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Destrozos en una finca de maíz recién sembrada en Laro, el pasado mes de mayo. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Los cazadores cuestionan la emergencia cinegética por los destrozos del jabalí

Ven innecesario poder abatir hembras y crías después de recoger las cosechas | Insisten en modificar la Ley de Caza | Creen que el mensaje de la Xunta es “acabar con todo”

Los tecores de las comarcas acogen con cierto recelo la declaración de emergencia cinegética que publicó la semana pasada la Consellería de Medio Ambiente para atajar los daños del jabalí en los cultivos. Es la segunda vez que las comarcas entran en esta declaración de emergencia pero, a diferencia de 2019, no lo hicieron ya mediada la temporada de caza mayor (en octubre), sino prácticamente a su comienzo.

Desde la Sociedade de Caza de Lalín su presidente, José Luis Montoto, deja claro que lo de permitir cazar hembras y crías “ayuda, pero sigue sin ser una solución. Hace falta modificar la ley, porque si no, los Tecores seguimos siendo responsables de los daños”. Por eso, sobre el Tecor de Dozón pesan dos denuncias de ganaderos, que en total le reclaman 16.000 euros a la sociedad cinegética. Las dos sentencias están recurridas. Son las piaras de madres y crías las que causan más destrozo en la cosechas, hasta el punto a veces de encamar en la propia finca, si no consiguen salir. Por eso, “mientras hay cosecha sin recoger, no está mal lo de abatirlos, pero una vez que no haya cosecha, no tiene sentido”, explica el presidente de los cazadores de Dozón, José Rodríguez.

Esperas por el propio ganadero

Alaba, también, que Medio Ambiente permita que el tecor autorice al propio ganadero a realizar esperas (antes había que solicitarlas ante la consellería). Para ello, el ganadero ha de indicar la hora y las coordenadas aproximadas de dónde realizará la espera. Y aquí surge otra crítica: Medio Ambiente permite colocar cebaderos de grano o frutos en los cultivos donde se detectaron daños, para así atraer al animal. Sin embargo, “hace años que las cooperativas se nos ofrecieron para proporcionarnos cereal u poder alimentar al jabalí en el monte”, pero la Xunta no permitió esta alimentación disuasoria. Rodríguez, sobre la responsabilidad de los tecores en los daños del jabalí, recuerda que las tasas que pagan cada año por la siembra de animales se ciñen a conejo, liebre o faisán, y son solo responsables de los años que puedan causar, como ocurre con los conejos en Australia o Navarra.

Mientras José Luis Montoto urge modificar la Ley de Caza, José Rodríguez insiste en poner en marcha un plan de gestión y desde Tecor Río Ulla su presidente, Manuel Sanmartín, considera que el mensaje que puede desprenderse de esta emergencia cinegética es “acabar con todo. Es una decisión confusa, porque tenemos que pensar que la caza debe ser sostenible”. En este tecor la temporada pasada se usaron 55 precintos de jabalí, muy por debajo de los 348 que se emplearon en Lalín. Lógico, teniendo en cuenta la altísima actividad agraria de la cabecera dezana.

Ecologistas en Acción

Por su parte, el colectivo Ecologistas en Acción tila de “temeraria y anticientífica” la decisión de la Xunta. Apuntan que ante cualquier presión el jabalí duele adelantar el periodo fértil de las hembras. Añade que con esta apertura de la caza a todos os días de la semana se verá afectada la seguridad de senderistas y turistas. La emergencia cinegética está declarada en 198 municipios.

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