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Más familias en el reparto de alimentos

Son, sobre todo, inmigrantes de Sudamérica y África | O Mencer y Cáritas cubren las necesidades de cada unidad con una periodicidad de entre tres y seis semanas

Lourdes Tejedor, en el almacén de Cáritas de A Estrada. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

La asociación de voluntarios O Mencer atiende a más de 100 familias que precisan un apoyo para cubrir sus necesidades alimenticias. La inmensa mayoría reside en Lalín, pero hay una media docena que se reparte entre Silleda, Vila de Cruces y Agolada. La cifra incluye tanto a unidades familiares que también atiende el Concello, desde el departamento de Servicios Sociales, como a aquellas familias que no cumplen con los requisitos que marca la administración local o que aún no disponen de todos los papeles para recibir esa ayuda de Servizos Sociais.

Para cubrir las necesidades alimenticias de esas 100 familias, O Mencer trabaja con tres listas de prioridades atendiendo a cuestiones como si hay hijos pequeños, si se trata de personas mayores que viven solas o si uno de los cabeza de familia está sin trabajo. En función de estos y otros parámetros, se les entregan alimentos “con una periodicidad de entre tres semanas y mes y medio”, explica el tesorero de esta entidad, José Luis Factor. En los últimos meses y debido al encarecimiento energético y de la cesta de la compra, O Mencer sí detecta un incremento en el número de usuarios, hasta el punto de que temporalmente podrá atender las necesidades solo de las familias que residan en el municipio lalinense. “Acuden a nosotros más familias, sobre todo inmigrantes que proceden de Sudamérica o del Magreb”, añade. Es la misma situación en la que se halla la Asociación Cáritas Parroquial en A Estrada, como confirma su educadora Lourdes Tejedor.

"O Mencer cumple 10 años y lo celebrará con un evento en otoño"

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Ambas entidades se surten de alimentos a través de la operación kilo que organiza el Banco de Alimentos un par de veces al año, y además, Cáritas de A Estrada organizó otra campaña solidaria a finales de mayo, coincidiendo con la festividad de Santa Rita. O Mencer se organiza como un delegado del Banco de Alimentos de Pontevedra, y la colaboración de voluntarios es tan grande que la docena de personas que trabaja habitualmente en el colectivo llega a rebasar los 80 para recoger la comida que entregan los ciudadanos en cada supermercado. Todos los alimentos se envían a Pontevedra, y después O Mencer suele trasladarse una vez al mes para recoger productos con los que cubrir las necesidades de las familias que atiende. También, cada mes, puede recibir excedentes de fruta de la UE, y dos o tres veces al año también recoge alimentos gracias a un convenio con el Fondo de Ayuda Europea para las Personas más Desfavorecidas (FEAD).

A estas aportaciones se suman las que realizan empresas, varias de la zona, cuando O Mencer precisa alimentos específicos. José Luis Factor menciona la colaboración de Cogal, Kalekoi o Embutidos Lalinense. Ya fuera de las comarcas, “cada tres o cuatro meses vamos a recoger un camión de yogures” que les entregan Larsa o Central Lechera Asturiana.

La guerra

Sobra decir que las entidades solidarias se les disparó el trabajo cuando estalló la guerra de Ucrania. A Lalín llegaron, a mediados de marzo, más de cuarenta refugiados ucranianos. Mientras tramitaban los papeles necesarios para optar a ayudas de Servizos Sociais, sus necesidades alimenticias fueron cubiertas por O Mencer y Cáritas, pero también por Cruz Roja y otras entidades. Ahora, buena parte de estas personas refugiadas ya disponen de una tarjeta que les permite adquirir alimentos perecederos, y varios han encontrado ya un empleo en las comarcas. Otros, como la familia que residía en Cristimil o la que vivió en Palmou, han decidido mudarse a otros puntos de España, explica Factor.

En el caso de Cáritas de A Estrada, ahora mismo ninguna familia ucraniana precisa de su apoyo, mientras que en Lalín O Mencer sigue complementando algún que otro aporte de alimentos, mientras que en las primeras semanas de su estancia en tierras dezanas les facilitaban estos aportes de forma semanal.

‘A miña horta é a túa’

O Mencer cumple 10 años en este 2022, y tiene en mente realizar un evento en otoño para conmemorar esta década de una tremenda labor solidaria. Más reciente es A miña horta é a túa, de la Fundación Baiuca Verdescente. Comenzó en junio de 2020, en plena pandemia, en Silleda, y ahora cuenta también con productores solidarios en Vila de Cruces y alguno de Lalín. Tiene la mirada puesta en plantaciones del concello vecino de Boqueixón y llega ya a 15 familias beneficiarias. El reparto de frutas, verduras y hortalizas excedentarias de los huertos se realiza todas las semanas.

A miña horta é a túa cuenta con media docena de voluntarios fijos, pero en ocasiones puede llegar a los 20. Cada lunes, Jaime Cid contacta con las huertas que participan en el proyecto para saber si disponen de producto para entregar, y los miércoles realizan la recogida. Hay días en los que se entregan más de 210 kilos de productos. Es un buen momento para de paso charlar con los y las productores, muchos de ellos personas mayores que agradecen este gesto. En este sentido, tenemos que recordar que Baiuca Verdescente también tiene en marcha el Proxecto Dorotea, que organiza en parroquias de Silleda y Vila de Cruces actividades de dinamización, los domingos, encaminadas a las personas de más edad.

Tras la recogida, los voluntarios organizan los lotes de productos frescos y se entregan a los departamentos de Servizos Sociais, que realizará la distribución entre las familias que puedan necesitarlos.

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