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Cuatro horas de paro forzoso

Lo tenemos todo previsto para no perder más de la cuenta

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Los trabajadores del supermercado Dia de Lalín se tomaron ayer con paciencia el apagón sufrido en la localidad. Desde el primer momento sus responsables se pusieron manos a la obra para intentar minimizar lo máximo posible las posibles consecuencias de la falta de luz en un establecimiento de alimentación tan concurrido. Isabel García se mostraba resignada sobre lo sucedido e indicaba que “nunca sabes cuándo te van a pasar cosas así pero nosotros lo tenemos todo previsto para que esto no te haga perder más de la cuenta”. Fueron muchos los clientes que se acercaron hasta el establecimiento de la calle Matemático Rodríguez para comentar lo sucedido y saber qué podían llevarse a tenor de lo sucedido. Como sucedió en otros establecimientos similares, al estar inutilizadas las cajas registradoras, sólo los que tenían dinero en efectivo pudieron realizar algún tipo de compra. Al igual que en el resto de supermercados del municipio, la principal preocupación de los trabajadores del Dia de Lalín se centró en evitar que los congelados se estropeasen debido a la falta de suministro eléctrico y la paralización de la cadena de frío en todo el local.

Los cafés los tuvimos parados y hubo que hacerlos de pota

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El bar restaurante Onde Antonio del Polígono Industrial Lalín 2000 también fue otro de los afectados por la avería. Sus responsables no dudan en reconocer que el incidente trastocó “mucho” el día a día de este local. “Todo lo de los cafés lo tuvimos paralizado y no nos quedó más remedio que sólo servirlos de pota”, recuerda Lucía Castro, camarera del establecimiento. La falta de luz también izo que las fritangas desapareciesen de la carta pero que “la plancha y la cocina de gas funcionaran como hacía tiempo que no pasaba”, añade. En el restaurante sí pudieron comprobar que la circunstancia de que en muchas empresas del polígono fueron muchos los trabajadores que salieron antes de lo habitual de sus puestos, provocó la presencia de “gente poco habitual” en Onde Antonio. Lucía Castro también destaca el alto número de peticiones de comida para llevar y de bocadillos por parte de gente “que seguro que en sus casas tienen toda la cocina eléctrica y con la avería no pudieron utilizar nada”. Con todo, en el local estaban satisfechos por haberse adaptado lo mejor posible a un inconveniente que esperan que no se vuelva a suceder de nuevo.

Por fortuna ningún cliente de los nuestros quedó tirado

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La gasolinera Staroil del Polígono de Lalín 2000 cuantificó ayer en unos 15.000 litros de combustible los que se dejaron de vender entre su clientela debido a la falta de electricidad. Su responsable también subraya el dato de que, a pesar del enorme inconveniente que supone carecer de suministro eléctrico, “por fortuna ningún cliente de los nuestros se quedó tirado” en el tiempo que duró el apagón. En cualquier caso, está previsto que todos esos litros que se dejaron de comercializar vayan a parar a otras instalaciones donde sí se espera poder venderlos. Sin embargo, en Staroil Lalín no son optimistas a la hora de esperar algún tipo de compensación por parte de la firma suministradora. “Por nuestra experiencia sabemos que aunque les reclames cualquier tipo de indemnización suele quedar en agua de borrajas”. La recuperación del suministro eléctrico devolvió a la actividad normal esta gasolinera donde al cierre de esta edición se estaba trabajando a pleno rendimiento después de una mañana más relajada de lo que suele suceder en este punto del polígono lalinense.

Nos pilló con los coches en lo más alto de los elevadores

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Vealsi Deza, S.L., concesionario de Renault en el Polígono Lalín 2000 fue otro de los damnificados por la avería en la línea de alta tensión. Cristian Cibeira, uno de sus trabajadores, asegura que lo sucedido les hizo pasar un mal rato en la sede del taller. “Nos pilló con los coches en lo más alto de los elevadores y sin posibilidad de poder bajarlos por la falta de electricidad”, explica. Cibeira subraya el hecho de que el corte de luz de ayer por la mañana los dejó “atascados en el trabajo y sin poder utilizar prácticamente nada de lo que tenemos aquí, sobre todo lo que tiene que ver con la informática”. A pesar de todo, Cibeira destaca que durante todo el tiempo en el que en el local estuvieron sin suministro “aprovechamos para llevar a cabo revisiones de mantenimiento en algunos de los coches y reparar averías en las que no son necesarios los ordenadores”. En el concesionario pudieron organizarse para no dar por perdida la mañana, a pesar del inevitable retraso en los trabajos que dependen de lo digital y de que hasta la tarde no se pudieron bajar los distintos elevadores.

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