El presidente de la Reserva Federal (FED), Jerome Powell, confirmó ayer que su organismo contempla comenzar a reducir apoyos a la economía este año para atajar la escalada de la inflación (5,4% en julio, máximo desde agosto de 2008 y muy lejos de su objetivo del 2% en el medio plazo). El máximo dirigente del banco central estadounidense insistió en que la subida de precios es transitoria y evitó precisar tanto el ritmo de reducción de la compra de deuda (actualmente 120.000 millones de dólares al mes) como cuándo se podría anunciar la medida, lo que supuso un alivio para los inversores y provocó subidas en las bolsas de EE UU y cierres con ganancias en las europeas.

Con los mercados de valores mundiales en zona de récords históricos y la variante delta del coronavirus sembrando dudas sobre la recuperación económica, el vértigo se ha instalado en los mercados en las últimas dos semanas y todas las miradas estaban puestas en el discurso de Powell en la cumbre de banqueros centrales que todos los años se celebra en Jackson Hole (Wyoming). Máxime cuando la semana pasada se publicaron las actas de la reunión de la FED de julio y se conoció que la “mayoría” de sus consejeros están a favor de comenzar a retirar estímulos antes de final de año en lugar de a principios de 2022, lo que provocó caídas en las bolsas.

Powell desveló que él mismo formaba parte de esa mayoría: “Yo fui de la opinión, al igual que la mayoría de los participantes, de que si la economía evolucionaba en línea con lo previsto podría ser apropiado comenzar a reducir el ritmo de compra de activos este año”. Desde entonces, destacó, la variante delta ha tenido una mayor propagación, pero también se ha conocido un “fuerte” dato de empleo en EE UU en julio (943.000 nuevos puestos de trabajo y bajada del paro al 5,4%).

En el consejo de la Reserva Federal hay discrepancias sobre si la reducción de la compra de activos (80.000 millones de dólares al mes en deuda pública y 40.000 millones en deuda privada respaldada por hipotecas) debe anunciarse en septiembre o esperar a noviembre para tener más información sobre la evolución de la recuperación. El consenso entre los analistas hasta ahora es que la Reserva Federal anunciará la medida en su reunión del 21 y 22 del mes próximo, pero Powell evitó concretarlo.

Insistió en desligar las menores adquisiciones de deuda de un posible adelanto en la subida de los tipos (en el 0-0,25%), prevista para 2023. “El momento y el ritmo de la próxima reducción en las compras de activos no tendrán la intención de transmitir una señal directa respecto al momento del despegue de los tipos de interés”, destacó. “Tenemos mucho camino por recorrer para alcanzar el pleno empleo, y el tiempo dirá si hemos alcanzado una inflación del 2% de manera sostenible”, alegó.

Asimismo, quiso dejar claro que sigue pensando que el fuerte alza de los precios se debe a factores transitorios, por más que crezcan los temores a que se trate de un fenómeno más persistente. “La inflación en estos niveles es, por supuesto, un motivo de preocupación. Pero esa preocupación se ve atenuada por una serie de factores que sugieren que estas lecturas elevadas probablemente resulten temporales”, defendió.

La intervención de Powell provocó subidas moderadas en las bolsas. El Ibex 35 cerró con una revalorización del 0,33%, hasta los 8.922 puntos, en línea con los selectivos italiano (0,56%), alemán (0,37%), inglés (0,32%) y francés (0,24%). Al cierre de la sesión europea, los principales índices estadounidenses subían aún más, entre el 0,7% y el 1,1%. Además, el euro repuntaba hasta los 1,18 dólares, y el barril de petróleo Brent de referencia en Europa se encarecía más de un 2%, hasta rondar los 71,7 dólares.