MARIANO ESTEBAN | Virólogo del Centro Superior de Investigaciones Científicas

“Estamos avanzando en vacunas para el cáncer y enfermedades neurodegenerativas”

“Es posible que los virus crezcan y que haya países que usen agentes biológicos como armas de guerra; por eso participamos en programas con la Unión Europea”

Mariano Esteban, en primer plano, posa con la plantilla de Clínica Deza.

Mariano Esteban, en primer plano, posa con la plantilla de Clínica Deza. / BERNABE/JAVIER LALIN

Salomé Soutelo

Salomé Soutelo

Mariano Esteban es el jefe del grupo Poxvirus y Vacunas, del Centro Nacional de Biotecnología, que a su vez depende del Centro Superior de Investigaciones Científicas. Su trabajo, junto a Juan García Arriaza y otros investigadores, permitió que tras el estallido del coronavirus, a comienzos de 2020, hubiese en España un prototipo de vacuna en escasos meses. Ayer visitó en Lalín Clínica Deza, uno de cuyos socios es Luis Peñalver, hijo de María Dolores, compañera de promoción en Santiago.

–Así es. Yo soy un apasionado de Galicia, aquí dediqué una parte importante de mi vida, y de aquí salí a Inglaterra, y después tardé 22 años en volver. Vengo a ver amistades y me interesó mucho ver Clínica Deza. Es un proyecto muy interesante, con una perspectiva de futuro muy buena por el tipo de organización, estructura y equipamiento disponible.

–¿A la hora de desarrollar la vacuna contra el coronavirus, tenían en contra la falta de tiempo y la propagación de la enfermedad?

–A principios de 2020 nos encontramos con una enfermedad con una alta dosis de mortalidad y había que actuar con rapidez. Nosotros llevamos ya más de 30 años trabajando en el desarrollo de vacunas para humanos, con investigaciones ya en VIH, ébola o hepatitis C. Así, cuando apareció la pandemia ya contábamos con la tecnología y el conocimiento para abordarla. En marzo ya teníamos disponible la vacuna, pero había que desarrollar la infraestructura: demostrar en distintos tipos de animales como ratones, hámsters y macacos que la vacuna era eficaz prácticamente al 100%. Pero además en España adolecíamos de una empresa con capacidad de producir la vacuna para ensayos clínicos y para la población en condiciones de GMP (son las normas de buenas prácticas de laboratorio). En abril tuvimos que desarrollar la infraestructura que el país no tenía para hacer también la experimentación y completarla en ensayos preclínicos. Otros grupos también estaban avanzando rápidamente, y entre todos tuvimos la capacidad de abordar la enfermedad utilizando candidatos vacunales, entre los que estaba nuestra vacuna.

–¿Ahora, cuatro años después, hemos mejorado en esa infraestructura para poder desarrollar más rápido la investigación y poder producir una vacuna a escala ‘industrial’?

–Creo que fue una lección importante para España y para el mundo el tener que abordar algo para lo que no estábamos preparados, y nos demostró las debilidades y las fortalezas. Dentro de las fortalezas, quedó claro que tenemos científicos brillantes, bien preparados y con actitud colaborativa para desarrollar en tiempo y forma una vacuna que tuviera capacidad de protegernos. Y en la parte débil, se evidenció que adolecíamos de muchos componentes, como la falta de capacidad de desarrollar modelos más avanzados, porque carecíamos de macacos, no disponíamos de laboratorios bien equipados para trabajar con el propio virus, aunque había ya dos centros en España para trabajos con virus de más alta seguridad. Pero quedó demostrado que pudimos avanzar rápidamente de disponer de los mismos. También nos faltaba la parte industrial. Lo que no podemos hacer es olvidarnos de lo bueno que hemos conseguido y abandonarlo para que se repita la misma situación: actuar de forma precipitada y abandonar lo que ha funcionado.

–Quizá esto suene a ciencia ficción, pero entre el cambio climático, el comercio internacional y la movilidad que ello conlleva, pueden venir nuevos virus o mutaciones ¿Estamos preparados?

