Recuerdos de un emblema

Después de siete años desde su cierre, el interior del bar A Farola se asemeja una cápsula del tiempo, donde sus paredes esperan intactas acoger de nuevo el bullicio de la gente

Recuerdos de un emblema

Recuerdos de un emblema / nerea couceiro

Hace ya siete años desde que el emblemático bar A Farola, situado en el primer piso del edificio que albergaba en el pasado las oficinas del Banco Pastor, en Praza de Galicia (más comúnmente conocida, precisamente, por “la Farola”), echaba el cierre. Lo hacía el día 7 de enero de 2015, nada y nada menos que en día de reyes.

Arriba, una fila de sillas arrinconadas contra la pared, en la parte superior derecha, un detalle de los azulejos de la escalera. En la parte inferior, un dibujo del interior por Ariadna Silva. |   // MARGA FRAGA

Escaleras a la entrada del edificio. // MARGA FRAGA / Marga Fraga

El establecimiento era conocido por sus cafés, por las sesiones de música y por su decoración, que recordaba a una época más señorial y burguesa. Cuando cerró sus puertas, pocos creían que el adiós fuese a ser definitivo, pues imaginar A Estrada sin A Farola era prácticamente impensable. Sin embargo, los años fueron pasando, y la barra de este mítico bar sigue cogiendo polvo. Una cuestión que apena a un gran número de estradenses, no sólo por el hecho de perder, quizás para siempre, una de las cafeterías más históricas y carismáticas de la localidad, sino por el temor a que, debido al desuso, el edificio en el que se encuentra, con una de las dos cúpulas de la villa, y que forma parte indispensable del imaginario urbano estradense, acabe en ruinas.

Recuerdos de un emblema

Recuerdos de un emblema / nerea couceiro

Existen muchas teorías en torno a porqué este bar no ha vuelto a encontrar regente. La más extendida consiste en que, según la ley vigente que regula los espacios comerciales, aquellos que decidiesen abrir el local tendrían que invertir en crear un acceso para personas con movilidad reducida. Es decir, obrar en el edificio. Algo que se cree, sería muy costoso.

A la derecha, el salón del bar, a la derecha, las escaleras.   | MARGA FRAGA

Sillas arrinconadas contra la pared. | MARGA FRAGA / Marga Fraga

No obstante, según cuenta el concelleiro de Urbanismo, Gonzalo Louzao, este no es el caso. El edificio se encuentra catalogado como patrimonio en el Plan Xeral de Organización Municipal (PXOM), por lo que realizar modificaciones en su estructura no está permitido, “debe conservarse en su totalidad, no podrían ni poner una silla automática para escaleras, pues el pasamanos tampoco debe ser alterado”.

Recuerdos de un emblema

Recuerdos de un emblema / nerea couceiro

Esto podría indicar que entonces, al no poder ajustarse a la normativa vigente, el establecimiento estaría destinada a permanecer cerrado, per la realidad es que existe una excepción para locales con usos comerciales que se encuentran en condiciones como el de A Farola, según la que se entiende que para preservar la integridad de la construcción, se puede renunciar a cuestiones como la accesibilidad, “es el caso de muchos negocios hosteleros de la zona vieja de Santiago, por ejemplo” apunta Louzao.

Así pues, no hay motivo para perder la esperanza de que la Farola más añorada vuelva a encenderse.

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