La iglesia de Silleda cumple 170 años

El templo de Santa Eulalia se construyó en 1854, con la aportación de 58.638 reales por parte de los vecinos, siendo cura Juan Antonio Fernández

La Iglesia paroquial de Santa Eulalia de Silleda vista desde la calle a la que da nombre

La Iglesia paroquial de Santa Eulalia de Silleda vista desde la calle a la que da nombre / AVN

Antonio Vidal Neira

Hay antiguos documentos dignos de todo crédito que demuestran que ya en el siglo XI existía la iglesia de Santa Baia en el lugar que hoy se conoce como Silleda.

La primera mención documental data del año 998 en que Pelayo, obispo de Lugo, redacta un listado de bienes legados a su diócesis entre los que figura una villa denominada Francotes junto a la Ecclesia Sanctae Eulaliae de Exilieta. Por entonces, la comunidad monacal de Carboeiro ya había cumplido cincuenta años.

La siguiente referencia al templo de Santa Baia aparece en la venta de una heredad de Odoario Peláez el 30 de agosto de 1199. El siguiente testimonio de su existencia, se encuentra en el testamento de Teresa Sánchez de Gres, del año 1395, en el cual la iglesia de Silleda consta como una de las beneficiarias.

Los pocos restos conservados de la iglesia medieval de Santa Baia de Silleda permiten establecer que un templo románico sustituyó al primitivo altomedieval y este fue sustituido por la actual iglesia capaz de recoger con amplitud a todos los feligreses de la parroquia.

La iglesia parroquial de Santa 
Eulalia de Silleda vista desde la 
calle a la que da nombre.  // AVN

Lápida con inscripción en la que figura el año de construcción del templo / FDV

Estilo neoclásico

La iglesia actual fue construida en el año 1854, no es una gran obra de arte arquitectónico, pero es un modelo de solidez que la emparenta con los últimos períodos del estilo neoclásico.

Constituye un innegable acierto no solo por la belleza de sus líneas y la amplitud de sus naves, sino también por lo adecuado de su emplazamiento para lo cual se eligió el punto más alto de la villa, constituyendo así el faro y la guía espiritual de los feligreses.

La iglesia de Silleda fue construida, siendo cura párroco de la villa Juan Antonio Fernández, natural de la parroquia de San Pedro, de la ciudad de Lugo, con la aportación de los vecinos, según consta de los datos que se conservan en el archivo parroquial y en los que se recoge el coste de la misma.

En el año 1854, dice el cura refiriéndose a la construcción de la Iglesia: “Se reedificó en su totalidad la Iglesia parroquial de Santa Eulalia de Silleda, a cuya obra se dio principio en febrero y se concluyó en noviembre del mismo año, habiéndose bendecido con la correspondiente licencia del señor Obispo, por el cura párroco de la misma el día 8 de diciembre, en cuyo día se ha celebrado la primera misa con la exposición del Santísimo Sacramento”.

La iglesia de Silleda cumple 170 años

Aspecto de la iglesia en 1954 / Antonio Vidal Neira

Aportaciones económicas

A la construcción del templo contribuyeron los feligreses de la parroquia con el diezmo de todos sus frutos durante cuatro años, cuya venta alcanzó la cifra de “cuarenta y dos mil doscientos veinte reales” (42.220 reales), que era la moneda de uso habitual entonces. Además, contribuyeron con aportaciones dinerarias: El propio cura párroco, Juan Antonio Fernández, con 10.000 reales; y el doctor José García, natural de la villa y residente en La Habana, con 2.000 reales. La fábrica de la iglesia, por mano de su depositario, dio 3.050 reales.

El depositario de la Cofradía del Santísimo y San Roque, con 1.145 reales. Los vecinos de Transfontao y A Mera, que no habían aceptado el diezmo, aportaron 223 reales. En total, se recaudaron para la construcción del templo 58.638 reales, que fue la cifra que alcanzó el coste final de la edificación de la iglesia.

Los artífices de la obra

En la construcción del edificio parroquial intervinieron: el arquitecto Domingo Lareo, vecino de Santiago; los escribanos José Taboada y José María Crespo; el maestro de canteros, Ignacio Muiños; los herreros Francisco Casal del Marco, Manuel Amigo de Abades y otro de Canchocos. Como ebanistas trabajaron Antonio Fontao y su hermano Gregorio. Como fabricante de cerámica, Ignacio Rey, de Carboeiro, y los albañiles José Lorenzo, de Costoia, y otros.

Previamente a la construcción del templo de Santa Eulalia de Silleda, en la villa se formó una comisión para la realización de la obra y la administración del dinero entregado por los fieles. Dicha comisión estuvo presidida por el cura párroco, Juan Antonio Fernández y formada por los vecinos Vicente Tabora Fernández, José María Fraiz, Domingo Pérez, Andrés Mosquera, Juan Blanco y Manuel Mallo, todos vecinos de la parroquia, cuyos nombres y rúbricas constan al final del acta de constitución de la comisión.

El nombre de esta feligresía aparece escrito 'Santa Baia de Exilieta' en el año 998 y Selleda en 1395

Una vez construido el templo y hasta bien entrados los años cincuenta del pasado siglo, la iglesia era perfectamente visible desde todos los puntos de la villa y ocupaba el lugar más céntrico y más alto de la parroquia. Sus características arquitectónicas no son una gran obra de arte, pero en aquel período histórico prevaleció la funcionalidad sobre lo estético.

En la actualidad, en la iglesia de Silleda se veneran varias imágenes, como la de la propia patrona, Santa Eulalia, San Eleuterio, las de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, San José, Nuestra Señora del Carmen, Nuestra Señora del Rosario, la Purísima Concepción, Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, San Roque y, naturalmente, San Antonio, que para honrarlo se fundó una hermandad en el año 1959 con sus estatutos y a la que pertenecían todos los vecinos de esta parroquia de Trasdeza.

Silleda debe honrar, reconocer y valorar la obra del cura Juan Antonio Fernández que dotó a la villa con una iglesia amplia y acorde con los tempos y de la cual pueden sentirse orgullosos los feligreses de la parroquia de Santa Eulalia.

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