En el almacén de filiales de la multinacional gallega Pescanova se espera a las rebajas. Grupos pesqueros y alimentarios de todo el mundo se han puesto en contacto ya con algunos bancos acreedores para interesarse por la compra de activos pese a que la compañía con sede en Chapela acaba de aterrizar en el concurso de acreedores. También algunos proveedores comerciales, según ha podido constatar FARO, -entre los cuales también habría alguno de Galicia- querrían adquirir activos "a buen precio" para hacerse con gran parte del proceso de elaboración de los productos. Esto es, avanzarían hacia una integración vertical del producto no solo vendiendo material, sino también transformándolo o haciéndose cargo de su producción. "Nos llaman casi todos los días preguntando por la posibilidad de comprar activos", asegura un directivo bancario.

"Aquí tocarán a los bancos, pero también a la CNMV (la Comisión Nacional del Mercado de Valores), Deloitte (administrador concursal) y hasta al juez", expone otro. Y no solo eso, ya que empresarios extranjeros ya han contactado con armadores vigueses para interesarse, también, por la posibilidad de aprovechar el colapso de Pescanova. Fuentes de toda solvencia apuntaron al interés de la compañía tailandesa Charoen Pokphand Foods (CPF) por "comprar activos acuícolas en Sudamérica, pero solo de langostino". La razón es doble: el precio sería más que razonable y sus plantas acuícolas presentan niveles de producción anormalmente bajos por una enfermedad que afecta a esta especie. Las plantas de salmón (como las de Acuinova o Nova Austral) están más depreciadas por la caída del precio de esta especie.

"Y grandes armadores que preguntan por la flota de Chile, la de Namibia... Claro que sí, y probablemente se harán con filiales muy buenas por un precio de risa", lamenta un empresario vigués vinculado también al negocio pesquero. "Es evidente que con la marca consolidada que tiene y con negocios en tantos segmentos, el interés que va a despertar, que está despertando, es enorme", coinciden los bancos.

Caída de precios

El problema, a día de hoy, es la carga de deuda que arrastra el ánimo de los compradores al fondo. "Esta gente sabe cómo funcionan las cosas. El plan de viabilidad -que van a elaborar Senén Touza y Santiago Hurtado, de Deloitte- incluirá una poda en el grupo", por lo que las ofertas no son en firme a día de hoy. "Esperarán a que se deprecie y comprarán al 25% del valor que tiene, desgraciadamente", se lamenta un ejecutivo próximo a la multinacional que preside -todavía- Manuel Fernández de Sousa. "Antes estaba en manos de la banca, pero él quiso llevar las riendas y ahora las tiene el juez, la CNMV, KPMG y Deloitte. Todos menos él", explica la misma fuente. "Un inversor no va a estar dispuesto a comprar y hacerse cargo de toda la deuda, por eso van a esperar a que se produzca el peor escenario". La liquidación.

La pregunta es qué se puede vender para que la empresa, si logra un pacto con sus acreedores, sea rentable. No queda más salida que "la reestructuración", incide un banquero. Venta de filiales y activos en general. Entre 2005 y 2011 Pescanova duplicó el valor de sus activos fijos, que financió con un apalancamiento (alto nivel de deuda para financiar un proyecto) del que ahora no puede salir. Las centrales sindicales, que reclaman salvaguardar el empleo a toda costa, también aceptarían la venta de filiales a otros grupos si eso no implica medidas traumáticas.