En una economía tan envejecida como la gallega, el peso de la población pensionista es determinante para el factor consumo. En Galicia hay más de 792.000 perceptores de una pensión, un 30% del total de habitantes de la comunidad, que dependen de una paga pública para llenar la cesta de la compra y abonar facturas. Por eso el hecho de que su poder adquisitivo vaya a menos -con una subida inferior al IPC, por ejemplo- tiene tanto impacto en la generación de riqueza. La doble recesión golpeó de lleno en la franja de asalariados próximos a jubilarse, muchos de los cuales o fueron despedidos o sufrieron ajustes en las nóminas, y ahora se nota en las pagas de aquellos -sobre todo mujeres- beneficiarios de una prestación de viudedad. Las que fueron dadas de alta en mayo cobraron de media 586,6 euros; las que lo hicieron el año pasado habían percibido 112 euros más (ocho euros más al mes por 14 pagas).

Pero esta disminución no fue general: en el conjunto de España las nuevas pensiones de viudedad sí crecieron (56 euros más al año). Esta situación ha ensanchado la brecha entre las pagas que ingresan las mujeres viudas gallegas y las del resto del país. En mayo de 2017 la diferencia era de un 15,3% (en perjuicio de las de Galicia), y ha pasado ahora al 17%. Es la primera vez que este diferencial ha aumentado en los últimos cuatro años, ya que desde 2014 el gap con el promedio estatal se había ido reduciendo de forma paulatina. Las que se reparten en Galicia son, además, las pensiones de viudedad más bajas de España, y la comunidad donde menos mujeres se van a beneficiar del incremento de la base reguladora (solo tres de cada diez, ya que solo es de aplicación para las prestaciones mínimas). En total, a 31 de mayo había 186.600 perceptores de pensión de viudedad en la comunidad; el 90% eran mujeres, y la mayoría no complementan esta paga con otra pensión. La de viudedad suele ser la única prestación que les entra en la cuenta bancaria.

Los autónomos

Cada mes se dan de alta como pensionistas cerca de un millar de nuevas viudas en Galicia, y una de cada tres lo hace en el régimen general de autónomos. Si ya las pagas de jubilación de este colectivo son las más bajas del sistema, las que después se conceden a las mujeres son ínfimas. Y el problema es que también han ido a menos. Por ejemplo, en mayo de 2017 la Seguridad Social dio de alta a 299 beneficiarios de pensión de viudedad y les reconoció una paga de 432 euros mensuales. Las 297 que se dieron de alta este año pasaron a cobrar 407,6 euros, según los datos oficiales. Es una diferencia de casi el 5%; las nuevas viudas de trabajadores autónomos cobrarán un mínimo de 340 euros menos al año que las que les precedieron.