Con toda la solemnidad asociada al Estado francés, el presidente, Emmanuel Macron, ha anunciado esta tarde su plan para la automoción: 8.000 millones de euros para reflotar un sector gravemente herido por la crisis del coronavirus. El rescate viene con una condición primordial, la vuelta al país galo de parte de la producción, y con una apuesta clara por los coches eléctricos e híbridos. La idea ya la avanzó semanas atrás su ministro de Economía y ya corrió por los pasillos de la planta de PSA en Vigo, pero ahora habrá más concreciones que comentar. La respuesta francesa llega en un momento de zozobra también en España, con la amenaza de Nissan de dejar el país.
"El Estado, en total, proporcionará algo más de 8.000 millones en ayuda al sector. Los fabricantes han asumido a cambio una serie de fuertes compromisos que consisten en reubicar la producción de valor agregado en Francia y consolidar y mantener toda la producción industrial en nuestras fábricas", dijo Emmanuel Macron. El líder galo, que dijo contar con el acuerdo de los dos grandes fabricantes, PSA y Renault, saludó en particular el anuncio de la empresa con sede en Balaídos de que producirá en Sochaux el futuro 3008 eléctrico.
A PSA, que tiene en Vigo una de sus pilares fuera de suelo francés, el Gobierno galo le pide en concreto que ubique en su territorio toda la cadena de tracción eléctrica (cargador, batería, convertidor, sistema de alimentación, electrónica de potencia, motor) y que multiplique por cinco la producción francesa de vehículos recargables.
La idea de repatriar producción no es nueva. En anteriores crisis ya se planteó, pero no se ejecutó, solo compromisos para mantener el volumen de vehículos ensamblados en el país y en la parte que le toca a PSA, ese acuerdo, que en varias ocasiones se hizo extensible a los sindicatos galos en las negociaciones de planes de competitividad, se mantuvo incluso en los peores años de la multinacional, cuando llegó a perder más de 2.000 millones de euros al año.
Baterías eléctricas
En la iniciativa lanzada por Macron se establece que Renault se sumará a PSA en la alianza franco-alemana para la fabricación de baterías eléctricas. La compañía del rombo se encuentra en una situación especialmente crítica.
El plan incluye 1.000 millones para el fomento de la demanda con ayudas a la compra de vehículos eléctricos o híbridos, además de subvenciones para la modernización de cadenas de producción para que se adapten a la fabricación de coches ecológicos. El objetivo pasa por que los productores automovilísticos fabriquen en Francia más de un millón de coches limpios en 2025.
