La oficina estadística europea (Eurostat) confirmó ayer que el déficit público español sin contar el coste del rescate bancario fue en 2013 del 6,62% del PIB (el mismo dato que avanzó el Gobierno el 28 de marzo) pero elevó el déficit total del Estado (sumadas las ayudas al sector financiero) en tres centésimas adicionales respecto al diagnóstico del Ejecutivo y situó el descubierto en el 7,1% del PIB. El déficit sin auxilios a la banca es el que cuenta a efectos de cumplimiento del Pacto de Crecimiento y Estabilidad europeo. Pero el segundo es el real porque es el que engrosa la deuda pública. Al cierre de 2013 el Estado debía 72.577 millones (7,1% del PIB)más que a comienzo de año. Los datos de Eurostat tienen buenas y malas noticias para España y corrigen algunos lugares comunes en la creencia popular. El 6,62% de déficit sin contar ayudas bancarias es malo porque España vuelve a incumplir un año más el objetivo que se le había impuesto (bajar el déficit al 6,5%) y más cuando ya se le había reducido en dos puntos esa exigencia, dado que el compromiso inicial era disminuirlo al 4,5%. Pero es un resultado bueno porque el incumplimiento (algo más de una décima de PIB: 1.227 millones) no es escandaloso. Es también positivo porque prosigue en la senda descendente del descubierto presupuestario (antes del rescate) que se inició en 2010 pero es insatisfactorio porque respecto a 2012 apenas supone una mejora de 0,3 puntos (3.67 millones).