–Ya nos estamos preparando. Mi laboratorio participa en proyectos conjuntos de la UE así como de Estados de Unidos. Sabemos que hay una serie de virus que son una peligro para la humanidad y que no tenemos vacunas. ¿Qué estamos haciendo? A nivel de la UE, mi grupo de laboratorio está en cuatro proyectos que comenzaron en enero de este año, y que durarán hasta 2028. Se centrarán en el desarrollo de vacunas frente a agentes patógenos, sobre todo virus, que nos amenazan, y varios de ellos son prevalentes en otras partes del mundo. Dentro de la UE formamos parte además de un consorcio en el que dirigimos la investigación a nuevas vacunas que la Organización Mundial de la Salud considera un peligro para la humanidad, como derivados del virus del ébola, variantes que están surgiendo del SARS-CoV-2, el dengue... Colaboramos con otros equipos europeos y también con americanos.

–¿Podríamos incluso llegar a una guerra biológica entre países?

–Ahí también participamos en programas con la UE. Es posible que los virus crezcan y que haya países que usen argentes biológicos como armas de guerra. Como miembro del comité científico asesor de la OMS, durante estos años, por ejemplo, nos preparamos para tener mejores vacunas, mejores antivirales y mejores ensayos de diagnóstico por si reaparece la viruela en cualquier lugar del mundo y actuar con rapidez. Hacemos lo mismo con distintos patógenos que puedan aparecer por actos terroristas, y además desarrollamos nuevas vacunas con patógenos que aún son mortales para los seres humanos. Tenemos que protegernos frente a esas amenazas.

–¿Por qué hubo pacientes con secuelas graves tras vacunarse del Covid?

–Precisamente, en mi laboratorio hemos empezado a comprender como actúan distintas vacunas a nivel celular, molecular e inmune, y vamos a comparar aquellas que se están empleando frente al Covid. En este estudio aparece la vacuna que desarrollamos desde el Centro Nacional de Biotecnología y que donamos a la OMS. La ciencia cada vez nos va aportando más conocimiento, para que la sociedad entienda qué ocurre en su organismo cuando se vacuna.

–¿Habrá que modificar la vacuna cada cierto tiempo?

–Ese es uno de los retos de los agentes infecciosos, porque tienen su estrategia para evadir el sistema inmune. La más frecuente es la tasa de mutación, es decir, introducen nuevos cambios en su material genético para evadir la respuesta inmune (que es la producción de anticuerpos para destruir la célula infectada). ¿Hace falta una vacuna cada vez que aparece un agente invasor? He de decir que sí, pero también desarrollamos inoculaciones de amplio espectro de acción, que son más eficaces y duraderas, como la de la citada viruela, que con una sola dosis sirvió para eliminar una de las mayores enfermedades que padeció la Humanidad. Se erradicó en 1980 a través de un programa de inmunización masiva mundial.

“Mucha gente no quiso entender que el VIH te podía matar”

–Cuando comenzó la inoculación contra el coronavirus, hubo un movimiento antivacunas. ¿Tienen razón de ser los argumentos para no vacunarse?

–¿Tú quieres jugar a la ruleta rusa? Seguro que no. Sabemos que las vacunas son el remedio más eficaz de control de patógenos que afectan a la salud humana, y que muchos de ellos te matan. Si no te vacunas, tienes más posibilidades de morir por el efecto de una infección. Una vez administradas, las vacunas te van a proteger en un porcentaje muy alto. Es muy ignorante decir que no te vacunas porque no crees que ese sea el agente que causa baja. Pasó con el VIH, donde mucha gente ha muerto por desconocimiento, por ignorancia o porque no quiso entender que el virus te podía matar. Desde que se descubrió este virus en 1981, durante los primeros diez años murió mucha gente porque no disponíamos aún de herramientas y de conocimiento suficiente.

–¿Por qué resulta tan complicado dar con una vacuna al 100% contra el VIH?

–El virus, cuando entra en el organismo, se integra en tu ADN, así que lo tienes de por vida, puede reactivarse en un momento determinado y matarte. Así, está cambiando una vez que entra en tu organismo, y esto dificulta que uses una vacuna, porque queda un residuo que sigue mutando y multiplicándose. Por eso trabajamos en una activación inmunológica lo más amplia posible frente a todas las variantes, aún no lo hemos conseguido, pero lo conseguiremos. Las vacunas que se han desarrollado aunque no protegen, de momento, nos han servido como elemento para producir nuevas vacunas, igual que los antivirales nos han servido para nuevos fármacos contra la hepatitis C. Repito que la vacuna es el remedio más eficaz de control de agentes infecciosos. Ahora estamos avanzando hacia otras enfermedades como el cáncer o enfermedades neurodegenerativas mediante vacunas, y veremos sus efectos dentro de unos años.

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