La construcción de parques eólicos trae consigo nuevas líneas eléctricas y subestaciones para transportar y almacenar la energía producida. Al menos cuatro proyectos en trámites contemplan instalaciones de este tipo en las parroquias de Carboeiro y Saídres. La primera se convertirá, según el BNG, en “un parque industrial en el que se producirán grandes emisiones electromagnéticas” y la segunda, en “un campo de batalla de líneas eléctricas”.

Los nacionalistas consideran “de vital importancia” que la sociedad se organice y presente alegaciones, por lo que celebraron una reunión informativa en Saídres, ante “la negativa” del gobierno de Silleda, “que es quien tiene los medios económicos y técnicos”. En el encuentro, al que asistieron vecinos de ambas parroquias, se dio cuenta de la situación administrativa de la línea de evacuación de los parques eólicos Cunca y Rodeira –proyectados en Vila de Cruces– con la correspondiente subestación en Carboeiro, así como de la línea de evacuación de Monte Festeiros y Outeiro Grande, también con final en la zona y con una nueva subestación.

La reunión tuvo lugar el martes y es la segunda en Saídres, después de otra celebrada el día 10. En esta ocasión contó con la colaboración de Ana Varela, abogada de la asociación ambiental y cultural Petón do Lobo, y con la presencia de un miembro de la plataforma Alerta Terra de Montes.

El Bloque incide en “los problemas de salud” derivados de la exposición continua a los campos electromagnéticos de baja intensidad de los tendidos y las subestaciones –que deberían alejarse de núcleos rurales y casas–, así como la ionización del aire que provoca la atracción de abundante gas radón. Entre las razones económicas menciona una “pérdida enorme del valor de los terrenos y las viviendas”, pues “nadie querrá vivir en una zona con tantas infraestructuras eléctricas”. Y, por el último, habla de un sistema eléctrico “caótico”, con nuevas líneas, en vez de repotenciar otras ya existentes y evitar la destrucción de un monte por el que pagan “limosnas que no compensan las pérdidas económicas de la producción maderera”.