La flota atunera española y gallega que faena en el Índico se encuentra en “alerta máxima” y “asustada” ante la posibilidad de que sean atacados por los piratas ante las últimas acciones de los corsarios, con el secuestro de varios buques en los últimos días al sur y al este de Somalia, y reclaman protección de la misión Atalanta puesta en marcha por la UE para luchar contra la piratería.

Los atuneros se desplazaron el año pasado hacia aguas del sur y el este de Somalia para evitar los ataques piratas, que durante 2008 se concentraron mayoritariamente en el Golfo de Adén. Sin embargo, los asaltantes, ante la presencia de las fragatas de guerra de la UE y de la OTAN en las proximidades de este corredor marítimo, se han ido moviendo hacia el sur y han capturado varios buques mercantes en los últimos días y un pesquero taiwanés ayer.

La patronal pesquera Cepesca asegura que entre la flota española impera “la intranquilidad y el pánico” y espera que el cambio de mando de la misión Atalanta, que el próximo fin de semana asumirá el capitán de navío ferrolano Juan Garat Caramé, “sea sensible al peligro al que está sometida la flota por el acoso de los piratas”.

La organizaciones que representan a los atuneros congeladores españoles, Anabac y Apagac, aseguran que la preocupación en las tripulaciones es máxima después de que ayer por la mañana los corsarios secuestrasen a más de 600 millas de la costa somalí un pesquero taiwanés con 29 tripulantes a bordo. Este fin de semana, los piratas también secuestraron un carguero alemán a 400 millas del puerto somalí de Kismayu, entre Seychelles y Kenia.

Por este motivo, uno de los armadores gallegos con buques en el Índico, denuncia que la misión Atlanta contra la piratería es un “fracaso” porque la flota pesquera española “sigue desprotegida”.

Los piratas somalíes secuestraron en los últimos tres días al menos cinco barcos, entre ellos un buque británico gestionado por una empresa italiana, un yate francés y un carguero alemán, pese a la fuerte presencia de buques de guerra europeos y de otros países en la zona. Estas cifras suponen un importante repunte, ya que, según la Oficina Marítima Internacional (IMB) en los tres primeros meses del año sólo se habían producio ocho secuestros en el golfo de Adén.

El incremento de los ataques piratas el año pasado en las aguas del Cuerno de Africa, una concurrida vía marítima, con numerosos secuestros de barcos y cientos de tripulantes a bordo llevó a que varios países y organizaciones internacionales como la Unión Europea y la OTAN enviaran a la región buques de guerra, lo que redujo el número de ataques exitosos. Sin embargo, se siguen produciendo intentos casi a diario y ahora los piratas se están aproximando al archipiélago de las Seychelles.

El último barco víctima de los piratas somalíes ha sido una embarcación británica. “Un carguero de 32.000 toneladas fue secuestrado a primera hora de hoy. Se trata de un barco de propiedad británica pero operado por italianos”, anunció Andrew Mwangura, del Programa de Asistencia a Marinos del Este de Africa, con sede en el puerto keniano de Mombassa.