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Javier Cabalar Prieto | Adiestrador canino

“Lo más difícil de trabajar con los perros es trabajar con sus dueños”

Después de seis años adiestrando canes en A Estrada, analiza los principales problemas a los que se enfrenta

Javi Cabalar, con su perro, ayer, en A Estrada Bernabé/Ana Agra

A Javi Cabalar le es imposible acercarse al número de perros con los que ha trabajado a lo largo de los últimos seis años en A Estrada. El boca a boca hizo que en este tiempo fuesen muchos los vecinos que se pusieron en contacto con él para mejorar el comportamiento y su relación con sus canes. En pleno paseo con uno de sus clientes de cuatro patas hablamos con él para que nos cuente un poco de este trabajo y de los problemas a los que se suele enfrentar.

–¿Cuándo comenzó con este trabajo?

–Hace unos seis años. En 2015 estudié en Madrid, en una escuela de preparación de adiestradores, de la mano de la familia Sierra, de Nacho Sierra. Es un adiestrador que lleva años trabajando con perros de competición. Una vez terminé el curso coincidí con Miguel Carbajal en un seminario de una adiestradora checa en A Coruña. Allí entablamos relación y comencé a trabajar con él. En esa época estaba preparando perros de rescate junto a Louro y me uní a ellos. A partir de ahí fue cuando comencé a trabajar con perros de particulares en el pueblo, y hasta hoy.

–Entiendo que lo de los perros le vendrá de mucho antes.

–Desde siempre. Tengo una familia muy perrera. Por parte de mi padre tengo la influencia principal de mi abuelo, que criaba perros de caza y pastores alemanes. Por parte de mi madre, mi abuelo siempre tuvo perros de trabajo en la aldea. Mi primer perro, fue un perro de aldea, un pastor. Ahora me doy cuenta de la cantidad de cosas que me enseñó ese perro. Una de las principales maneras de aprender cosas sobre perros es verlos interactuar entre ellos y en el entorno.

–¿Cómo fueron esos inicios?

–Lo más difícil de trabajar con los perros es trabajar con sus dueños. El ser humano es mucho más complejo. Los perros funcionan de manera bastante mecánica y una vez has aprendido a trabajar con uno es más sencillo trabajar con otro. Eso no quiere decir que todos los perros sean iguales. Hay caracteres diferentes. Pero lo más complicado es trabajar con los propietarios, porque la mayoría tienen bastante desconocimiento y a veces cometemos errores con los perros que vamos grabando en nuestra cabeza y que nos acaban pasando desapercibidos. Eso es difícil de cambiar.

–¿Cuáles son los principales problemas que se ha ido encontrando con los perros del pueblo?

–La falta de actividad. La gente no se da cuenta de que los perros son animales. El ser humano está muy sedentarizado pero los perros no, para nada. Sacando alguna raza que hemos casi destruido como el Bulldog francés, les falta actividad física y mental. La mental es más complicada pero a nivel físico la gente le da poca actividad a sus perros. El movimiento es vida, y más en los perros. Hay gente que coge cachorros por su estética pero a nivel genético los perros vienen codificados para realizar una labor. No es lo mismo las necesidades de un bulldog francés que las necesidades que tiene un galgo o un Pastor de los Pirineos. La gente sin embargo coge razas de perros porque son bonitas. Por ejemplo, un Beagle. Son grandes perros de compañía pero vienen codificados para hacer ciertas cosas, entre ellas seguir piezas de caza durante horas por el monte. Luego queremos sacarlo dos veces al día durante media hora y meterlo en un piso sin que rompa cosas y demás cosas que conocemos.

–¿Cómo se soluciona?

–Antes de adquirir un perro hay que contactar con gente que sepa, con profesionales, que te intenten aconsejar que raza se adapta mejor a ti. Eso te hará más fácil la transición a la hora de tener un perro.

–Tal vez se tiende a meter perros demasiado grandes en pisos.

–En mi caso por ejemplo yo tengo un perro grande en un piso y nunca tuve problema pero soy consciente de la actividad que necesita. Tengo la suerte de meterlo en mi trabajo y lo estoy estimulando física y mentalmente todos los días. Cuando traemos un cachorro tenemos que asumir que vamos a tener que reorganizar todo nuestro horario en función de sus necesidades. Si hay varios miembros en la familia, todos tienen que implicarse en su educación desde que son cachorros. No se trata tanto de tamaño sino de buscar un perro que se adapte a tu estilo de vida.

