Paro se escribe en femenino plural: el perfil del desempleado, mujer mayor de 25 años

Representan más de la mitad de las personas sin trabajo en las comarcas | Ellas sufren más precariedad laboral y las pensionistas cobran hasta 307 euros menos al mes que los hombres

Entrega de diplomas en un taller formativo del Concello de Lalín.

Entrega de diplomas en un taller formativo del Concello de Lalín. / // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

El mercado laboral acumula en las comarcas un período favorable y, por ejemplo, en la actualidad hay 941 parados menos que hace un lustro. No obstante, hay patrones que se reproducen y, en concreto el relativo al desempleo femenino, pues los datos son un calco de los de cinco años atrás. Las mujeres representan casi seis de cada diez vecinos sin trabajo.

Tomando como referencia los censos del pasado mes, divulgados esta semana, el perfil del parado en Deza Tabeirós-Montes es el de una mujer de más de 25 años, pues en este segmento figuran 1.517 de los 2.713 vecinos del área que esperan por una oportunidad laboral. Otros 1.094 mayores de 25 años sin trabajo son varones. Si vemos qué acontece con el desempleo juvenil, las cifras están mucho más ajustadas, con 55 varones y 47 féminas.

La tasa de paro femenino es mucho más elevada en sectores como los servicios, donde supone el 65% del total o, lo que es lo mismo, de los 1.788 demandantes, 1.170 son féminas. El porcentaje de desempleo femenino en los servicios aumenta hasta el 70% en Silleda y se aproxima a esta cifra en Lalín, Agolada o Vila de Cruces. La destrucción del empleo en la industria ligado a sectores estratégicos como el textil es quizá la responsable de que solo en Lalín existan 121 desocupados en este grupo, de los que 74 son mujeres. Los datos absolutos nos indican que la industria concentra un total de 334 demandantes de empleo, con 168 varones y 166 féminas. A pesar de que la construcción ha sido tradicionalmente un nicho del mercado laboral protagonizado por hombres, también hay desocupadas y ellas suponen 24 de los 230 parados. En el agro están inscritas como demandantes 54 féminas y 75 varones.

Dentro del epígrafe sin empleo anterior la administración pública incluye a las personas que nunca han trabajado en su vida y en febrero aparecían 232, de las que exactamente 150 son mujeres. Otra vez más el protagonismo de las féminas en el mercado laboral queda relegado.

Los informes estadísticos nos permiten conocer otras particularidades del mercado del trabajo, por ejemplo la clasificación de desocupados en relación con su nivel de estudios. La distancia entre los dos sexos para las personas de menor cualificación es bastante parecida, pero no así en los demás. Del los 2.713 parados de las comarcas, 1.968 son personas con estudios secundarios y el 57%, mujeres. La proporción de desempleo entre los trabajadores con estudios universitarios es mucho mayor, ya que ahí se concentran 470 personas, de las que 319 son féminas. Además, hasta 759 de las mujeres que esperan por una inserción laboral tienen 50 años o más.

Las féminas también sufren unos índices de precariedad laboral mayores. De los 8.019 contratos iniciales suscritos en las comarcas durante el año pasado, el 56 por ciento fueron firmados por ellas, mientras que en los indefinidos los varones son más numerosos.

Por otro lado, en las pensiones contributivas las mujeres también salen perjudicadas y si echamos un vistazo a los importes medios que perciben hay hasta casi 307 euros de diferencia al mes respecto a los varones. Esto acontece en Cerdedo-Cotobade, el único concello de las comarcas donde el importe medio mensual supera los 1.000 euros. En A Estrada la distancia entre los dos sexos es de 207 euros y en Lalín, 173. Forcarei es el municipio con menos diferencia de rentas entre ambos sexos, pero aún así las mujeres disponen de 31 euros menos al mes.

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