El vertedero de Campomarzo pasará a albergar residuos industriales no peligrosos

Bander sellará el actual depósito y activará un nuevo, con vida útil durante 22 años | Las aguas fluviales y lixiviados serán recogidas y tratadas antes de derivarlas al cauce del Toxa

Vertedero de inertes de Campomarzo, ahora bajo la gestión de Bander Residuos. |   // ANTONIO PRESAS

Vertedero de inertes de Campomarzo, ahora bajo la gestión de Bander Residuos. | // ANTONIO PRESAS / salomé soutelo

Salomé Soutelo

Salomé Soutelo

La Consellería de Medio Ambiente somete desde ayer a exposición pública el estudio de impacto ambiental y la solicitud de modificación de la autorización ambiental integrada para el antiguo vertedero de Campomarzo, que ahora gestiona Bander Residuos SLU.

El antiguo depósito para residuos de construcción y demolición comenzó a funcionar en 2002, promovido por la Xunta, en un antiguo hueco de la explotación de derecho minero Cuatro amigos, ya desafectado de dicho derecho. Pero en 2017 Campomarzo entró en liquidación y desde entonces está paralizada la actividad del vertedero, aunque sí se mantuvo el plan e vigilancia ambiental.

25.000 toneladas de residuos al año

Bander Residuos SL, que es titular del antiguo vertedero desde diciembre de 2020, en julio de 2021 solicitó condiciones para ampliar y adaptar el vertedero para ampliar la cantidad anual de residuos a 25.000 toneladas, pero también para modificar la explotación y convertirla en un depósito de residuos industriales no peligrosos. De este modo, según indica el proyecto de la empresa, en el vertedero podrían depositarse residuos de extracción de minas; lodos y otros restos de perforaciones; residuos de agricultura y de preparación de alimentos; restos de industrias del cuero, piel o textil o de pintura y barniz, entre otros. Pero no se admitirán tierras y rocas no contaminadas de excavación para la restauración o el relleno; residuos líquidos con una humedad superior al 65% en peso; residuos reactivos; neumáticos usados; subproductos de animales no destinados al consumo humano ni explosivos.

La intención es sellar y clausurar el actual vertedero, ya que sobre él irán las labores de apertura de nuevo vaso, que tendrá una capacidad total de 792.563 metros cúbicos. El nuevo vaso irá impermeabilizado y dispondrá de un sistema pasivo de captación y eliminación de biogás, mediante pozos de captación.

Nueva fosa séptica

Sobre el tratamiento de aguas, el estudio de impacto ambiental indica que las pluviales se recogen en redes de drenaje perimetrales, de modo que son interceptadas ates de entradas en el vertedero. El agua de lluvia que sí entre en el depósito será tratada como agua de residuos industrial (lixiviado). Los lixiviados se recogen en una red de drenaje que desemboca en dos pozos y se tratan en una planta de ósmosis inversa de forma previa a su vertido al Toxa. En cuanto a las aguas fecales, el informe plantea una nueva fosa séptica y actualizar el punto de control de este tipo de aguas.

Cuando se acabe la vida útil del vertedero, sobre los residuos e colocarán capas de material natural compactado, geotextil, geomembrana, geodrén, material natural y una capa de tierra vegetal sobre la que irá hidrosiembra.