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Ritz negocia ahora completar los cascos del proyecto Havila pero sin rematarlos en Vigo

Incide en su determinación de saldar las deudas de los cruceros, pero asegura que no han podido verificarla al completo

Estado actual de construcción del "Evrima", en el varadero de Barreras. // Marta G. Brea

Desde que los cruceros Pollux y Polaris quedaron empantanados a medio hacer en las gradas de Hijos de J. Barreras, las auxiliares atrapadas por este proyecto han visto pasar quince meses sin que hayan ingresado un euro de las facturas pendientes. Desde aquel 5 de julio de 2019, el astillero solicitó preconcurso, prescindió del presidente (José García Costas), se salvó in extremis de la liquidación y fue traspasado a una armadora de barcos de lujo, con espantada mediante de un gigante petrolífero (Pemex) a cambio de 8,4 millones de euros.

A través de una carta firmada por el presidente ejecutivo de Barreras -y máximo responsable de The Ritz-Carlton Yacht Collection-, Douglas Prothero, la compañía aseguró a las subcontratas que barajaban dos opciones para esas montañas de acero, de las que apenas se ensamblaron 19 y 16 bloques: la construcción completa en Vigo, para su posterior venta, o el desguace. Esa misiva se remitió el 12 de agosto. Ayer, a través de videoconferencia con decenas de proveedoras, desveló una tercera: "Tendremos que trabajar en su construcción, posiblemente no en su totalidad, pero al menos para que puedan ponerse a flote, lo que generará carga de trabajo".

Es el planteamiento que negocia ahora el equipo de Prothero, aunque fuentes próximas a Cruise Yacht Upper Holdco (utiliza Ritz-Carlton Yacht como marca comercial) eludieron ofrecer más detalles. No han aclarado, así, si está encaminada la venta de los cascos una vez tengan flotabilidad, o si el objetivo es maximizar el valor del acero: traspasar dos embriones de cruceros, no colocar la chatarra a peso. "Estamos trabajando en la actualidad con dos posibles contratos para que se puedan construir", aludió Prothero en la charla online, que arrancó -tras problemas técnicos- pasadas las cuatro de la tarde. Estas negociaciones persiguen un doble objetivo: liberar espacio en las instalaciones -Ritz quiere empezar la construcción de un segundo minicrucero de lujo antes de que termine el año- y garantizar carga de trabajo para las auxiliares afectadas por el malogrado proyecto de la naviera noruega Havila Kystruten.

Las primeras llamadas al diálogo de Cruise Yacht no cuajaron y la industria auxiliar, como avanzó FARO, amagó a finales de agosto con paralizar los trabajos, además de validar en asamblea la vía judicial para poder cobrar. Fue el propio presidente ejecutivo de Barreras el que calmó los ánimos: les pidió de plazo hasta "mediados de octubre" para "definir" un mecanismo de pago, un enorme contratiempo heredado de los anteriores gestores. Hoy se cumple esa fecha y esa solución todavía no está definida. El proceso de verificación de la deuda -los nuevos gestores del astillero aseveraron desconocer el importe de las facturas impagadas- arrancó en septiembre, y no ha terminado. "Hemos hecho bastantes progresos en las últimas dos semanas. Tenemos ya el 61% de la deuda verificada, pero nos queda casi el 40%", expuso el canadiense. Prothero ha emplazado a todos los acreedores a enviar la documentación a Beiramar para armar el procedimiento de pago.

Según resumió ayer, su intención es saldar la deuda "en efectivo y en un solo pago que cubra la totalidad" de los trabajos realizados en los cruceros, para lo que está negociando "con varias agencias y entidades". En caso de "no consolidar esta solución", apostilló, ofrecerían un plan de pagos. "Vale la pena esperar un poco para seguir progresando en las conversaciones para la primera solución". Prothero quiere tiempo. Otra cosa es que las auxiliares acepten este planteamiento. Los proveedores volverán a reunirse para decidir qué pasos seguir: si confiar en la palabra de Hijos de J. Barreras o, como defienden muchos -y fue aprobado, por ejemplo, por los integrados en Uninaval-, atajar el conflicto en los juzgados.

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