Entrevista | Gonzalo Louzao Dono Candidato a la Alcaldía de A Estrada

“Seguiré el consejo de López: escuchar el doble de lo que se habla”

Aunque con el peso de la responsabilidad sobre sus hombros, el futuro regidor se emociona con la acogida en el partido, el Concello y la calle

Louzao Dono, ayer, en la Praza da 
Constitución, con el concello a sus 
espaldas  | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Louzao Dono, ayer, en la Praza da Constitución, con el concello a sus espaldas | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN / Ana Cela

Ana Cela

Ana Cela

Regresar a su despacho después de haber salido a la calle le cuesta lo suyo. La gente lo para una y otra vez. Lo abrazan, lo felicitan y le desean toda la suerte del mundo como sucesor de José López Campos al frente de la Alcaldía de A Estrada. Cambio de planes. Decidimos quedarnos un rato en la Praza da Constitución, al pie del consistorio. “Sacádeo ben”, pide un vecino cuando ve la cámara fotográfica. Gonzalo Louzao posa con naturalidad, reconociendo que lo único que le pide a la instantánea es salir como la persona afable que es. Por las escaleras que conducen al segundo piso del consistorio le paran varias veces, de nuevo para expresarle su confianza. Él reparte besos y abrazos, sin dudar en encaminarse hacia el que ha sido su despacho durante los cinco últimos años. Justo el más cercano al del alcalde, ese que ahora lleva su nombre. Se siente mejor, al menos de momento, en su sillón, desde el que puede ver la imagen de San Jorge a caballo y sobre el dragón que le recuerda de dónde proviene –de la parroquia de San Xurxo de Cereixo– y que será lo único que le acompañe cuando le toque sentarse en esa silla desde la que se dirige el Concello de A Estrada.

Le explico que busco en él sus impresiones y conocer la filosofía del que será su gobierno, asumiendo que necesita un margen para situarse y poder hablar –ya como alcalde formalmente elegido– de los asuntos y proyectos que tienen que estar en la agenda del dirigente local. Nos conocemos desde hace más de cinco años y, pese a la distancia profesional que nos separa, Louzao Dono no tiene motivos para estar tensionado. El trato con él ha sido siempre cercano y entiende que la comunicación es bidireccional, pero me parece apreciar que se relaja cuando comparto mis expectativas en esta entrevista. Confiesa que el de hoy [por ayer] es “un día de muchísimas sensaciones” en el que hacer “un aterrizaje mental”.

Ambición, la justa

La pregunto directamente cómo se siente después de que ya haya trascendido que será el próximo alcalde de A Estrada, después de haberlo estado rumiando al menos 24 horas antes.“Los primeros días me costó hacerme a la idea porque, puede parecer por perfil –soy una persona muy cercana, a la que le gusta estar entre la gente y relacionarme que tengo ambición política. Y pienso que en eso soy muy parecido a José. Ambición no tengo. Tengo la justa y necesaria para mi día a día. Estaba muy contento con la confianza que vengo adquiriendo, con las responsabilidades que tenía y centrado en ellas. Sí que era una posibilidad que se marchase José [López Campos] pero en mis cábalas no estaba que yo me quedase asumiendo esa responsabilidad. Fue para mí una sorpresa”.

La sorpresa le llegó el sábado, cuando el entonces alcalde y ahora conselleiro de Cultura, Lingua e Xuventude se reunió de manera individual con todos los ediles del grupo de gobierno. “Fue casi telegráfico, pero el domingo estuvimos juntos casi todo el día”, explica. A Louzao los primeros reportes informativos sobre el nombramiento de José López como conselleiro le pillaron representado a A Estrada en la Festa do Viño da Ulla, en Vedra. De ahí a verse públicamente en las quinielas no faltaba nada. “Comí con José y con Alberto Blanco ese día y estuvimos casi toda la tarde aquí, en el Concello. Después, a las ocho de la tarde reunió a todo el equipo”, relató. El “equipazo” del que siempre habló López Campos y del que ahora habla Louzao Dono. “Un grupo muy cohesionado, en el que el interés general prima siempre sobre el particular”, apostilla.

Ya sabiendo que será su sucesor, Gonzalo Louzao ve a su antecesor “ilusionado” por la nueva etapa que emprende, pero también reconoce haberlo apreciado “preocupado por la transición”. Sabe que esto último pesa, en cierto modo, sobre su espalda. “Para él sería un fracaso de este período de 16 años si se hiciese una mala transición. Esa responsabilidad nos pesa a los que nos quedamos con esa mochila a la espalda”, dice. Continúa reconociendo que está seguro de que cualquiera de los integrantes del equipo de gobierno podría ser el nuevo alcalde. Sin embargo, estima que el hecho de que tuviese ya un bagaje con carteras pesadas dentro de la administración local, aliado con su juventud –tiene solo 29 años y será el alcalde más joven de la era democrática en el Concello de A Estrada–, terminaron inclinando la balanza hacia su elección.“Todos asumieron que igual el perfil más de futuro, pensando no en una transición concreta de tres años, sino en una trayectoria a medio-largo plazo podría ser yo. Como edad lo veían como una oportunidad y, con experiencia, pues aunque no llegué de primero, de algún modo me fueron preparando para la responsabilidad, con carteras que son las que tienen tanto complejidad como visibilidad en la cartera local y de las que más van a tirar los ciudadanos cuando vienen a junto un alcalde”, expresa.

