Pese al mensaje unánime de los bancos con su apuesta por inyectar dinero en el tejido productivo y aprovechar la "demanda solvente" de empresas y familias, al crédito le cuesta pisar el acelerador. Nadie espera que llegue a los niveles de la etapa de bonanza, muy vinculados con la burbuja del ladrillo y el crecimiento basado en deuda, pero las nuevas operaciones que se están firmando no alcanzan ni para compensar las que se cancelan. Galicia lleva así años, desde los máximos marcados justo en el momento de la fatídica fusión de las dos cajas. Y la caída se mantiene. Durante el primer trimestre del año, los préstamos se redujeron otro 0,6% con respecto al cierre del pasado 2017. Son prácticamente 300 millones de euros menos. El descenso se centra en los hogares y las compañías porque para el sector público el grifo se abrió.
La financiación a las administraciones gallegas ascendió en marco a 2.006 millones de euros, según el balance que acaba de publicar el Banco de España. Es un 2,1% más que el montante acumulado en diciembre. El crédito destinado a los otros sectores residentes, donde se incluyen las familias y las empresas, bajó, en cambio, un 0,75%, hasta los 37.789 euros. El total en vigor ronda los 39.800 millones de euros y desciende al menor nivel de los últimos 13 años.
En el conjunto del Estado, el crédito disminuyó un 2,2%. Se queda en 1,245 billones de euros. Galicia no está esta vez entre las regiones con caídas más acusadas, pero tampoco entre las que siguen la tendencia contraria. La financiación aumentó un 7,3% en Murcia, un 6,8% en Cantabria, un 1,5% en Asturias y un 1,3% en Canarias. Los mayores recortes se dan en La Rioja, donde cae un 5,8%; en Madrid, con un retroceso del 4,2%; Cataluña, del 2,2%; y Castilla-La Mancha, con otros 2,1%.
Como viene siendo también habitual, el ahorro en Galicia bate una marca histórica casi en cada actualización trimestral de los datos del Banco de España. Son 61.474 millones de euros, de los que 58.698 millones pertenecen al sector privado y 2.776 millones a las administraciones. Ocurre justo lo contrario que con el crédito: mientras en el sector público los depósitos caen en el primer trimestre un 2,5%, en el caso de los hogares y las empresas remonta otro 0,8%.
La atonía de los intereses por los bajos tipos tira hacia abajo de los depósitos a plazo. Bajan un 2,8% en la comunidad, hasta los 16.858 millones de euros. Las cuentas a vista crecen un 2,3% (41.824 millones).
Con la reducción del crédito y el alza sin tregua de los depósitos, los ahorros de los gallegos superan en casi 21.700 millones de euros a las deudas contraídas con las entidades financieras.
Galicia está siendo uno de los territorios que más sufre la sequía del crédito por el enorme impacto que tuvo la reestructuración financiera. La nacionalización de las cajas y el naufragio del Pastor, en vías de desaparición dentro de su integración ahora con todo el grupo Popular en el Santander, provocaron un descenso de la financiación histórico. Desde 2009, cuando estaban concedidos 71.300 millones, el crédito en la comunidad se desplomó más de un 44%. Se redujo en 31.500 millones de euros.
