Ence, empresa papelera y de energías renovables, prepara un expediente de regulación de empleo de extinción para 144 trabajadores del millar que tiene en sus plantas de Pontevedra, Navia y Huelva. Además, y en el marco del nuevo convenio colectivo, ha planteado a los sindicatos "flexibilidad salarial" -una parte del sueldo sería variable y ligado a la productividad- y aumentar la jornada laboral. Estas drásticas medidas son consecuencia, según la compañía, de la subidas impositivas y de las reformas energéticas aprobadas por el Gobierno de Mariano Rajoy, cuyo impacto económico debe "compensar" para asegurar la competitividad de sus instalaciones. Los sindicatos en las plantas de la empresa ya han anunciado movilizaciones "fuertes e inmediatas", que pueden incluir "al menos una semana de huelga".

La compañía explicó ayer que la "fuerte reestructuración laboral persigue mantener la competitividad en los mercados internacionales" tras las modificaciones aprobadas por el Gobierno el pasado 1 de febrero, "que introducen duras e inesperadas medidas en la retribución de la energía renovable". Se refería a la nueva regulación con la que se modifica el sistema de retribución de las actividades reguladas del sistema eléctrico, que incluyen el transporte, la distribución y las primas a las renovables, entre otros conceptos. Esta actualización se hacía conforme al IPC menos medio punto, pero ahora se realizará en base a la inflación subyacente -que no tiene en cuenta la evolución de los productos energéticos ni de los alimentos frescos- y a impuestos constantes. Esta medida se suma a las modificaciones fiscales aprobadas el pasado diciembre, y que Ence no puede repercutir en los recibos de los consumidores, como harán las eléctricas.

La empresa no especificó el número de empleados que se pueden ver afectados en cada una de las tres instalaciones fabriles en España.