Las claves para recibir bien el año nuevo

El 31 de diciembre recupera sus tradiciones tras la pandemia, con uvas, cotillones y demás rituales para festejar e invocar a la suerte

Carmen Gaiteiro acicala a una clienta en su peluquería. //Bernabé

Carmen Gaiteiro acicala a una clienta en su peluquería. //Bernabé / nerea couceiro

El 31 de diciembre está a la vuelta de la esquina, y como dice la canción de Mecano, “ya pasó uno más”. En cambio, este fin de año será diferente, al menos con respecto a los dos anteriores, cuando las restricciones de la pandemia impedían celebrar la fecha con normalidad. Así, vuelven las costumbres de siempre, esos ritos de paso que tienen un factor común: festejar el cambio de etapa y la esperanza por comenzar un nuevo capítulo con la misma, o si es posible, mejor suerte que el anterior.

Begoña Barcala, al frente de la frutería Castelao.   | //N.C.

Venta de lencería roja en la mercería Fondevila. | // N.C. / nerea couceiro

Son varios los ritos o tradiciones que caracterizan a este último día del año; las cenas familiares, tomarse las uvas con las doce campanadas, la ropa interior roja, la fiesta hasta la mañana siguiente, y ¿cómo no?; el chocolate con churros. La gran mayoría de ellas se quedaron en stand by hasta ahora, lo que repercutió en los negocios de la zona que se encargaban de ofrecer los productos o servicios necesarios para llevarlas a cabo. Por fortuna, la demanda ha vuelto a los comercios y establecimientos hosteleros de la zona, como apuntan desde varios sectores.

Carmen Gaiteiro acicala a una clienta para Nochevieja. //Bernabé

Carmen Gaiteiro acicala a una clienta para Nochevieja. //Bernabé / nerea couceiro

En el hostelero, por ejemplo, Jorge Porto Fuentes, del 20 Berzas, explica que “se espera gente, algo más que un sábado bueno”. Para amenizar la noche, contarán con Dj Hortical y otra actuación por confirmar. En cuanto al margen horario, Porto cuenta que “abrimos hasta más tarde, pero el en realidad las horas que trabajamos son las mismas, por lo que a nivel trabajo, no ampliamos el margen”.

Por otra parte, desde el ocio nocturno, Carlos López del Pub Sky sostiene que “va a ser una buena noche. Nosotros hemos sacado preventa de entradas en dos tandas, la primera a 12 y la segunda a 14 euros, y ya las hemos vendido todas. Ahora quedan algunas a 10 en taquilla, pero decidimos hacer esto porque sabíamos que había gente de otras localidades, como Forcarei o Silleda, que tenían pensado salir aquí el sábado”.

Mejor prevenir que curar, por eso desde este pub estradense han incrementado el pedido de provisiones para no quedarse corto. Y es que además de ser el primer año en el que se vuelve a salir tras la pandemia, las previsiones de lluvia invitan a pensar que habrá una gran interés por consumir dentro de locales, en lugar de hacer botellón, como en otras ocasiones.

Como se mencionaba antes, una de las tradiciones de esta época es la cena. En este ámbito, el restaurante Río Liñares, que atiende pedidos para llevar ese día, trabajará desde las 07.00 hasta las 21.30 horas solo para dar salida al gran número de encargos recibidos, sobre todo de vieiras, rape y carne al horno.

Después de cenar es el momento de tomar las uvas siguiendo el ritmo de las campanadas. Así, Begoña Barcala Fuentes, de la frutería Castelao, expone que “la media en A Estrada es de 1 kilo por familia, y si bien antes las más demandadas eran las tradicionales, ahora las que vienen sin pepita le han ganado terreno”, y añade que “de todos modos, la verdadera demanda empieza a notarse ahora, la gente espera mucho al último día para venir a comprar”.

En otro orden, existe la costumbre de llevar ropa interior roja para empezar el año, algo que según expresan desde la mercería Fondevila “tiene que ver con la pasión, y es algo de España. En otros países, como Venezuela, se lleva el amarillo, representa abundancia. En A Estrada este color también se pide mucho, pero es difícil conseguirlo”. Al parecer, esta es la época en la que más lencería roja se vende. Podría decirse que es una noche para acicalarse y ponerse, lo que explica que otro de los negocios que se nutre de la fecha sean las peluquerías. Carmen Gaiteiro, de Peluquería Gaiteiro, confiesa que “tenemos el día muy ocupado. Desde las 08.00 hasta las 22.30, solo nos queda un hueco por la mañana. Aunque es cierto que otros años había más demanda, dado que con la lluvia la gente se piensa más lo de venir a peinarse”.

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