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Emilio Pérez Nieto: "El Gobierno se tira a la piscina y después pregunta al socorrista si hay agua"

"El Gobierno se ha tirado a la piscina y después ha preguntado si había agua"

El presidente de honor de Pérez Rumbao, Emilio Pérez Nieto. // Brais Lorenzo

Emilio Pérez Nieto recibe hoy la Medalla de Oro del Círculo de Empresarios de Galicia, un reconocimiento que -confiesa- "hace mucha ilusión". Referencia en la empresa familiar y, sobre todo, en la industria de la automoción, Pérez Nieto reclama certidumbre y diálogo a las administraciones para afrontar los "retos del futuro" con garantías.

- El ecosistema empresarial gallego está principalmente sustentado en la empresa familiar. ¿Cree que está suficientemente puesta en valor?

- Se conoce poco lo que representa en Galicia. Tenemos empresas muy pequeñas, también familiares, que tienen una vida más o menos limitada por el marco legal en el que nos movemos, pero están los que se atreven a dar el salto. Ahí tenemos empresas familiares muy importantes, no bien valoradas.

- Pese a ese minifundismo, sí hay dinamismo. Pérez Rumbao, por ejemplo, no ha dejado de crecer.

- Las empresas o crecen o languidecen, no tienen esa capacidad de estar sin desarrollo durante años, sin que pase nada.

- ¿Qué planes tienen de futuro?

- Debemos estar en crecimiento constante, y para crecer hace falta ser muy autosuficiente, tener recursos propios permanentes. Y eso exige un esfuerzo reinversor, un sacrificio por parte de los accionistas de renunciar a repartirse los beneficios para capitalizarlos. Tenemos una exigencia adicional de inteligencia y talento dentro de la compañía, aunque a veces tengamos que buscarlo fuera. Nuestros planes pasan por, no solamente mirar a los sectores en los que estamos, si no estar permanentemente atentos a las derivadas de estos sectores para caminar hacia ellos.

- El cliente ha cambiado.

- Porque no es igual comprar un coche para satisfacer las necesidades del transporte que otro que satisfacía el orgullo de tenerlo y conducirlo tú mismo. Debemos afrontar estos desafíos, que serán las nuevas fuentes de ingresos de nuestros negocios de automoción.

- Dieselazo , WLTP, horizonte 2040? En meses han encarado un maremagnum de novedades. ¿Cómo se afronta esto?

- En el sector debemos ser muy templados. Son tantas las cosas que se dicen, y en la mayoría de las ocasiones sin un soporte o estudio previo? Uno tiene que mantener la templanza, hay auténticas ocurrencias.

- Que hacen mella.

- Claro. Hay cosas que evidentemente son verdad. El mundo camina hacia la electrificación, sin ninguna duda, pero no a cualquier precio ni a cualquier velocidad. No se va a cambiar la flota de 200 millones de automóviles en veinte años para que solo haya eléctricos, eso es imposible.

- ¿Están hablando con la administración sobre todos estos anuncios, para adaptar los tiempos?

- Sospecho que la administración, en el caso de España, se ha tirado a la piscina, y después ha preguntado al socorrista si había o no agua.

- Casi todas las actividades económicas en Galicia echan en falta personal cualificado. ¿Les sucede lo mismo?

- Existe un gran divorcio entre los planes de estudio y la economía real del país. Se prepara a gente muy bien, pero en cosas que no tienen ya utilidad en el mercado. Seguimos hablando de planes de formación profesional, con una capacidad casi académica, pero no han hablado con los agentes empleadores. Nadie mejor que las empresas para saber qué necesidades tienen. Pero nadie les pregunta, al menos por ningún canal conocido. Necesitamos formación en áreas muy específicas, formar a gente para las tecnologías del futuro. Si los coches van a ser eléctricos, por poner un ejemplo, no va a ser necesario preparar para las próximas generaciones a mecánicos del automóvil en el sistema tradicional. Debemos readaptarnos a los tiempos. Tenemos mucho talento, pero mal dirigido.

- Desde su punto de vista, ¿cómo vamos a atacar el invierno demográfico?.

- Acabada la generación del baby boom, sí que no tenemos gente. Eso se sustituye con una inmigración selectiva, que no se está haciendo nada bien. No es abrir la puerta a todo el que quiera llegar, sino al que quiera hacerlo adaptándose además a las necesidades del país. No se puede hacer todo con arroutadas. Es fundamental también buscar cómo ser un área con atractivo, que la gente se adapte a nuestras condiciones climáticas, culturales? y ofrecerles buena calidad de vida. Hoy afortunadamente Galicia ha mejorado mucho, pero hasta hace poco la oferta en calidad de vida era escasa. Hay que ver lo que ha vertebrado el tren entre A Coruña y Vigo, o la autopista del Atlántico? Pero hay que vertebrar la Galicia interior, mejorar la formación, el ocio? Cada vez estamos mejor, aunque tenemos que saberlo vender con inteligencia, que la gente no solo venga de turismo a hacer el Camino de Santiago.

- ¿Qué le parece la subida del salario mínimo? O, en todo caso, ¿no ha llegado la hora de mejorar las retribuciones de los trabajadores?

- Cuando utilizas el Boletín Oficial del Estado para decretar, sin haber consultado ni medido las consecuencias, vas a tener poco éxito tanto con el que va a recibir la bendición como con el que sacrificas por tener que asumirlo. Yo soy muy partidario de que hay que mejorar la calidad de vida, la gente debe tener una mayor recompensa por su trabajo, y en la medida de lo posible. Pero no hay que olvidar que estamos en un mercado global. Si subimos el salario mínimo interprofesional hay mucha gente que se va a quedar sin empleo. Lo que estamos generando es marginalidad, y es mejor generar riqueza. Hagamos las cosas con tiento, no se puede subir de repente un 20%, eso tiene unos costes enormes si no van aparejados de medidas para mejorar la productividad. Que den estabilidad a los agentes del mercado, que son los que mejor lo conocen.

- Este acuerdo ha obviado la mesa de diálogo social y el acuerdo de negociación colectiva.

- No pueden dejar a los empresarios al margen cuando toman una decisión así. Es un gran error. Si estamos viviendo una paz social, ¿por qué provoca ahora una situación de este tipo? Soy un gran defensor del diálogo social, no te lo puedes cargar a base de decretos. En el caso de los salarios hay agentes, empresarios y sindicatos, que son los que se tienen que poner de acuerdo. Y el Gobierno solo tiene que hacer de notario, lo que pasa es que interfiere e interviene en su afán de controlar y vigilar la vida de las personas hasta sus últimas consecuencias. Pretende ser el que sabe de todo, pero eso no existe ya. Gobernar con el boletín oficial se escribe fácil, y se obliga, pero luego se generan problemas.

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