Lo que era hasta ahora un secreto a voces, queda oficialmente confirmado. Con una comunicación a la mismísima Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el organismo regulador del mercado bursátil español. ACS busca comprador para su 45,308% del capital de Unión Fenosa y así quedar libre y con fondos para "consolidar su participación" en Iberdrola, donde es también el socio mayoritario. Novias no le faltarán, seguro, empezando por grandes inversores gallegos, que han empezado ya a movilizarse para poner sobre la mesa de Florentino Pérez y los hermanos March, presidente y máximos accionistas, respectivamente, del grupo constructor y de servicios, una buena oferta. El intento vuelve a tener la complicidad de la Xunta, que no disimula su deseo de resucitar la frustrada puja que hace casi tres años llevó a Amancio Ortega, Jacinto Rey y Caixanova a rozar el timón de la tercera eléctrica española. Los movimientos son cautos y sus protagonistas prudentes para no cometer errores del pasado.

"Hay algún contacto ya, sí", reconocen en los círculos de varios empresarios gallegos. "Se puede intentar", asegura otra fuente conocedora de estos primeros pasos. Conscientes todos de que el bocado es tan apetitoso como difícil de digerir. Tras la disparada subida en las dos últimas jornadas en Bolsa -especialmente ayer, una vez realizado el anuncio, hasta un 16,44%-, las acciones rondan los 41 euros, los 13,60 euros si tenemos en cuenta el desdoblamiento de tres títulos por cada uno ejecutado el lunes, lo que coloca el paquete de ACS en la eléctrica a precio de parqué en más de 6.700 millones de euros. ¿Quién puede pagar una cantidad así? "Hay gente interesada", insisten en fuentes cercanas a los inversores con los que han arrancado los contactos.

Ni mu tampoco desde la vendedora, que ha venido "manteniendo conversaciones con distintos operadores del sector energético" en previsión de una nueva vuelca de tuerca al reordenamiento del sector en España, iniciado con el polémico culebrón de la adquisición de Endesa y que continuó Iberdrola tras hacerse con Scottish Power. En ese escenario, ACS habla de la venta de su participación en Unión Fenosa como "una de las posibles operaciones a realizar", que en el mercado ya dan por hecho. También desde el mercado colocan en primera línea como posibles compradoras a entramados energéticos tan variopintos como Gas Natural, la francesa EDF y las alemanas RWE y E.ON, que después de ceder en la batalla por Endesa en favor de Acciona y Enel avisó de que estaría muy atenta a las oportunidades que surgieran.

La posibilidad de que Fenosa, que tiene en Galicia un elevado porcentaje de su generación -las centrales de Meirama y Sabón, donde además acaba de arrancar un ciclo combinado, parte de Reganosa, nueve parques eólicos y varias hidroeléctricas- y el 51% de la energía que suministra en España, caiga en manos foráneas no gusta en San Caetano. El conselleiro de Innovación, Fernando Blanco, "anima" al capital gallego a aprovechar la oportunidad. "Es un buen momento para intentarlo de nuevo", asegura. "No me gustaría -añade- que la totalidad de la compañía estuviera en manos francesas o alemanas". Una postura que comparte el titular de Economía, Xosé Ramón Fernández Antonio, partidario de "promover e impulsar" a los inversores gallegos. Los que ya son socios en la eléctrica están a la espera. Caixanova, con un 5% y una de la protagonista del intento de 2005, permanece "observando" los acontecimientos. Al igual que Caixa Galicia, con un 3,5%, y que no descarta ningún proyecto. José María Arias, presidente del Banco Pastor -con un 1,8% de las acciones-, ve "altamente improbable", un nuevo intento de regalleguizar el grupo energético.