La declaración de los investigadores completa la causa judicial del autobús que cayó al Lérez

Los dos guardias civiles que realizaron el atestado del accidente de Nochebuena, con siete fallecidos, habrían ratificado en el juzgado que el exceso de velocidad fue la posible causa

Obras en el puente de Pedre para renovar las protecciones laterales.

Obras en el puente de Pedre para renovar las protecciones laterales.

La investigación judicial del accidente de autobús de Pedre, ocurrido en la Nochebuena de 2022 y en el que hubo siete fallecidos, está más cerca de cerrarse. En la mañana de ayer, la magistrada del Juzgado de Instrucción 1 de Pontevedra que instruye la causa tomó declaración, como testigos, a los dos agentes de la Guardia Civil que realizaron el atestado del siniestro, en el que el vehículo se precipitó al río Lérez en Cerdedo-Cotobade desde más de veinte metros de altura en una noche de temporal.

En su declaración ante la jueza, los agentes habrían ratificado el informe ya divulgado en su día que apuntaba al exceso de velocidad como posible causa del accidente. La Radio Galega apuntaba ayer que, según la versión de los investigadores, el vehículo circularía a unos 90 kilómetros por hora (diez más del límite en ese tramo), una conclusión que la defensa del único investigado, el conductor del autobús, puso en duda desde el primer día.

Hace unas semanas, la magistrada dictó un auto contrario a la prórroga de la investigación judicial al entender que ya no es necesario realizar más diligencias para esclarecer los hechos y determinar al supuesto autor. Solo faltaba el testimonio de los investigadores, que se produjo ayer, según confirmó el Tribunal Superior de Xustiza Galicia. De la misma opinión que la titular del juzgado era la Fiscalía, pero no la defensa del conductor ni la Asociación Gallega de Transporte de Viajeros por Carretera, Galibus, que reclamaron más pruebas sobre el estado del vehículo.

De este modo, el único investigado es el conductor, Carlos Monzón, que siempre negó que circulara a más velocidad de la permitida, en especial en una noche como aquella, de viento y lluvia, con grandes bolsas de agua en la carretera N-541, como la que denuncian que había en el tramo del puente de Pedre.

Él y la pasajera Rosario González fueron los únicos supervivientes. Ambos ya comparecieron en el juzgado. La última en hacerlo fue la mujer, que avaló al chófer: “Conducía bien, despacio”, dijo. Su versión choca con el análisis inicial de la Guardia Civil, ratificado ayer, que apuntaba al exceso de velocidad como causa principal del accidente. Sin embargo, la superviviente aseguró que en ningún momento percibió ni volantazos ni movimientos bruscos y añadió que el conductor era consciente de las malas condiciones. “Decía que tenía que ir despacio porque no se veía”, declaró como testigo. Apuntó también tener la sensación de que el autobús “se fue en plancha, en una especie de aquaplaning, que se deslizaba y el conductor no podía tener el control”.

En esa linea ahondó la defensa de Monzón, que rechazó las conclusiones del informe pericial elaborado por técnicos de la Guardia Civil. Considera que la causa del siniestro fueron las condiciones meteorológicas que imperaban en la zona en la noche del 24 de diciembre de 2022, una jornada de fuertes precipitaciones y baja visibilidad. Según recalca la defensa del chófer, esto provocó que el autocar hiciese “aquaplanning” en una balsa de agua de la curva previa a la entrada al puente de Pedre, por donde se despeñó desde una altura de 29 metros hasta caer al lecho del río Lérez.

Así lo trasladó en su declaración inicial el propio conductor, prestada en la comandancia de la Guardia Civil el 30 de diciembre, seis días después del accidente.

Su defensa avanzó que mantendrán esta versión que pretendía respaldar con informes periciales que refutarían las conclusiones del hecho por los agentes, en las que “no hay ningún dato” que refleje “la fórmula” por la que se calculó que el autobús viajaba a más de 80 kilómetros hora, límite en el punto. De hecho, en su día se divulgó la existencia de tres informes periciales de expertos diferentes encargados por la defensa que insisten en que el siniestro se debió al mal estado de la vía, las deficiencias en las barreras de protección (que son objeto de renovación tras el accidente) y la adversa climatología frente al exceso de velocidad en el que incide el atestado de la Guardia Civil

El estado del autocar es otro de los argumentos que emplea la defensa del conductor, quien, según estas fuentes, había notado en los días previos al siniestro que el vehículo “presentaba problemas”.

El “Pacto de Pedre” para exigir la mejora de la N-541 y las obras en el puente sobre el río

El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana inició en septiembre los trabajos de reparación del puente de Pedre. Estas mejoras arrancan nueve meses después del trágico accidente de autobús que costó la vida a siete personas después a caer al río Lérez. Desde aquella fatídica Nochebuena la barrera se encuentra precintada. Ahora será sustituida por un nuevo sistema de seguridad, lo que obligará a reforzar y ampliar el tablero del viaducto, según explicaron desde el Ministerio. Para llevar a cabo estos trabajos será necesario cortar al tráfico uno de los carriles del puente de Pedre. En la jornada de ayer precisamente se realizaron las labores para este corte de la N-541, que está previsto que se extienda durante unos seis meses, hasta finales del mes de diciembre. En este tiempo el tráfico en esta concurrida vía estará regulado con semáforos. Los desvíos han quedado también debidamente señalizados. El Ministerio acordó el pasado día 13 de junio la declaración de emergencia de estas obras de reparación y cambio del sistema de contención de vehículos actual del viaducto de Vichocuntín sobre el río Lérez, en el punto kilométrico 66+900 de la carretera N-541.