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Las orquestas cierran otro verano crudo y con la mirada puesta en fiestas fuera de Galicia

La pandemia solo agravó una crisis que se remonta ya a 2015, con la proliferación de vendedores | Muchas comisiones desisten de las verbenas por el margen para recaudar | La dimensión del campo también condiciona

El dúo Pachi e Montse animó ayer la sesión vermú en Botos. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Los primeros 15 días de agosto actúa en las fiestas gallegas, y los 15 siguientes, fuera de la comunidad. Así es la agenda de la orquesta Panorama, que supo anticiparse a las restricciones para los festejos por el COVID que, en el caso de las comarcas, redujo a casi los diez dedos de las manos las fiestas de las parroquias.

Y no solo la orquesta Panorama está orientando su agenda fuera de las fronteras gallegas. “Durante todo el verano, solo tuve dos fiestas, y ninguna de ellas en agosto”. Son las palabras de Amador Porta, estradense propietario de Pulpería Porta y vicepresidente del colectivo Servizos de Festas de Galicia (Serfega). Este verano, son contadas las autorizaciones para la colocación de carpas para comida en fiestas y verbenas. Porta y su equipo (en su empresa trabajan 30 personas) llegaban ayer de Gijón, donde estuvo trabajando desde principios de mes en una feria de muestras. Relata que durante el viaje “vi 50 carteles de orquestas. Ahora se están marchando a tocar para Castilla, Salamanca, León o Valladolid”, mientras en el San Roque, Vigo no les dejó montar carpas para comida.

Amador Porta sí destaca, en cambio, la colaboración del Concello da Estrada en la organización de las fiestas de Nigoi, Matalobos, Sabucedo o Requián. Pero es que, a nivel general, “fue un desastre, porque no hubo verano” y el sector reclama ayudas directas específicas, más allá de las que tuvo por el parón del año pasado debido al estallido de la pandemia o por el recorte en su facturación. Indica que a las orquestas “sí les prometieron ayudas, pero están condicionadas a actuar”.

Camanzo, con menos población

Y aquí es donde las orquestas ven la gota que colma el vaso de su crisis. Las comisiones de fiestas de este año apenas tuvieron margen para recaudar dinero entre sus vecinos y negocios, o bien prefieren no tener que pedir colaboración económica a familias y trabajadores que están pasando por un ERTE o que quedaron muy tocados por la crisis. A ello se suma la despoblación progresiva de las comarcas, como indica Álvaro Lodeiro, de Deza Music. Es vecino de Camanzo, parroquia cruceña famosa por sus fiestas veraniegas. En 2010 solo entre los vecinos se recaudaban ya 15.000 euros, pero en 2018, con bastantes más casas vacías, solo pudieron reunirse 9.000.

Brocos, en la intimidad

Las comisiones tampoco se animan en muchos casos a organizar festejos por las medidas de protección sanitaria. Puede que el campo no dé la superficie suficiente, o a veces desisten de los festejos “por la responsabilidad que puede llevar que se produzca un brote de COVID” vinculado a los festejos, explica José Ramón Lorenzo, de Deza Espectáculos. Añade que buena parte de los municipios “no da permiso para una fiesta como se hacía antes del coronavirus”, aunque añade que el nuevo formato, sentados y con distancia, tampoco disgusta al público. O incluso de pie, pero guardando las distancias, como tuvo lugar en una verbena en Cuntis. Para que no se pierda al menos ese ánimo de las fiestas, muchas comisiones o directamente los gobiernos locales optan por otros reclamos distintos a las orquestas de renombre, como pasacalles, o conciertos de grupos, que además tienen un caché inferior. El ejemplo más reciente fue el pase de una charanga en Noceda, con público sentado. Otras, como Brocos, ni siquiera difundieron en las redes su programa.

Sobre las medidas de seguridad que deben tener las verbenas, como campos vallados o vallas delante de los escenarios, “tenían que haberse aplicado hace ya años, como ocurre en Santiago”, explica Álvaro Lodeiro. Su empresa, Deza Music, está ahora más vinculada a proyectos que optan a programas como O Teu Xacobeo o el Fondo de Proxectos Culturais. A estas ayudas también podían optar las orquestas, a las que en su momento la Xunta le ofreció en abril del año pasado ayudas que tocaban, de medio, a 20.000 euros por orquesta.

Otros trabajos

Con la crisis sanitaria, fueron decenas los músicos que buscaron otro tipo de trabajo, más que nada porque el COVID, como decíamos, fue la gota que colmó el vaso. Desde 2015, “las agencias promocionan un sistema mediante el que cualquiera, no solo los representantes, pueden vender actuaciones de orquestas”, explica Álvaro Lodeiro. Esto, en la práctica, supone que las orquestas cada vez cobran menos, porque ese vendedor rebaja su caché pero, eso sí, mantiene su porcentaje y el de la agencia. Tras la crisis, a la hora de tramitar prestaciones por desempleo, saltaron casos “de músicos que no tenían Seguridad Social o sin derecho a ERTE”, explica Lodeiro.

Con esa continua bajada del caché, hubo orquestas que hasta tocaron por 1.500 euros en agosto. Así es que hay formaciones que no aguantan y desaparecerán en los próximos meses, vaticina Lodeiro. “Más fácil van a tenerlo los grupos o los tríos, porque su caché es inferior”, recuerda. Preguntados por cómo será el escenario para el verano del año que viene, José Ramón Lorenzo confía en que la vacunación masiva permita recuperar el espíritu pre-pandemia. Amador Porta punta una estampa más negra, “porque la gente venía a comer y a disfrutar de las verbenas. Estamos abocados a innovar o a desaparecer. Subsistimos de mala manera”. Lodeiro cree que en mucha parroquias, sin fiestas durante dos años seguidos, ya no se echarán de menos.

Maquinaria y estructura para la carpa en el Campo da Feira Vello.// Bernabé/Javier Lalín

Preparativos para la carpa en el Campo da Feira Vello

Tras quedar libre de vehículos, el Campo da Feira Vello comenzó a recibir ayer toda la maquinaria precisa para montar la carpa que albergará durante lo que queda de agosto y el mes de septiembre diversos eventos. Entre ellos figuran tanto los relativos a las fiestas patronales de As Dores (serán del 17 al 21 de septiembre) como al Cocido, que, tendrá lugar el fin de semana siguiente. La carpa tiene capacidad para más de 600 personas, de modo que es la segunda en cuanto a capacidad a escala gallega. La estructura no va a cerrarse en sus laterales por cuestiones de seguridad sanitaria. Pero es que además contará con un sistema de ventilación y circulación de aire. Sus dimensiones, de 80x20, permitirán celebrar en su interior eventos tan distintos como demostraciones de cocina, actuaciones de orquestas o conciertos de grupos. Es la misma carpa que se empleó para el Cocido de la edición de 2020, pero con la salvedad de que tiene el techo opaco.

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