Hogar, dulce (nuevo) hogar

Sesenta ucranianos que huyen de la guerra desatada por Rusia en su tierra afrontan ya una nueva etapa vital en Lalín. Ayer llegó el segundo contingente, formado por 48 personas: 26 adultos y 22 niños. Lalín cerró así una semana que había abierto con el recibimiento de una docena de miembros de una familia acogidos primero en Barcelona y desde allí trasladados en tren hasta Ourense y luego hasta el albergue juvenil de Mouriscade, que ayer dejaron libre para sus compatriotas, tras ser realojados en un piso de gran tamaño del centro urbano.

La aguardada llegada de la expedición, que había partido el martes hacia Polonia, se produjo, finalmente, mucho antes de lo que se preveía el sábado. La pericia de los conductores de Autocares Meijide y la colaboración de los propios pasajeros al minimizar paradas –solo una para comer y otra para satisfacer las necesidades fisiológicas desde la tarde del sábado– consiguieron rebajar en casi seis horas la previsión más tardía. “Contábamos llegar sobre las dos de la madrugada [de hoy, lunes], después nos dijeron que sería después de las ocho y, al final, estábamos en Lalín a las seis de la tarde”, relata Eva Vázquez Lima, periodista que, junto a un cámara, cubrió el viaje para Antena 3.

El autocar fue recibido con una bandera de Ucrania a su entrada en el recinto de Mouriscade y con una salva de aplausos por parte de la comitiva que los aguardaba, encabezada por el alcalde lalinense, José Crespo, y la concejala de Política Social, Paz Pérez. También estuvieron los ediles socialistas Román Santalla y María Luz Iglesias, así como efectivos de Protección Civil y de Policía Local. Se vivieron escenas cargadas de emoción, sobre todo en los reencuentros familiares.

Los padres de Arati, en un apartamento

Todos llegaron bien, incluída la mujer embarazada de casi nueve meses, que será realojada con su pareja en un apartamento que cuenta con todo lo necesario para si bebé, a la que llamarán Arati. Así se lo hicieron saber desde Servicios Sociales y “ya quedaron más tranquilos”, relata Eva Vázquez. Uno de los cinco varones del grupo se quejaba de dolor de garganta durante el camino, pero no presentaba síntomas de fiebre. A bordo venían también dos mascotas (un perro pekinés y un gato persa). Todos fueron acomodados en Mouriscade para pasar la noche. Hoy empezarán a redistribuirlos en las viviendas sociales de la calle Manuel Rivero. Así se lo comunicaron las autoridades municipales durante la recepción, celebrada a puerta cerrada.

Por otra parte, ayer se celebró en Lalín una ruta solidaria organizada por el motoclub KM0, en la que tomaron parte alrededor de sesenta personas. Fueron en moto hasta la Cruz da Grade y luego regresaron al Hotel Pontiñas para compartir una comida, con donativo para comprar alimentos a los refugiados.

Suscríbete para seguir leyendo