Una edición más, el Campeonato Gallego de Coctelería sirvió para evidenciar el tremendo nivel de los barman lalinenses. Javier García González, que trabaja en el restaurante La Robleda, venció en el torneo, llevándose además dos reconocimientos a la mejor degustación y a la mejor técnica. García representará a Galicia en el certamen nacional que tendrá lugar en Sevilla.

Cuatro dezanos

Junto a Javier García concursaron otros tres barman de Lalín: Javier González Luaces y Francisco García, así como María Batán, que competía en la categoría de joven barman, para menores de 27 años. Precisamente, en esta categoría se había impuesto Javier García 2017, cuando trabajaba en el Kubo’s cuyo responsable, Xaime Rodríguez Trigas, venció ese año en el campeonato gallego. Rodríguez Trigas consiguió esta distinción dos ediciones consecutivas.

Los participantes disponían de siete minutos para elaborar cinco copas

En la edición de este año, cada barman debía presentar un cóctel de elaboración propia, entre cuyos ingredientes debía figurar uno de elaboración casera. A media tarde del lunes comenzaba el campeonato en el salón de la capilla del Hostal dos Reis Católicos, en Santiago. Cada participante disponía de siete minutos de preparación para preparar cinco copas: dos para cada persona del jurado degustador y una quinta que quedaba expuesta en la sala de exposiciones, para hacerle fotos. Javier García triunfó con un cóctel de licor de cerezas. Sus ingredientes son almíbar, vodka, “porque es un alcohol neutro” y cerezas marrasquino trituradas, que se cuecen y se cuelan. “Una vez que lo enfrías metes el alcohol, para que no se evapore”. Escrito así, parece que a cualquiera de los mortales nos llevaría bastante tiempo, pero a un barman como Javier García no. “Los siete minutos dan tiempo de sobra”, explica.

Dos jurados

En este campeonato gallego hay dos jurados: el citado degustador, que está en una sala donde no puede ver la barra para que la cata sea a ciegas, y el jurado observador. El jurado degustador tiene en cuenta cuatro cuestiones: la apariencia, el aroma, el gusto y la decoración del cóctel. Puntúa cada uno de esto cuatro criterios según sea regular, bueno, muy bueno o excelente. En caso de que haya un empate entre los concursantes, el jurado echa mano de otro criterio: la impresión general de la bebida. En este apartado, como indicamos, el licor de cerezas casero del barman lalinense se llevó el premio.

Y lo hizo también en cuanto a la mejor técnica. Javier García explica que en este caso se tienen en cuenta cuestiones como “la realización del cóctel; el enfriado de las copas, las medidas de los ingredientes o que no se te caiga el hielo”. Cuenta, también, la forma de presentar al público las botellas que van a emplearse en ese cóctel. En este caso, es el jurado observador quien tiene en cuenta la destreza de cada barman. Cada participante comienza la prueba con 285 puntos, que se van descontando al detectar fallos en las cuestiones que mencionamos. Se tiene en cuenta, incluso, si la cristalería que emplea (que debe ser aportada por el propio concursante) está limpia o durante la elaboración recibe golpes de algún utensilio.

Decoración

Por último, la calidad del cóctel de Javier García y del resto de participantes tuvo que pasar otra criba: la decoración. En este apartado, el jurado técnico valoraba de muy fácil a muy complicado aspectos como el contraste entre la cristalería y el cóctel, la facilidad de colocación del mismo y la dificultad de elaboración. Y es que, aunque se trate de un cóctel, la primera impresión (visual) también cuenta.