El bum de los pisos turísticos en las comarcas: de una veintena a 120 en los últimos cinco años

Estos alojamientos ya ofertan casi el mismo número de plazas que hoteles y pensiones juntos | Sobresalen en A Estrada, Cerdedo-Cotobade y Silleda | Las casas rurales pierden protagonismo y son siete menos en un lustro

Emiliano García Méijome muestra dependencias de su albergue turístico. |  // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Emiliano García Méijome muestra dependencias de su albergue turístico. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN / alfonso loño

Alquilar un piso como alojamiento turístico con carácter temporal es una realidad que en las comarcas ha irrumpido con fuerza en los últimos tiempos. Los registros oficiales del segmento de inmuebles autorizados como viviendas de uso turístico así lo demuestran y en solo un lustro han pasado de 23 a 120, con 903 plazas. Los 47 negocios con licencia de hotel o pensión cuentan con 1.072. Estamos hablando de una oferta que se ha quintuplicado en los últimos cinco años y que se extiende a buena parte de los concellos de Deza y Tabeirós-Montes, pues Agolada es el único que, según datos de la Axencia de Turismo de Galicia, que carece de este tipo de oferta.

Uno de los pisos de Adeinés, en A Estrada. |

Uno de los pisos de Adeinés, en A Estrada. | / alfonso loño

La Xunta, que en 2017 aprobó la normativa específica, define las viviendas de uso turístico como estancias equipadas para que los huéspedes puedan, por ejemplo, cocinar. Sus condicionantes son menos exigentes que por ejemplo en las denominadas viviendas turísticas o albergues, aunque sí deben estar dadas de alta en el registro autonómico. Según el censo de Turismo de Galicia, A Estrada es el municipio de las comarcas con mayor penetración de este sector y las 33 viviendas de uso turístico –hace un lustro eran solo cinco– ofertan 281 plazas. En Lalín hay 16 alojamientos –trece más– que cuentan con 91 plazas, mientras que 103 contabilizan las 19 en funcionamiento en Trasdeza; una quincena más que cinco años atrás. Vila de Cruces pasó de dos a nueve (102 plazas) y en Rodeiro hay disponibles cinco con 32 camas, cuando un lustro antes no había oferta. En Dozón acontece algo semejante y, sin altas entonces, ahora figuran cinco con capacidad para 32 personas. En Forcarei se pasó de cuatro a ocho, que totalizan 72 camas, y de cinco a 25 en Cerdedo-Cotobade, el segundo ayuntamiento de las comarcas con más plazas, al contabilizar exactamente 190.

Experiencias

Emiliano García Méijome, compatibiliza la gestión de su pizzería A Casa do Gato con el albergue Lalín Centro. Su negocio cuenta con licencia específica de albergue, aunque conoce bien la evolución de este sector. La normativa le faculta para alquilar estas instalaciones, que totalizan 16 plazas, en estancias de dos, seis y ocho camas. “Existe un cambio de tendencia en el concepto del alojamiento y la gente, que antes se gastaba más dinero en por ejemplo un hotel, ahora prefiere dedicar menos a dormir y más a otras experiencias como la gastronomía, senderismo, patrimonio o realizar actividades”, explica. Pone como ejemplo lo que acontece en cadenas de hoteles que ofertan habitaciones con básicamente una cama y poco más y con máquinas expendedoras en vez de salas para desayunos. García Méijome prevé invertir próximamente en su negocio, también por el impacto que tienen las rutas jacobeas.

Dina Pedreira Castro está al frente de Adeinés, que actualmente cuenta con dos pisos en el núcleo urbano de A Estrada, ambos con cuatro habitaciones. Confiesa que, junto a su pareja, pensaron en este nicho de mercado “para probar en un modelo distinto al del alquiler tradicional, que ya conocíamos”. Su perfil de clientes es el de grupos de personas con estancias de fin de semana, pero también cuenta con profesores o trabajadores que residen temporalmente en la localidad. “Da trabajo, sí, aunque ya estamos preparando otro inmueble como piso turístico”, apunta.

Mientras estos alojamientos se multiplican, el negocio de las casas rurales retrocede. Actualmente funcionan 48 en las comarcas, siete menos que hace un lustro. A Estrada, con 19, es el concello con mayor oferta, dato que contrasta con solo tres en Lalín.

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