Remata el tercer otoño más lluvioso de la década

Lalín registra 651 milímetros de precipitaciones y Forcarei roza los 1.060 | Solo superan estos valores los registros de 2019 y 2013 | Los aguaceros desbordan el Deza y la Fervenza do Toxa

La catarata del río Toxa, vista desde el mirador.

La catarata del río Toxa, vista desde el mirador. / BERNABE/JAVIER LALIN

Salomé Soutelo

Salomé Soutelo

Mi madre solía decir que tanto el agua como el fuego son buenos criados, pero malos amos. Se refería a que ambos nos hacen la vida más cómoda desde tiempos inmemoriales pero que, cuando se desbocan y escapan al control humano, sus consecuencias pueden ser devastadoras. Lo vimos en los incendios de sexta generación que en verano asolaron la comarca ourensana de Valdeorras o, más cerca, los que arrasaron más de 200 hectáreas en Rodeiro, tras originarse por una tormenta. Y la fuerza del agua quedó patente en las cinco borrascas de este otoño que hoy remata y que dejó tras de sí en las comarcas regueros de árboles caídos, inundaciones en pistas y redes de saneamiento y la espectacular caída de la Fervenza do Toxa, con tal fuerza que ayer impedía hacer fotos a su pie.

Pista cubierta por el agua en el lugar de Os Muiños. |   // EMERXENCIAS LALÍN

Pista cubierta por el agua en el lugar de Os Muiños. | // EMERXENCIAS LALÍN / SALOMÉ SOUTELO

Desde el 23 de septiembre hasta ayer (aunque el invierno entre hoy), la estación meteorológica de Lalín recogió 651,6 litros por metro cuadrado (l/m2) de precipitaciones. Es el tercer otoño más lluvioso de la década, solo superado por los 653,8 l/m2 de 2019 y los 652,2 de 2013. Estas cifras nos dan una idea de hasta qué punto ha llovido si tomamos los tres otoños más secos desde 2013: en 2016 cayeron solo 225 milímetros de precipitaciones, en 2017 fueron 315,5 (un año con una tremenda oleada de incendios, por cierto) y en 2021 la cifra subió a los 352,8. Vemos, así, que en un otoño como el de este año suele llover el doble que en una estación inusualmente seca.

El Deza volvió a inundar la playa fluvial de A Carixa. |   // RAFA

El Deza volvió a inundar la playa fluvial de A Carixa. | // RAFA / SALOMÉ SOUTELO

Hay una zona en las comarcas donde las cumbres de la Serra do Candán la convierten en la más lluviosa. Es Forcarei. Este otoño a punto de rematar regó sus tierras con 1.058,1 milímetros. Como ocurre en Lalín, es la tercera cifra más alta de los últimos diez años, superada también por los 1.243,5 de 2019 y los 1.136,8 de 2013.

A Carixa, anegada

Aunque el temporal que atravesó las comarcas anteayer y ayer no tenía nombre (el próximo llevará el de Fien), contribuyó a aumentar de forma notable el cauce de los ríos. Ayer, minutos antes de las 13.00 horas, el nivel medio del río Deza a su paso por Silleda estaba en 4,8 metros, mientras que su caudal medio era de 262,015 m3/s. Así se explica que sus aguas anegasen, una vez más, la playa fluvial de A Carixa, en Vila de Cruces. Eso sí, al atardecer ya había bajado su caudal a los 113 metros cúbicos por segundo. Meteogalicia también aporta datos del Arnego: ayer, a la misma hora, a su paso por Agolada el nivel medio era de 3,93 metros, y su caudal medio estaba en los 165,61.

Inundación en un garaje y en una pista

Decíamos que en otoño cayeron sobre Lalín 651,6 milímetros de precipitaciones. Solo en lo que llevamos de diciembre ya fueron 160,4. La borrasca de comienzos de esta semana no fue tan potente como la de Efraín, del pasado día 12, pero volvió a requerir ayer la intervención de distintos servicios. Ya el lunes motivó decenas de incidencias por árboles desplomados en pistas, sobre todo. Así, los bomberos con sede en Silleda tuvieron que desplazarse sobre las cinco horas de la madrugada de ayer para achicar agua en un garaje de la calle Puente, de Lalín.

A última hora de la tarde del lunes también tuvieron que desplazarse a Artoño (Agolada) pero no por las inclemencias del tiempo, sino por un incendio en una chimenea. A su llegada, los dueños de la casa ya habían controlado el incidente. Por su parte, Emerxencias Lalín tuvo que cortar la pista del lugar de Os Muiños, en dirección tanto a la Finca Mouriscade como al Museo Casa do Patrón. Las trombas de agua cubrieron todo el firme, por lo que la circulación por la pista era muy peligrosa y decidió suspenderse hasta que bajase el nivel del agua. Al margen del temporal, este servicio fue alertado de una mancha de aceite a la altura de la nave de Taboada y Ramos, en el polígono Lalín 2000. Un camión perdió todo el aceite sobre el firme, por lo que patinaban los coches que después transitaban por allí. Fue preciso avisar también a los bomberos de Silleda para colaborar en las tareas de limpieza.

Suscríbete para seguir leyendo