El loco por la tinta de Trasdeza

Adrián Villar alterna su taller de A Bandeira con el nuevo negocio que acaba de abrir en el casco antiguo de Santiago debido al bum de los tatuajes para los peregrinos

Adrián Villar tatuando a un cliente en su taller de A Bandeira.   | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Adrián Villar tatuando a un cliente en su taller de A Bandeira. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN / Ángel graña

Plenos de contenido simbólico y de mensajes que expresan la apropiación del cuerpo, los tatuajes han pasado de ser utilizados para identificar y estigmatizar a sus portadores, a ser una forma de popularizar y democratizar lo que una persona quiere señalar de sí misma. Desde hace cuatro años un joven de A Bandeira pinta con tinta la piel de sus clientes en una profesión que ahora le ha llevado hasta la capital de Galicia. Adrián Villar reparte su tiempo entre los dos talleres en busca de ampliar su ya de por sí extensa clientela. “La verdad es que paso más tiempo en Santiago que en A Bandeira. En Compostela estoy de lunes a sábado”, explica el tatuador trasdezano.

Bocetos de tatuajes para peregrinos.   | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Bocetos de tatuajes para peregrinos. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN / Ángel graña

El nuevo taller de Adrián Villar está situado en la Rúa Algalia de Arriba justo en la entrada del casco viejo compostelano. Añade que “me vine para Santiago con la idea de crecer un poco como negocio y llegar a más clientes y a más gente, en general. Después, sobre todo, por el tema de los peregrinos”. Y es que la avalancha que a lo largo del año inunda las calles y plazas de Compostela tras haber finalizado el Camino ha traído aparejada una fiebre por hacerse tatuajes que rememoren la ruta jacobea personal de cada peregrino. Adrián Villar indica que “el tema de los tatuajes a los peregrinos está en un momento de crecimiento muy importante. Es una fuente de ingresos muy potente porque todo peregrino que llega a Santiago lleva su último sello del Camino en la piel. Deciden así llevarlo consigo para toda la vida”. Lo cierto es que se han puesto de moda “tatuarse la concha de vieira, un kilómetro o algo que les marca en el Camino y cuando llegan a Santiago deciden tatuárselo en el cuerpo”, asegura Villar. Y asegura que “hay una gran cantidad de tatuadores tanto en el casco antiguo como en el resto de Santiago. Desconozco los datos actualizados, pero ahí atrás la capital gallega era una de las ciudades del norte de España con más tatuadores por habitante”.

Aunque tiene un importante catálogo de tatuajes relativos al Camino de Santiago, el tatuador de A Bandeira también se atreve con otras temáticas en función de la demanda cada vez mayor de personas de todas las edades con ganas de tatuarse su piel. Al respecto, Villar nos descubre que “mis estilos predominantes son línea fina y dotwork (puntillista), pero también estoy empezando con microrealismos o realismos a gran escala”. Una especialización que le animó a establecerse por su cuenta, aunque ahora en Compostela necesita ayuda para poder atender a tanta demanda. “Estuve cuatro años en A Bandeira y, aunque es un pueblo pequeño, pude vivir perfectamente del tatuaje. Ahora, al ir una vez al mes, el lunes que voy estoy allí desde primera hora de la mañana hasta la noche. En Santiago tengo a un chico que colabora conmigo, y vamos a porcentaje, mientras que en A Bandeira sigo yo solo”, concluye este tatuador que quiere triunfar en su especialidad incluso en la capital de Galicia después de hacerlo entre sus paisanos bandeirenses.

Muchas mujeres en una oferta muy asequible

Adrián Villar asegura que cada vez más el tatuaje es cosa de mujeres: “Yo tengo más chicas que chicos entre mi clientela, pero en general la cosa está muy repartida”, señala antes d explicar que “esto depende del estilo que lleves. Mis estilos predominantes suelen ser muy sutiles y al final eso hace que tenga más clientela femenina que masculina, creo”. Además, pintar la piel tampoco es cosa exclusiva de juventud porque Villar tiene clientes “de todas las edades. La mayoría es gente de 25 años para arriba. Supongo que son edades con un poco de más solvencia económica y eso les permite hacerlo más a menudo. Tenemos ofertas para estudiantes y jóvenes”. Y añade que tatuarse “es asequible. Yo lo mínimo que tengo por material son 50 euros. Tengo además una promoción durante casi todo el año de dos por uno por 50 euros pensada precisamente para el tema peregrino”.

Láser para borrar tatuajes tras una ruptura de pareja

Adiós al mito de que un tatuaje es para siempre. Adrián Villar afirma que “hoy en día, con la utilización del láser se pueden eliminar los tatuajes por completo y queda la piel limpia. También te digo que yo pienso que el tatuaje es de las pocas cosas que hay para toda la vida, a no ser que lo quieras borrar”. Y en cuanto a los motivos para deshacerse de un tatuaje tiene claro que “la gente se los borra por alguna mala experiencia tipo ruptura de pareja o un tatuaje mal hecho”. El tatuador de A Bandeira revela que “yo me estoy haciendo un pijama desde el cuello hasta los pies. Esto es un vicio porque una vez que empiezas no puedes dejarlo. El tatuaje, hoy, es como una prenda de ropa o un complemento más”. Y salta a la vista de que cada vez le queda menos para conseguirlo.

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