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Los gallegos con una pensión inferior a 600 euros se reducen

El alza de las mínimas y los mejores sueldos de los nuevos jubilados empujan las prestaciones

Un grupo de mayores, de paseo. // Xoán Álvarez

Es fácil perder la cuenta de cuántos récords van con el gasto en pensiones. La nómina de este noviembre superó los 9.735,5 millones de euros y sí, se trata de otro máximo histórico tras un incremento anual del 4,83%. Detrás del alza constante del desembolso no está solo el también progresivo envejecimiento de la población. Hay que tener en cuenta la revisión de las cuantías conforme al IPC -del 1,6% este año, una vez suspendida el pasado ejercicio la aplicación del polémico Índice de Revalorización, que hubiera dejado la subida en únicamente el 0,25%-, el impulso (3%) a las mínimas y que cada vez se llega a la edad del retiro con sueldos más altos frente a los importes de las pensiones antiguas que dejan de abonarse por fallecimiento del beneficiario. ¿A cuánto asciende esa diferencia? Pues por encima de 300 euros en septiembre, el último mes del que hay datos en detalle. Los 1.652 nuevos jubilados en Galicia entraron en el sistema con una prestación media de 1.176,63 euros. Las 1.646 dadas de baja recibían alrededor de 866,76 euros. Por todas esas razones mengua el grupo de gallegos con las pensiones más bajas. Son aún mayoría, pero menos, con un desplome del 30% en solo un año.

Mientras en el conjunto del país los salarios son el principal sustento para el 61% de la población y el 35% depende de una pensión, en Galicia, como ya adelantó FARO la pasada semana, el 51% de los residentes con algún tipo de rendimiento declarado en el IRPF cobra un sueldo y el 45% son pensionistas. Concretamente, 783.015 personas reciben algún tipo de prestación, según el informe que acaba de publicar la Agencia Tributaria. La cuantía media entre ellos fue en 2018 de 13.122 euros anuales, unos 937 euros repartidos en catorce pagas, lo que supone un ascenso del 3,8% en comparación con el 2017 (12.639 euros). Como queda en evidencia con cada informe mensual de la Seguridad Social con la evolución del sistema, solo Extremadura tiene pensiones más bajas: 12.224 euros. La brecha con el total nacional es de cerca de 1.800 euros (14.917 euros).

Casi siete de cada diez pensionistas gallegos (525.179) no pasa de los 920 euros. Y más de 202.000 de ellos se sitúan por debajo de la pensión mínima, de 606,7 euros. En este grupo estaban 293.000 personas el ejercicio anterior, lo que supone una caída de más de 90.000 pensionistas en los importes más bajos. Lo que no cambia es el peso de las mujeres. Representan el 60% del colectivo de pensionistas pobres.

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Entre los que cobran entre 606 y 919 euros al mes se produce el mayor incremento, casi 76.000 perceptores más en 2017. Y, otra vez, las mujeres son, de lejos, las más numerosas: el 60,6%. A partir de ahí, los hombres lideran la estadística. Especialmente en las prestaciones más elevadas. De los 831 pensionistas gallegos que se mueven entre los 4.550 y los 6.067 euros mensuales, 631 son hombres. Hay otros 1.046 que superan esos 6.067 euros, y ellos son el 77%.

Que Galicia es uno de los epicentros del invierno demográfico es tan evidente como que el resto de España no se queda al margen del fenómeno. De hecho, las comunidades más envejecidas están registrando los menores aumentos del número de pensiones. En Galicia este noviembre el alza fue del 0,4%, mientras que el global estatal se situó en el 1,1%. Dos de las provincias gallegas, Ourense y Lugo, incluso tienen en estos momentos menos prestaciones que hace un año, con bajadas en ambos casos del 0,4%. Lo mismo sucede en Zamora, donde caen un 0,6%; y en León, Cuenca y Teruel, las tres con descensos del 0,1%.

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