Galicia se hipotecó en 1.143 millones de euros en el año de la pandemia. Una cifra que no solo supera a la que se viene registrando en los últimos ejercicios, sino que es la mayor desde 2012, cuando el sector emprendió la senda en picado tanto en concesión de créditos hipotecarios como de capital prestado.
La comunidad gallega cerró el pasado año, marcado por el coronavirus, con 11.303 nuevas hipotecas sobre vivienda. Una cifra que está en línea con la de 2019. Sin embargo, la cuantía prestada en estas hipotecas asciende ligeramente en 2020, un 4,1% frente a los 1.097,4 millones de los doce meses previos, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
En 2020, el endeudamiento hipotecario registró su máximo desde 2012, cuando el importe ascendió a 1.050 millones de euros, que es la mitad que la registrada en 2011. Este desplome marcaría el punto de inflexión de una caída en picado del sector inmobiliario, como consecuencia de la burbuja del 2008.
“El mercado hipotecario se desploma en los años de la crisis y, a partir del año 2015, empieza a repuntar de nuevo”, analiza Benito Iglesias, presidente de la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias (Fegein). A partir de entonces se abre de nuevo el grifo del crédito hipotecario pero de una forma distinta: “Entre 2008 y 2010 se financiaba el 100% de la vivienda más gastos. Ahora no es así. El Banco de España está muy encima de este tema y solo se puede financiar el 80% del valor de la casa”, apunta el presidente de Fegein.
El capital hipotecario ascendió de forma lineal entre 2014 y 2018, cuando se situó en 1.115,4 millones de euros. La cifra descendió ligeramente en 2019 y apuntó su máximo desde 2012 el pasado año. “En Galicia se observa que la pandemia parece haber incidido de un modo menos agudo sobre la firma de hipotecas sobre vivienda que con respecto a la media nacional, que presenta una caída de un 7,6% en el número de hipotecas inscritas y de un -0,8% en el capital prestado”, explica Leyre López, analista de mercado de la Asociación Hipotecaria Española.
La ley Hipotecaria ha cambiado las reglas del juego del mercado inmobiliario, las ha endurecido. De hecho, ha propiciado que la parte más débil del eslabón tenga más dificultades para acceder a estos préstamos, al no disponer de ese 20% del valor de la vivienda ahorrado, coinciden los expertos. “El endurecimiento de las políticas de concesión del crédito influye en la actividad, en forma de menores aprobaciones de hipotecas, con una mayor afectación en aquellos perfiles de riesgo menos solventes”, incide López.
“Nos encontramos en una situación en que la demanda de vivienda de obra nueva sigue siendo superior a la oferta”
Las hipotecas se piden “sobre todo sobre obra nueva, y casi no se ha modificado el precio en todo el año”, analiza el contexto Iglesias. “Nos encontramos en una situación en que la demanda de vivienda de obra nueva sigue siendo superior a la oferta”, dice.
El mercado de la vivienda gallego difiere del resto de España, reflexiona Iglesias. Influye que tenga una de las rentas per cápita más bajas de todo el Estado. Sin embargo, la tasa de ahorro de los gallegos es mayor. “Esto quiere decir que en 2020 ha habido más transacción de vivienda habitual”. El cambio en el mercado gallego comenzó hace tres años, cuando el sector del alquiler todavía empezó a despegar y se acelerará por la movilidad laboral obligada por la pandemia.
Pese a la dificultad de realizar predicciones, el presidente de Fegein prevé que la situación mejorará en el último trimestre del 2021. En su pronóstico, este año podría ser un ejercicio de hipotecas con condiciones favorables para los compradores por los bajos tipos de interés.
