En la fiesta de navidad del Holding Media Saturn la estrella invitada de éste año era el cantante de rock canadiense, Bryan Adams. Como siempre, se bailó mucho en la Sala Municipal de Ingolstadt. Y en primera fila, delante del escenario, también bailaba Leopold Stiefel. "Es parte de mi cargo, siempre he sido un jefe alcanzable", dice el cofundador y accionista de la cadena más grande de electrónica Media Markt y Saturn. Stiefel no es de estas personas que tienen que saltar su propia sombra para demostrarles a sus empleados cercanía. Es así, dice Stiefel, y no cuesta creer lo que dice el empresario.

A la cita para la entrevista, en el bar del hotel, aparece Stiefel con una chaqueta de cuero negro. Su cara ligeramente tostada y su pelo espeso y negro peinado hacia delante, como está de moda.

Stiefel cumplirá 63 años en febrero y ha renunciado, hace ahora un año, al cargo de gerente del Holding, que ahora pertenece al grupo Metro. Pero sigue como accionista y mantiene su silla en el Consejo de Administración. "Hay que saber cuándo es el momento para traspasar el remo a otros", dice. "Los directivos que tienen el culo pegado a la silla sólo suelen dañar la empresa".

Su biografía se adapta al esquema de lavaplatos a millonario. Pero a éste hombre, hecho a sí mismo, no le gusta nada la comparación. "Prefiero que lo exprese así: comencé como un pequeño empleado y construí una empresa con éxito. La historia del lavaplatos se adapta mejor a Estados Unidos".

Stiefel vive -siempre que no se encuentra en su casa de Andratx (Mallorca)- en Baviera, con corazón y alma. Para la CSU (partido católico conservador de Baviera) ocupa una silla en el consejo municipal de Ingolstadt, es patrocinador del club de hockey sobre hielo, que ha conseguido llegar a la primera liga gracias a su apoyo, y goza de un gran círculo de amigos. No se plantea vivir siempre en Mallorca.

Su lema es intentar alcanzar las estrellas, pero manteniendo los pies en el suelo.

Como hijo de refugiados nació en 1945 en Braunau am Inn. Su casa era estable, insiste, pero no había riquezas. Para llegar a dónde está él ahora hace falta luchar y demostrar aguante.

Stiefel se define a sí mismo como un tipo atrevido. Siendo tímido, no hubiera llegado tan lejos, porque para fundar en los años setenta un supermercado para bienes electrónicos - en una época en la que se compraba el televisor en color, tras pensarlo mucho, al pequeño comerciante de la esquina-, hacía falta un poco de osadía.

Junto con el matrimonio Helga y Erich Kellerhals y con el publicista Walter Gunz se independizó en 1979. No había préstamos bancarios y los fabricantes entregaban a crédito. El primer Media Markt Stiefel y co. se abrió en la ciudad alemana de München y no sólo sorprendieron con un nuevo concepto de venta, sino también con su publicidad fuera de tono. En vez de aburridos folletos llegaban ediciones especiales a los buzones de los clientes.

"Atrevida, ruidosa y divertida tiene que ser la publicidad", dice el espíritu creativo, "pero nunca debe prometer algo falso a la gente". Eslóganes como yo no soy tonto de Mediamarkt, ó la avaricia es atractiva de Saturn, han entrado ya en el vocabulario alemán de uso cotidiano.

Ya a mediados de los ochenta, la empresa contaba con filiales en toda Alemania. En 1988 el Grupo Metro adquirió la mayoría de Media Markt y luego también la de Saturn. Stiefel fue nombrado gerente y accionista a la cabeza de la empresa, una firma que cofundó y que alimenta ya más de 50.000 personas. "Detrás hay normalmente familias", dice orgulloso, con una sonrisa en los labios.

Los colaboradores son el mayor capital. La dirección del personal es uno de los secretos del éxito. "Trata a tu gente como te gustaría que te trataran", explica Stiefel. La forma simplificada del principio categórico imperativo de Kant se la apropió el fundador de Media Markt, pero no sólo por motivos humanísticos. La premisa tiene también un trasfondo comercial: "Si me tratan mal durante mis prácticas, no doy más que el 50% durante los siguientes tres días", recuerda sus comienzos laborales, cuando llevaba bata blanca en la tienda.

Sonríe más que los otros. La frase está enmarcada en su oficina. Es importante traspasar emociones a los empleados, motivarlos y darles confianza. Durante años Stiefel ha vivido dando este ejemplo. Desde hace un año ha frenado la actividad, ahora hasta se permite cosas, que hace cuatro o cinco años no hubiera pensado -y que hasta hoy no les permite a sus empleados, como jugar al golf, por ejemplo-. "Este deporte está mal visto entre nosotros", dice el empresario. "Quien gana su dinero con el comercio, no tiene tiempo para estar en el green". La suposición de que la mayoría de los negocios se hacen en los campos de golf, no vale para su rama.

"Nuestro cliente no es el director de banco o el rico intermediario. Nuestros clientes se llaman Sr. Meyer ó Sr. Schneider (Sr. García ó Sr. González). Y a estos no los encuentras en el campo de golf.

Lo que más le gusta hacer en la isla, es jugar al golf. Pero no sólo por eso viene. Desde que se compró la casa de Andratx hace diez años, Stiefel y su mujer vuelan tres o cuatro veces al año a Mallorca. Disfrutan de largas excursiones en moto por la Tramuntana o por los pueblos del interior. Pero con mal tiempo, y tras una caída hace unos años en la que se rompió una mano, la moto queda en casa cuando la climatología no acompaña. Porque Stiefel no es tonto.

El holding Media Saturn posee 702 superficies de electrónica en 15 países europeos. El grupo de empresas es líder de mercado en Europa y obtuvo en 2006 un volumen de negocio de 15,2 millardos de euros (un millardo equivale a mil millones). En 2007 el volumen de negocio aumentó un 13% más. Da empleo a más de 50.000 colaboradores. Media Markt y Saturn actúan como dos marcas diferentes en el mercado.

Cada gerente es a la vez accionista de su tienda y así es responsable de surtido, fijación de precios, personal y marketing. Madia Markt y Saturn son dirigidos, según información de la propia empresa, de manera independiente y hasta son competidores. Cada año abren alrededor de 70 nuevas superficies. Detrás de Alemania, con 353 superficies especializados e Italia (87), España es ya el tercer mercado de ventas, con 48 tiendas.