedios organizaran de manera autónoma y unilateral la serie de entrevistas, la lista ‘política’ y condicionaran a parte de la plantilla para cambiar su voto. 

Sin plan de igualdad

Una de las múltiples derivadas de carecer de comité de empresa es la ausencia de un plan de igualdad registrado, algo obligatorio por ley en España para cualquier empresa de más de 250 trabajadores. Este es un documento que debe consensuarse con los trabajadores para diagnosticar y corregir aquellas discriminaciones que pudieren existir entre la plantilla por razón de género. Y, desde 2019, la ley exige que esas compañías tengan registrado su plan de igualdad, con una serie de requisitos formales, ante la autoridad laboral competente. En este caso, al ser una empresa con dimensión estatal, el Ministerio de Trabajo

Actualmente y tras cuatro años con esa obligación legal en vigor, Mango carece de un plan de igualdad registrado, tal como confirman desde el ministerio dirigido por Yolanda Díaz. Si bien defiende que ha llevado a cabo "acciones de reducción de la brecha salarial pasando en España del 2,7% en 2021 al 1,82% en 2022, cifra que seguirá reduciendo en este ejercicio". 

UGT ha cursado una denuncia ante la Inspección de Trabajo por esta materia. Las multas por carecer de un plan de igualdad oscilan desde los 751 hasta los 7.500 euros, aunque podrían elevarse hasta los 225.000 euros si la ausencia del mismo obedeciera a la voluntad explícita por parte de la empresa de ocultar discriminaciones por razón de sexo.