La decisión del Gobierno de incluir en la reforma fiscal la tributación para las indemnizaciones por despido se interpreta de muy distinta forma entre los empresarios y sindicatos. Si para los primeros es una medida adecuada, para los sindicatos es una decisión injusta, como opinan algunos de los economistas consultados.

Desde la patronal gallega, su presidente, José Manuel Fernández Alvariño, aseguraba que "si para todos cuando hay una percepción de cualquier emolumento, se paga a Hacienda, cuando hay una liquidación habrá que tributar". Aunque, matiza, "otra cosa es el caso del desempleo, que habrá que protegerlo, pero cuando hay una liquidación importante creo que está bien que tribute, con unas limitaciones claro".

Por su parte, el presidente del Círculo Financiero de Vigo, Jaime Garrido, se mostraba también comprensivo con la decisión del Gobierno. "Parece claro que sería muy gravoso para las grandes indemnizaciones, que tendrán que tributar y mucho, pero la gran masa que son objeto de las regulaciones estarían exentas porque la indemnización media de los últimos años fue de 12.000 euros". Para Garrido, sin embargo, "lo que hace falta son politicas reales que creen empleo, que sería otro mecanismo de minimizar estos impactos".

Mientras, desde los sindicatos, el líder gallego de CC OO, José Manuel Sánchez Aguión, no duda en calificar la medida como "barbaridad "porque "cuando un trabajador pierde su trabajo, su valor más preciado y sobre el que sustenta su vida, si es indemnizado y cada vez en menor cuantía por la reforma laboral y porque los contratos son cada vez más precarios, si se penaliza esa indemnización, estamos castigando a los de siempre. Mientras que a los grandes empresarios y banqueros, con sus grandes contratos blindados, no se les toca". Por ello no duda que "esta reforma fiscal favorece a las rentas más altas".

En la misma línea se expresó José Antonio Gómez, el líder gallego de UGT, señala que "esta reforma responde a un afán tremendamente recaudatorio pero es muy injusto porque penaliza de forma doble a los trabajadores despedidos, que lo son de forma involuntaria. El gobierno castiga a los despedidos".

Mientras, el economista José Antonio Pena considera "injusta" la tributación por las indemnizaciones por despido. "El IRPF se está convirtiendo en un impuesto de las rentas del trabajo, no se están tocando las rentas del capital ni las plusvalías. El tipo diferencial en el trabajo estaba en el 51% y el de las rentas de capital en el 27%, lo que deja bastante margen para actuar sobre éstas y ahí es donde está la tributación de las grandes fortunas. Me parece bastante injusto".

Finalmente, para el presidente del Colegio de Economistas de Pontevedra, Joám José Santamaría, la medida "está muy mal." porque "en la situación en que estamos, que alguien pierda el trabajo, ya es dramático, y esta tributación lo hace más dramático aún". Para Santamaría, no debería tenerse en cuenta solo el criterio de la cantidad de la indemnización sino también la edad porque "no es lo mismo quedar en paro a los 60 años que a los 45 y más en la situación en la que estamos".