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Los contratos laborales remontan en las comarcas, con 14.413 acuerdos en 2021

Son 2.500 más que en 2020 | Pero las incorporaciones indefinidas, 1.210, suponen solo el 7% del total | Las empresas quieren trabajadores con estudios secundarios

Una dependienta atiende a una clienta en una tienda de ropa en Lalín. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Días atrás, los datos del paro en Deza y Tabeirós-Montes nos desvelaron que 2021 remató con 826 parados menos que en 2020. Y en cuanto a las afiliaciones a la Seguridad Social, diciembre acabó con 598 altas más que el pasado mes de enero. Estas mejorías son síntomas claros de la recuperación económica tras el estallido del COVID, aunque sea una reactivación a golpe de contratos temporales. Según los datos que maneja la Consellería de Traballo, el año que acabamos de terminar registró 14.413 contrataciones laborales en las comarcas (9.549 en los seis concellos dezanos y los 4.864 restantes, en A Estrada y Forcarei). Esas más de 14.400 incorporaciones superan exactamente en 2.519 a las 11.894 que se firmaron durante 2020, y que se repartían entre los 7.835 contratos en Deza y los 4.059 en Tabeirós-Terra de Montes.

Como vemos, aumentan las contrataciones en las dos comarcas, y lo hacen tanto en los acuerdos iniciales como en los indefinidos. Pero también es verdad que los contratos indefinidos son aún muy escasos en la zona. En 2021, en total hubo 13.203 contrataciones iniciales, en las que se incluyen contratos de obra o servicio, eventuales por circunstancias de la producción, de interinidad o de prácticas. Esas 13.203 incorporaciones se reparten entre las 8.742 de Deza y las 4.461 de Tabeirós-Montes. Y en cuanto a los contratos indefinidos, son en total 1.210, sólo el 8,3% de aquellos 14.413 contratos totales. Como vemos, poco más de un millar, que se reparten entre los 807 de Deza y los 403 de Tabeirós.

Queda el consuelo de que, al menos, en 2021 han aumentado esos contratos indefinidos con respecto a 2020. Durante aquel año hubo 842 contrataciones indefinidas en total (592 y 250), y las iniciales también fueron menos, 11.052 (7.243 en Deza y 3.809 en la comarca vecina). Y sobra decir que los acuerdos indefinidos son minoritarios en cualquiera de las cuatro grandes actividades económicas.

El agro, el menos activo

Y del mismo modo que nueve de cada diez contratos en la zona son iniciales, siete de cada diez se firman en el sector servicios. Y esto tiene una doble lectura: la relajación de las medidas COVID permitió que hostelería, el comercio o las comunicaciones volviesen a retomar su actividad, pero es que además la economía local lleva décadas apoyándose en este sector.

Volvamos a los 14.413 contratos totales para comprobarlo: de ellos, 10.120 fueron formalizados en el sector servicios. La cifra está cómodamente por encima de los 2.260 suscritos en la industria (son el 15,6% del total) y los 1.217 de la construcción (e, 8,4%), pese a que este sector está repuntando y echa en falta mano de obra joven. En cuanto a a la agricultura, quedaron formalizados 816 contratos, el 5,6% del total. Este sector sigue siendo sobre todo de carácter familiar, y máxime en los últimos años, ya que la subida de los costes de producción no solo reduce los sueldos, sino que prácticamente obliga a vender carne y leche a pérdidas. Como para poder contratar a alguien, vaya.

Por otra parte, llevamos décadas oyendo hablar de la fuga de cerebros. Este término fue acuñado ya en los años 60 por la prensa inglesa para referirse a las personas con formación académica universitaria que emigraban para seguir formándose o porque ha encontrado fuera de su país mejores oportunidades laborales. Y esta fuga se da con claridad en ambas comarcas: de esos 14.413 contratos globales, sólo 1.548 (el 10,7%) fueron para trabajadores y trabajadoras con estudios superiores. Las empresas de la zona se decantan más por personas con estudios secundarios (8.924 casos, es el 61,9% del total) y las que han cursado estudios primarios, con 3.842. Hay 90 contratos más a personas sin alfabetización y otros 9 sin clasificar.

La interinidad lleva nombre de mujer

Las mujeres siguen teniéndolo complicado a la hora de entrar en el mercado laboral. De esas 14.413 contrataciones totales, 7.491 fueron a varones, y 6.922 a mujeres. La diferencia es de 569 contratos. Podemos verlo por comarcas: en la de Deza se firmaron el año pasado 9.549 contratos, de los que 5.031 fueron firmados por hombres, y 4.518, por mujeres. Medio millar menos. La diferencia ya es más tenue en Tabeirós-Montes: de sus 4.864 contrataciones totales, 2.460 se refieren a varones, y 2.404 (56 menos), a mujeres. Hay otra particularidad, a la hora de examinar los contratos según el género y su duración. En Deza, la mujer firma menos contratos que el hombre tanto sean iniciales (4.186 frente a los 4.556) como indefinidos (256 por 342) o de duración determinada (3.930 frente a 4.214). Sin embargo, en Tabeirós-Montes los contratos iniciales y de duración determinada tienen más mujeres que hombres. En los contratos iniciales de Tabeirós-Montes tenemos 2.257 a mujeres y 2.204 a hombres, mientras que los temporales muestran 2.152 mujeres frente a 2.017 hombres. Eso sí, solo 105 vecinas firmaron contratos indefinidos, mientras que hubo otros 187 hombres con idéntica conversión de contratación.

Decíamos que en los contratos iniciales se incluyen, por ejemplo, los e prácticas o interinidad. Pues bien, en Deza el año pasado 614 vecinas firmaron contratos interinos, muy por encima de los 237 de hombres; mientras que en Tabeirós- Montes la relación es de 262 y 87.

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