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¿Qué parte del sueldo de los gallegos se va en 'darle de comer' al coche?

El elevado precio del combustible y las bajas nóminas, factores clave

Un empleado llena el depósito de un cliente // Marta G. Brea

En Galicia se pagan los terceros salarios más bajos de España, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Y las segundas pensiones más escasas, de acuerdo al Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Pero, además, sufre los precios más elevados del combustible del país, con una cotización media de 1,18 euros el litro de gasóleo (el principal en el actual parque móvil español). Con estos mimbres se produce el siguiente escenario: los asalariados gallegos tienen que destinar un 16% más de salario que la media a sufragar el repostaje de sus vehículos. De cada cien euros que ingresa cada trabajador al mes, nueve se los lleva el diésel para el coche, y solo los extremeños -tienen las nóminas más bajas- deben hacer un esfuerzo mayor.

El cálculo utiliza un supuesto uniforme para todas las comunidades con la base de que cada usuario llena el depósito dos veces al mes, teniendo además en cuenta el salario medio en Galicia (1.460 euros), que el llenado del tanque de combustible se come a día de hoy 64,9 euros y la cotización de este tipo de carburante por cada comunidad autónoma. Así, el esfuerzo que hace cada asalariado gallego es del 9% de sus ingresos, solo de dos décimas menos que el de los de Extremadura. De promedio en España el coste mensual del diésel supone un desembolso del 7,5% de la nómina de cada trabajador. ¿La razón de este desfase? Sigue siendo doble. De una parte, porque el litro de diésel se pagaba ayer en el conjunto de las estaciones de servicio españolas a 1,11 euros, siete céntimos por debajo de las gallegas; de otra, porque la nómina media (no quiere decir que sea la más habitual) nacional es 1.629 euros mensuales, 169 euros por encima de las que se abonan en Galicia.

Este panorama es sustancialmente peor para los pensionistas, que de media en la comunidad perciben al mes 781,4 euros. Aunque solo llenaran el depósito por completo una vez al mes, y con la cotización actual del gasóleo en las estaciones de servicio gallegas, esos 65 euros que tendrían que desembolsar equivale al 8,3% de su paga. Para el conjunto de España este importe se queda en el 6,6% de la pensión; es decir, el esfuerzo para los pensionistas de Galicia es un 20% más elevado. ¿El motivo en este caso? Que las pagas en la media nacional rozan los 925 euros. Pero hay ejemplos significativos como el que resulta de comparar Lugo y Asturias, que comparten frontera. Un pensionista lucense que hubiese llenado ayer el tanque de gasóleo tuvo que desembolsar esos 65 euros, equivalente al 9,3% de su paga (de 693,5 euros); el asturiano abonó 62,7 euros, equivalente a menos del 6% de sus ingresos. En resumen: al de Lugo le supone un esfuerzo que supera al del asturiano en casi un 40%.

Mientras tanto la Comisión Nacional para los Mercados y la Competencia (CNMC) continúa sin abrir una investigación que determine por qué Galicia es, pese a contar con una de las ocho refinerías de la península, la comunidad más cara para los conductores. El regidor vigués, Abel Caballero, se hizo eco ayer de la información de FARO y reclamó "soluciones" tras conocer que Vigo es la urbe más cara de España para repostar. "No hay ninguna razón que lo justifique", expuso. "La mediación de [Alberto Núñez] Feijóo con Competencia no dio resultado", exhortó, y volvió a recordar la penalización del céntimo sanitario. "Yo exijo la actuación de la Xunta y el Gobierno de España para garantizar la competencia en Vigo. El precio está siendo terroríficamente gravoso para los ciudadanos de Vigo", zanjó.

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