La compañía china BYD, una de las líderes mundiales en vehículos eléctricos, construirá en la ciudad marroquí de Tánger una planta de fabricación para surtir al mercado local y al extranjero, según un acuerdo presentado ayer en Marruecos. De esta forma el país magrebí se convierte en el receptor de un nuevo fabricante asiático, algo a lo que también aspiraban tanto Galicia como el norte de Portugal.

Si bien el nombre que estaba sobre la mesa era el grupo Yang TZE, especialista en la producción de autobuses y coches de propulsión eléctrica, finalmente será BYD. El presidente de la firma, Wang Chuanfu, fue recibido por el rey Mohamed VI en el Palacio Real de Casablanca, al que presentó su proyecto en Tánger, que será el primero del grupo en África.

Por el momento no se ha desvelado ni el monto de la inversión ni los plazos de realización, pero sí que el proyecto generará 2.500 empleos locales en la región de Tánger y que ocupará 50 hectáreas, sumándose así a la planta que otro gigante de la automoción, en este caso Renault, tiene en la misma región de Tánger, donde produce varios modelos de su marca subsidiaria Dacia.

BYD tiene en China un 30 % del mercado del automóvil eléctrico, y se calcula que su parte en el mercado mundial es del 13 %, a través de sus 30 plantas en todo el mundo, donde emplea a más de 220.000 trabajadores.

En Marruecos, el mercado del automóvil eléctrico es casi inexistente, pero la industria de automoción tradicional (con la planta de Renault y una próxima del Grupo PSA en Kenitra) se está convirtiendo en uno de los motores del desarrollo industrial en el país, al atraer a un buen número de industrias subsidiarias.