La "ofensiva" de PSA Peugeot Citroën en el norte africano y Oriente Medio ha comenzado. Ayer, el grupo anunció la firma para la construcción de una fábrica en Marruecos que, como avanzó FARO, estará ubicada en Kenitra y costará entre 500 y 750 millones de euros. Concretamente, la inversión industrial de esta planta será de 557 millones y, según anunció el grupo a través de un comunicado, pretende albergar la fabricación de 90.000 motores y vehículos a partir de 2019 con el objetivo de cubrir "las necesidades de la región".

Coincidiendo con la celebración en París de una reunión del comité estratégico, Carlos Tavares, presidente de la corporación, visitó el Palacio Real de Rabat (capital del país magrebí) bajo la presidencia de Su Majestad el Rey Mohammed VI de Marruecos y el ministro de Industria, Comercio, Inversiones y Economía Digital, Moulay Hafid Elalamy, para firmar el acuerdo que permitirá la expansión industrial del grupo en el país. "África y Oriente Medio son mercados históricos para PSA y deben convertirse en una palanca de internacionalización rentable de nuestro plan Back in the Race [desplegado en abril de 2014, que permitió pasar de los 2.227 millones de euros de pérdidas de 2013 a 555 el año pasado]", explicó Tavares.

PSA dudaba entre tres emplazamientos para asentar esta factoría. Finalmente, descartó Tánger y Casablanca para quedarse a 40 kilómetros al norte de Rabat, en Kenitra. Allí, tiene previsto fabricar vehículos de los segmentos B y C, que serán los sustitutos de los actuales Citroën C-Elysée y Peugeot 301 (que se fabrican en Vigo y Wuhan, China), además del lanzamiento de un nuevo modelo low-cost.

La firma gala cree que esta planta permitirá completar el dispositivo industrial existente en Nigeria y en Irán, en la actualidad en fase de negociación y pendiente de las sanciones internacionales. Con este acuerdo pretende cubrir mercados históricos para el grupo (Túnez, Marruecos y Argelia) y, para ello, PSA quiere alcanzar una producción de 200.000 unidades a largo plazo, "cuando la demanda comercial así lo exija" apoyándose en la "competitiva red de proveedores existente en Marruecos".

"Este acuerdo firmado hoy [por ayer] con el Reino de Marruecos nos permitirá disponer de una importante capacidad de producción dentro de la propia región para alcanzar nuestro objetivo de vender un millón de coches en el año 2025", explicó Tavares.

Moulay Hafid Elalamy, por su parte, cree que esta inversión industrial demuestra "la idoneidad" de su política. Una política que, según el ministro, "favorece las inversiones de los más importantes constructores mundiales, lo que convierte a Marruecos en el principal enclave para el desarrollo de la industria del automóvil en el continente africano".

Y es que Marruecos aporta financiación y diversas ventajas fiscales para que estas multinacionales se implanten dentro de sus fronteras. Así por ejemplo, tiene unos costes laborales hasta un 73% inferiores a los europeos y garantiza un impuesto de sociedades del 0% durante los cinco primeros años de la fábrica, que pasaría al 8,75% durante los siguientes veinte.

Por otro lado, también facilitan los trámites aduaneros y el libre repatriamiento de los beneficios del capital. Todo ello con el objetivo de conseguir esta factoría del Grupo PSA Peugeot Citroën en su país.

Esfuerzo para Vigo

Pese a que la producción no estará destinada al mercado europeo, la planta de Vigo se ve "amenazada" con esta nueva factoría, que significará la necesidad de redoblar esfuerzos en el futuro para seguir siendo un referente.

No en vano, el director de la planta de Balaídos, Yann Martin, ya explicó a principios de este año en una entrevista concedida a este diario que una planta en el país magrebí representaría una amenaza para Vigo, que solo se evitaría "siendo los mejores".

Este anuncio del grupo es el segundo es un breve espacio de tiempo con una repercusión importante para la factoría de Vigo. A esta inversión africana se sumó, a principios de este mes, la asignación de la producción complementaria de la próxima generación de vehículos industriales ligeros (furgonetas), conocido como proyecto K9, a la planta lusa de Mangualde Esta medida, en cambio, supone una mejora de la competitividad de la fábrica de la ciudad olívica y ofrece flexibilidad para producir.

Haz click para ampliar el gráfico