Socialistas y nacionalistas lalinenses valoraron negativamente la celebración de la fiesta del Orgullo el pasado fin de semana y acusan al gobierno tirar por tierra la labor del cuatripartito en la defensa de los derechos del colectivo LGBTI.

“El fracaso se debe a que este gobierno no cree de verdad en el espíritu de este evento y solo desde el postureo político como un reclamo para hacer caja, que lamentablemente tampoco cumplió dicho objetivo”. Aluden a manifestaciones del activista Fito Ferreiro, antiguo colaborador de la iniciativa, quien señaló que sin activismo esto se convierte en una simple verbena. O que se prescindiese “de la parte más importante” como la educativa y sensibilizadora, cancelar el pregón o los talleres temáticos. “El PP se encargó de quitarlos de en medio porque no se sienten cómodos en esta cuestión”. Tilda de “lamentable” que la edil de Igualdade, Begoña Blanco, “no hiciese ni la primera referencia a la defensa de los derechos de las personas LGBTI y circunscribió los objetivos del Orgullo a un día para dinamizar hostelería y comercio”. El PSOE recuerda las críticas de los populares en la oposición a esta cita y ahora algunos de sus nuevos ediles presumían estos días de la bandera arco iris “cuando por otra parte pertenecen a un partido que se manifestó contra el matrimonio gay. “En las calles no se vivió más ambiente que el normal de un fin de semana de buen tiempo en el que comenzaron las rebajas y el gobierno no fue capaz ni de peatonalizar las calles céntricas para favorecer espacios para la gente”.

En términos semejantes se pronuncia el portavoz municipal del BNG, Francisco Vilariño. “Fue un fracaso, una auténtica vergüenza y demuestra cómo hace las cosas un gobierno que no cree en ellas”, dice. A su entender el pobre balance también es imputable a una organización que se colocó de espaldas a los colectivos. “Dilapidaron el trabajo del cuatripartito, que sí apostó por visibilizar este tema y hacerlo referente a nivel gallego, además de su concepto dinamizador de la economía local”. Para Vilariño un Orgullo sin pregón, sin sesiones de trabajo temáticas, seminarios de educación afectivo-sexual, mesas informativas o ambientación de calle se traduce en un fin de semana cotidiano sin más. “Tardaron dos años en celebrar el Orgullo y cuando lo recuperan lo hacen para cubrir el expediente sin creer en ello y esto ocasiona un daño brutal”, remarca.

“Lalín pasó de ser referencia en tolerancia y respeto al ridículo más absoluto, con 20.000 euros tirados sin sentido”. En su valoración, Vilariño incide en que “es la radiografía perfecta de un gobierno sin organización, capacidad de gestión y compromiso social; un gobierno rancio que está en las antípodas de lo que representa la defensa de la tolerancia y la igualdad”. También considera desacertado que se mantuviesen las calles abiertas a la circulación de vehículos, aunque solamente fuese por seguridad ciudadana. Pone como ejemplo la actividad infantil del parque de Loriga que, costaba seguir por el ruido de los coches por Matemático Rodríguez. “El PP es capaz de lograr unanimidad social en un fracaso rotundo que esperamos no vuelva a repetirse y que esperamos volver recuperar en el próximo mandato”. Sin entrar en la calidad de los conciertos, le parece extraño que incluso se solapasen horarios.