El partido, tal y como se apuntó tras la reunión del Comité Executivo Local, también ve en él “humildad y cercanía”. Sumando a estos atributos personales su juventud y su experiencia, Louzao Dono se perfiló como una buena baza para tomar el relevo y ser –además–“una opción para llegar dentro de tres años y ganar unas elecciones que pongan la guinda tras hacer un muy buen trabajo”, aprecia.

Louzao, todavía en su 
despacho de edil. 
  | // BERNABÉ/JAVIE LALÍN

Louzao, todavía en su despacho de edil. | // BERNABÉ/JAVIE LALÍN / Ana Cela

“Al principio pesaba esa responsabilidad, sigue pesando, pero ya está algo más asumido y estoy viendo una buena acogida en la calle, en el equipo y en el concello”, explica. Su teléfono no deja de sonar. Cuando no es el móvil, es el fijo. Ser el nuevo alcalde de A Estrada no libera a nadie de sus funciones, y la suyas siguen siendo el día a día los departamentos municipales de Urbanismo, Medio Rural y Obras. Se mantiene bien asido al que, por ahora es su puesto. “Si el sábado es el pleno, el día 1 va a ser el lunes”, señala.

"Estradense de pro"

De la respuesta a tiempo de la Junta Electoral Central dependerá que se pueda convocar un pleno el sábado en el que Gonzalo Louzao Dono se investido como alcalde. ¿Cómo llevará ese cargo? “Como un estradense orgulloso. Me considero un estradense de pro. Soy de esos localistas que cuando sale de las fronteras del municipio presume de ser de este concello de 51 parroquias. Ser la figura que represente a los estradenses es un orgullo enorme para mí”, responde. Si este sábado es investido, al siguiente sería “coronado” en el día grande de las fiestas de Cereixo, esas que tanto luchó por reflotar y que no se pierde por nada del mundo. La estampa le hace reír a carcajadas.

Nos ponemos serios de nuevo. Le pido una palabra, una frase, algo muy escueto –tiene la tendencia del que pronto será su predecesor al párrafo largo– que se convierta en una declaración de intenciones como nuevo munícipe; el titular que encabece su hoja de ruta, en lo político y en lo personal. “En el plano personal, en mí van a encontrar humildad y generosidad. Con todos, con el equipo que heredo, con el personal del Concello –que son los de la sala de máquinas– y con la gente de la calle, que son los que le dan sentido a todos esto. Después, las prioridades del gobierno van a ser que siga avanzando este barco grande de más de 20.000 habitantes”. Añade su intención de cumplir “al dedillo” el programa electoral con el que el PP concurrió a las elecciones municipales de 2023.

Para todo ello, Gonzalo Louzao Dono tira de una lección que reconoce que también le deja José López, y que seguramente se repite como si fuese un mantra. “Tenemos dos orejas y una boca, entonces hay que escuchar el doble de lo que se habla”. Así que está dispuesto a escuchar a la gente, tal y como ha venido haciendo estos años, porque la buena acogida y atención al ciudadano es algo que nadie le puede negar –ni desde el gobierno ni desde la oposición– al hasta ahora concejal de Urbanismo y Medio Rural. Añade al consejo del exalcalde uno propio: “ser yo mismo”.

En cuanto a cómo se realizó el proceso –en menos de una semana se formalizaría la renuncia de un alcalde y la toma de posesión de otro, si todo va según lo previsto–, el ya candidato a la Alcaldía incide en la intención de que el Concello vuelva a funcionar “con velocidad de crucero”. Destaca que si algo va a definir también al nuevo ejecutivo local es que será “un gobierno más coral”, sin esa figura de corte más presidencialista que hasta ahora asumía López.

"Nunca me pidió nada y me lo dio todo"

Louzao reconoce que todo se termina pegando y confiesa que tiene en José López Campos su referente. Dice estar seguro de que pondrá en práctica, cuando le toque sentarse en el sillón de mando, mucho de lo aprendido a su lado estos años, aunque también apunta que no pretende ser “una copia”. “José es mi padre político, porque él nunca me pidió nada y me lo dio todo”, reconoce.

Es conocedor el todavía concejal de que, si la credencial de la nueva edil, Jessica Rodríguez Calviño, llega a tiempo y puede tomar posesión de su cargo como alcalde, el gobierno tiene por delante un trabajo de reorganización que no va a ser tarea sencilla. Hay que tomar en consideración que él mismo deja dos carteras que son “pesos pesados” , a las que habrá que sumar las competencias que hasta ahora están en manos de Juan Constenla, en el caso de que finalmente se confirme lo que ayer ya se daba como un secreto a voces y que dejará su acta para trabajar junto al nuevo conselleiro de Cultura. Ello supondrá rediseñar el organigrama para que el día a día de la gestión municipal recupere el pulso.

En cuanto a la oposición, el que será nuevo regidor no puede ocultar el afecto que le guarda a todos los portavoces, señalando que fue compañero de instituto de tres de ellos. Entiende, no obstante, que a cada uno le corresponderá estar en su papel político, pero confía en que, en la calle, sigan siendo los que fueron.