–A nivel urbano siempre se habla de un problema de socialización de los perros. ¿Es algo que detecta en el pueblo?

–Sí, especialmente a la hora de la sobreexcitación. Los cachorros tienen una etapa muy temprana en la que deberían estar expuestos a muchas cosas de una manera segura. Estar expuestos a ruidos, gente, otros perros... Si construyes la casa de forma correcta todo irá bien. Pero si no haces bien esa base vendrán los problemas. Debemos empezar a educarlos desde cachorros y ponerles límites desde el primer día. Al principio no son cosas muy estrictas, para que descubran el mundo, pero sí hay que enseñarles cosas como que hagan pis y caca fuera con una buena rutina de paseo.

–¿Hay perros más difíciles de trabajar que otros?

–Sí, por supuesto. Hay viene la importancia de coger bien al cachorro. Hay ciertos perros que deberían ser para alguien que quiere hacer algún trabajo con ellos. Un ejemplo lo podemos tener en una raza que se puso de moda, los Border Collie. Es un perro increíble, capaz de hacer las mejores cosas, pero es un perro que necesita mucho trabajo y actividad. Seguido te va a pedir hacer cosas. Si tú no eres una persona con un ritmo de vida adaptado para eso, no debes tener ese perro. Otro que se puso muy de moda es el pastor belga Malinois. Salen en películas, documentales, en televisión... Y le está pasando lo mismo que al Collie. Luego viene el problema, y en la asociación Palleiráns de A Estrada ya tuvimos ejemplos, esos cachorros acaban atados a una cadena, haciéndonos la vida imposible o abandonados en la calle. Ese es un problema grande que hay en España. Se abandonan muchos perros porque no hay conciencia de lo que implican.

–¿Cuál es el caso más grave que se ha encontrado?

–Perros que muerden a sus propietarios. Suelen ser perros que sobrepasaron una línea. Nunca trabajé con un perro duro de carácter. Normalmente son perros con muchas inseguridades que un día descubren que, si muerden, consiguen lo que quieren.

“Coger un perro por capricho suele acabar en problemas”

–Se comenta que hay una tendencia en el pueblo, también puede que condicionada por el COVID, a tener más perros en pisos. ¿Lo ha notado?

–Creo que sí. Desde que empecé es un goteo continuo de gente que llama y se interesa por lo que hago. Creo que es una rama social en auge, el tema de las mascotas en casa. La gente de las ciudades o pueblos cada vez tiene más animales en pisos. Es algo bueno pero también he visto personas que cogen el perro por capricho. O bien por dar un entretenimiento al niño o niña. Eso suele acabar en problemas, porque los perros son una gran responsabilidad. Ahora anunciaron una nueva ley que obligará a hacer cursos para tener un animal. Es un tema polémico pero estoy de acuerdo. Si regulas la cría de perros, obligas a la gente a hacer cursos y a tener un seguro se solucionarían parte de los problemas porque desanimarías a gente que los quiera tener por capricho.

–De un tema polémico a otro, ¿cómo valora la ley de perros potencialmente peligrosos?

–Si yo fuera presidente del mundo canino obligaría a todo el mundo que quiera tener un perro de más de unos kilos a pasar unos exámenes, salvo que ya puedan demostrar que llevan tiempo trabajando con perros. No le puedes pedir que te explique nada a un granjero de Asturias que lleva años trabajando con sus mastines y sus collies. Obligaría a los particulares que deciden tener un perro como animal de compañía. Si obligas por un tamaño y peso ya no necesitas tener una ley de perros potencialmente peligrosos. Ahora están basando los requisitos para tener un perro grande en reducir su libertad, siempre atados y con bozal. Es contraproducente para ellos. Los privas de muchas cosas que necesitan. Tienen que socializar con otros perros, personas y entornos. El bozal da tranquilidad pero hay perros que no deberían llevarlo pese a estar catalogados mientras que hay otros que no lo llevan y deberían llevarlo.

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