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Los mexicanos que convencían a los caballos

Chico Ramírez y su hijo Guillón enseñan en Guimarei los secretos de la doma natural

Chico y Guillón Ramírez (arriba) en pleno curso. Abajo: uno de los participantes sobre un caballo en las instalaciones de Socade. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Marcelino Ramírez, más conocido como Chico, es un ingeniero agrónomo mexicano que desde su más temprana infancia, tuvo contacto con los caballos en los recorridos y trabajos prácticos que exigían el manejo del ganado vacuno de los ranchos familiares, ubicados en El Mirador y Playa Azul, en el estado de Michoacán. Este gran conocedor del mundo ecuestre es la gran eminencia del manejo o doma natural con caballos. Guillón Ramírez, su hijo y predecesor, que lleva trabajando 17 años en este sistema, se acercó junto a él este fin de semana hasta las instalaciones de la Sociedade Cabalar da Estrada (Socade) en Guimarei para ofrecer un extensivo y ameno seminario.

Uno de los asistentes al curso celebrado en Guimarei.

“El manejo natural del caballo consiste en convencer al caballo de que haga por su cuenta lo que tú quieres. Partimos de que el animal no quiere hacer nada de lo que le pedimos los humanos, entonces hay que ir consiguiendo que dé las respuestas que tú quieres y para eso utilizamos el conductismo. Se trata de que cuando las cosas bien se le recompensa y cuando las hace mal se le presiona o se le castiga de alguna forma”, explica Chico Ramírez sobre su sistema de doma. El mexicano recuerda que la palabra castigo hay que entenderla en “el concepto técnico que tiene, que es un estímulo que no desea el caballo. Los castigos no necesariamente tienen que ser golpear ni mucho menos, pero no ser permisivo en determinadas cosas y tirar de las riendas. De esta manera se le va convenciendo para que coopera con nosotros”.

Chico Ramírez también considera que “muchos animales tienen esa capacidad cognitiva de poder comprender lo que queremos si nosotros sabemos comunicárselo y la verdad es que el caballo con este sistema que nosotros tenemos va comprendiendo muy claramente lo que se quiere porque hacemos coincidir la presión con lo que no queremos y la suspensión de esa presión con lo que queremos que haga el caballo”. El jinete charro subraya que su trabajo para cualquier tipo de equitación es “conseguir que lo que nosotros deseemos sea también lo más fácil para el caballo y, después, el caballo estará escogiendo hacer lo que nosotros deseamos realmente”.

Tanto Chico como su hijo Guillón enseñaron este fin de semana en Guimarei que este sistema de doma es universal para todas las razas ecuestres existentes. “Como está sustentado en la psicología conductista pues es algo que también se puede aplicar a cualquier especie animal como perros, delfines o elefantes, por ejemplo”, recuerda Chico Ramírez. Incluso es un método que puede aplicarse a los seres humanos porque “no es otra cosa que conductismo aplicado a cada especie reconociendo sus premios y sus castigos en cada caso”, concluye el domador mexicano.

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