Peleó "con fuerza, fiel a su talante", hasta que el cáncer se lo llevó la pasada madrugada. El empresario gallego Manuel Jove Capellán (A Coruña, 1941) ha fallecido a los 78 años -cumpliría 79 en junio- tras haber batallado un año contra la enfermedad. Fundador de la desaparecida promotora Fadesa y el holding Inveravante, fue "un gran emprendedor, un trabajador incansable, con una excelente visión para los negocios, y una persona fiel a los suyos y a su equipo", valoró su corporación respecto a su legado. Era una de las mayores fortunas de España y poseía, según la revista Forbes, un patrimonio superior a los 1.600 millones de euros. Estaba casado y tenía dos hijos; su primogénita, María José, murió repentinamente en 2002.

De origen humilde, Manuel Jove comenzó a trabajar a los once años en el taller de carpintería que su padre tenía en la ciudad herculina, donde aprendió el oficio con el que, gracias a su "espíritu emprendedor", a los 19 años abrió su propio taller. "Los fines de semana dedicaba una parte de su tiempo al trabajo de la artesanía de la madera", recordaron ayer desde Inveravante. Sus manos seguían alumbrando los frutos del oficio que aprendió en la posguerra. "Esta actividad le acompañó durante toda su vida, y del pequeño taller que tenía en su domicilio salían piezas de mobiliario".

A comienzos de la década de los setenta fundó Fadesa, promotora inmobiliaria que en 25 años pasó de ser una empresa local a una de las principales inmobiliarias del país, con negocio en el exterior, y que en 2004 salió a Bolsa. Tres años después, en 2007, vendió la compañía a Martinsa, la inmobiliaria de Fernando Martín, y emprendió nuevos proyectos e inversiones mediante la constitución de Inveravante. Aquella promotora -que acabaría protagonizando la mayor insolvencia de la historia empresarial española, con un pasivo de más de 7.200 millones- fue uno de los máximos exponentes de la fiebre del ladrillo, con compañías como Colonial, Riofisa o Metrovacesa.

El empresario llegó a ostentar el 5,067% de BBVA en el año 2007, cuando la entidad financiera entonces presidida por el también gallego Francisco González (Chantada, Lugo) rondaba los 60.000 millones de capitalización bursátil. Se deshizo de todos sus títulos en 2014, y nunca dejó de emprender. Según la edición española de Forbes, contaba a cierre del pasado ejercicio con un patrimonio estimado en 1.600 millones de euros. Ocupaba así el puesto número 16 de las mayores fortunas españolas, ranking liderado por otros dos gallegos: Amancio Ortega Gaona y Sandra Ortega Mera, el fundador de Inditex y su hija mayor, respectivamente.

"El Jefe"

Corre la anécdota de que Jove ya tenía comprado el terreno en Guadalmina (Marbella), una de sus urbanizaciones más exitosas, antes de que el departamento de suelo emitiese su dictamen, pero sí es cierto que sabía trabajar en equipo y cuidaba de él. Tenía carácter y podía echarte una bronca, pero primaba su espíritu familiar y la lealtad a su gente. Los trabajadores le llamaban El Jefe, y El Jefe era de los primeros en llegar y casi siempre el último en marcharse.

Cuando comenzó a trabajar con su padre un hombre valía tanto como su palabra y estrechaba la mano con fuerza. Una funcionaria de Facenda lo recuerda con el lápiz en la oreja, como los carpinteros de antes, cuando acudía a la antigua sede de este organismo en A Coruña en la década de los 80. Otra imagen característica suya era cuando a acudía a las obras tiza en mano y señalaba lo que no le gustaba o consideraba que no estaba bien hecho. El Jefe también supo ver antes que nadie cuándo había que vender. Lo probó en aquel 2007, cuando se adelanta a una debacle de la construcción que nadie veía y vende Fadesa ante la sorpresa del sector inmobiliario. El comprador, Fernando Martín, abonó los casi 4.100 millones de euros de la Oferta Pública de Adquisición, lo que le permitía acceder a una bolsa de suelo de 26 millones de metros cuadrados, activos cuya valoración el propio Martín situaba entonces en 10.536 millones de euros. Este importe representaba casi cinco veces más que el que se reflejaba en el balance del grupo que rodeaba a Martinsa antes de la adquisición. El pez chico se comía una ballena.

El golpe más duro de su vida fue la muerte repentina de su hija en marzo de 2002: María José Jove, entonces con 37 años y dos hijas, era la vicepresidenta de la compañía cuando se la llevó un derrame cerebral de madrugada. Un año después impulsaría la Fundación María José Jove, centrada en la infancia, a la que cedería las obras de su gran afición al arte para exponerlas y desarrollar proyectos educativos y sociales.

Su holding

Inveravante, es una corporación que engloba distintas actividades, desde inversiones en energías renovables, hasta en productos agroalimentarios selectos, pasando por hoteles. Está presente en varios mercados internacionales, como son Marruecos, con complejos residenciales y turísticos de lujo, y varios países latinoamericanos. La firma, que cuenta con una plantilla de unos 800 trabajadores, tiene como vicepresidentes a los hijos del empresario Felipa Jove y Manuel Ángel Jove.

Asimismo, a través de Inveravante, el empresario regresó hace dos años al sector inmobiliario. En la actualidad, Avantespacia, la inmobiliaria de la corporación tiene en promoción unas 2.500 viviendas en distintas zonas del país, después de que en 2018 se hiciera con el 100% de una firma promotora que en 2016 lanzó junto a BBVA, al comprar la participación del 30% que el banco tenía en la firma. Avantespacia cuenta con una cartera de suelos de 1,5 millones de metros cuadrados, de los que 348.000 metros cuadrados están ya en desarrollo en dichas viviendas. La trayectoria profesional de Manuel Jove fue reconocida en muchas ocasiones por prestigiosas instituciones. Así, recibió el título de Comendador Wissan Al Moukafaa Al Watania y el de Comendador del Wissam Al-Alaoui, entregados por el Rey de Marruecos. También fue distinguido con la Medalla Castelao que otorga la Xunta de Galicia.